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En febrero, funcionarios del Seguro Social calcularon que una mujer a quien le enviaron cheques mensuales durante décadas tenía 114 años. ¿Y el problema? Esta residente de Nueva York de toda
la vida falleció hace más de 40 años y posiblemente jamás vio un centavo de sus cheques de jubilación, que alcanzaron un total de casi medio millón de dólares. En uno de los casos más
grandes de su clase, las autoridades dijeron que los cheques del Seguro Social enviados a su nombre fueron cobrados presuntamente por su sobrino. Se trata de George William Doumar, de 76
años, dueño de una pequeña empresa en Klamath Falls, Oregón. Las autoridades señalaron que Doumar también cobra los beneficios del Seguro Social que le corresponden legítimamente. No
obstante, parece ser que el sobrino no se limitó a los cheques del Seguro Social. Aunque hace mucho que falleció, el 1.° de mayo le enviaron a la tía un pago de estímulo del Departamento del
Tesoro por $1,200 que Doumar cobró, de acuerdo con una declaración jurada de causa probable adjunta a la denuncia penal entablada el 11 de agosto. Las autoridades planean reclamar la
restitución de la cantidad total que Doumar presuntamente robó: $460,192.30. Este es el cálculo matemático: sin contar el cheque de estímulo, los cheques del Seguro Social pagados a la tía
difunta ascendieron a $458,992. Los cheques se emitieron durante casi 42 años, lo que equivale a un promedio de $912.50 por mes. ERA “BUENO” TENER DINERO EXTRA Doumar les comentó a los
investigadores federales que no necesitaba los cheques, pero que "era bueno tener dinero extra cada mes", dice la declaración jurada, y que usó el dinero caído del cielo para pagar
su hipoteca, el préstamo del coche, cuentas médicas, facturas de servicios públicos y otros gastos. Ahora debe afrontar cargos por delitos graves en el tribunal federal de Portland, Oregón.
Los cargos conllevan una pena máxima de 10 años en prisión y una multa de $25,000. Tuvo que comparecer por primera vez ante el tribunal el 24 de agosto. Tanto Doumar como su tía, cuyo
nombre no se reveló, vivían en Brooklyn. Ella nunca contrajo matrimonio ni tuvo hijos y antes de fallecer en Nueva York en 1971, a los 65 años, nombró a Doumar como único beneficiario de su
seguro de vida, dice la declaración jurada. Las autoridades advirtieron que Doumar estuvo presente en el funeral de su tía, según la declaración. En una breve entrevista telefónica con AARP
realizada el 13 de agosto, Doumar dijo: "Estoy avergonzado de mí mismo —sin duda alguna—, pero no tengo nada que comentar. Realmente no tengo ganas de hablar de ello ahora. Ya me siento
mal sin hablar de lo ocurrido".