Play all audios:
¡Dile al Congreso: Fortalece el servicio al cliente del Seguro Social! Envíale un mensaje a los legisladores hoy
Un día a finales de septiembre, me desperté con un mensaje alarmante de mi asesor de inversiones, que decía que había respondido al correo electrónico que le había enviado. El problema era
que yo no le había enviado un correo electrónico. Maldiciendo, verifiqué apresuradamente en internet y vi que alguien había iniciado sesión en mi cuenta de inversión y había transferido
$4,000. Me habían pirateado la cuenta y robado dinero.
Hasta ese entonces, me había sentido a salvo de los ataques de suplantación de identidad y el fraude, ya que me consideraba un navegador inteligente de internet. Pero rápidamente quedó claro
que los delincuentes cibernéticos eran mucho más inteligentes. En cuestión de días, me enfrentaba a un ataque de gran escala por parte de delincuentes cibernéticos.
Incluso antes de que me robaran los $4,000, había notado actividad inusual en mis cuentas. Había recibido alertas de fraude en dos tarjetas de crédito en cuestión de minutos, las cuales
cancelé. Ahora, sabiendo que el ataque era real, revisé mi cuenta en línea de una gran cadena de tiendas. Tenía dos teléfonos inteligentes en el carrito de compras, a punto de ser enviados a
un punto de entrega de correo en Reisterstown, Maryland, un lugar que nunca había visitado. Mi billetera digital tenía una tarjeta de crédito de Bancorp Bank, que yo no había solicitado.
¿Tenían los piratas informáticos todas mis contraseñas?
Luego, descubrí que mi cuenta de Amazon se había bloqueado debido a una actividad sospechosa. No había recibido ninguna notificación de Amazon, así que llamé al número de atención al
cliente. Un representante inteligente me aconsejó que revisara mi cuenta de correo electrónico y verificara si se había configurado algún filtro. Como sospechaba, los piratas informáticos
habían bloqueado todos los correos electrónicos de Amazon o de mi banco. Esto significaba que los piratas informáticos no solo tenían mi contraseña de Amazon, sino también mi contraseña de
correo electrónico.
Sospechaba que mi computadora podría tener software malicioso, pero dos programas demostraron que ese no era el caso. Mi asesor de computadoras mencionó que una vez un pirata informático lo
había atacado a través de su enrutador. Según él, los enrutadores son la parte más vulnerable de una red doméstica, así que también cambié la contraseña del enrutador y la contraseña de la
red wifi.
Membresía de AARP: $15 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática.
Obtén acceso instantáneo a productos y a cientos de descuentos exclusivos para socios, una segunda membresía gratis y una suscripción a la revista AARP The Magazine.
El siguiente paso fue el proyecto de cambiar docenas de contraseñas de sitios web, una por una, lo que tomó mucho tiempo. Cuando abrí mi administrador de contraseñas y miré los datos de la
cuenta, vi que dos navegadores que no eran los míos tenían acceso. Ambos eran de computadoras en Reisterstown. Fue una sensación desgarradora darme cuenta de que incluso cuando cambiaba las
contraseñas, los piratas informáticos podían ver lo que estaba haciendo. Cerré la sesión de los dos navegadores extranjeros y cambié la contraseña para que no pudieran volver a iniciar
sesión.
Conseguir que Amazon desbloqueara mi cuenta fue una terrible experiencia. Los agentes de atención al cliente me enviaron a dos departamentos diferentes, ninguno de los cuales se pueden
acceder por teléfono, y mis correos electrónicos recibieron respuestas automatizadas. Un gerente de relaciones públicas en Amazon se ofreció a acelerar el seguimiento de mi problema, e
incluso entonces, recuperar mi cuenta tomó semanas. El gerente de relaciones públicas de Amazon rechazó una entrevista, pero dijo por correo electrónico: “Amazon tiene sistemas establecidos
para proteger de manera proactiva a los clientes y detectar transacciones sospechosas. En el caso poco común en que un cliente tuvo una mala experiencia, hacemos todo lo posible para
solucionar la situación”.
Eso puede ser cierto, pero mi experiencia sugiere que a los delincuentes cibernéticos les encanta el sitio. Mis piratas informáticos incluso me enviaron un correo electrónico de atención al
cliente de Amazon que parecía legítimo donde me ofrecían ayuda para restaurar mi cuenta. Tenía un enlace de una página que me pedía mi número de Seguro Social. Ahí fue cuando me di cuenta de
que los piratas informáticos se estaban haciendo pasar por Amazon para obtener aún más información. Tardé muchas horas y padecí de muchísimo estrés, pero finalmente pude resolver todos los
problemas de piratería. Felizmente, mi banco restauró los $4,000. El principal obstáculo de la piratería informática es que hay una avalancha constante de intentos de suplantación de
identidad: en pocos días, me informaron que había ganado 10 teléfonos iPhone y una docena de tarjetas de regalo de Costco. ¡Qué afortunado!
Los ataques cibernéticos se han detenido por ahora. Todavía verifico mi teléfono todas las mañanas para ver si hay alertas de fraude. He reforzado mi seguridad en internet. No puedo revertir
el daño causado por el ataque reciente, pero espero estar mejor preparado la próxima vez que suceda. Y lo estaré.
Rob Tannenbaum también escribe para The New York Times, GQ y Los Angeles Times. Es coautor del libro I Want My MTV: The Uncensored Story of the Music Video Revolution.
Membresía de AARP: $15 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática.
Obtén acceso instantáneo a productos y a cientos de descuentos exclusivos para socios, una segunda membresía gratis y una suscripción a la revista AARP The Magazine.
Los delincuentes son cada vez más sofisticados y perfeccionan viejas estafas con nuevas tecnologías.
Los grandes retiros de dinero que hizo no despertaron las sospechas del banco.
Reciclan los viejos engaños para aprovechar lo que escuchas de los informes de noticias.
Somos una asociación no partidista, sin fines de lucro, que ayuda a las personas mayores de 50 años a mejorar la calidad de sus vidas.