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Desde su prematura muerte por un ataque cardíaco en 1977, los admiradores de Elvis Presley han acudido en masa a su hogar para presentar sus respetos. Esta primavera, sin embargo, la mansión
de Presley en Memphis, Tennessee, atrajo a un tipo completamente diferente de admirador: Naussany Investments & Private Lending (NIPL), una dudosa firma de inversión que intentó vender
la propiedad Graceland del cantante después de pretender haber adquirido la escritura de su difunta hija, Lisa Marie Presley. Según una demanda presentada por la actriz Riley Keough, quien
es la nieta de Elvis y la fiduciaria de Graceland, NIPL afirmó haber otorgado un préstamo de $3.8 millones a Lisa Marie Presley en el 2015, momento en el que ella ofreció la escritura de
Graceland como garantía. Cuando la compañía anunció la venta de la propiedad en una subasta de ejecución hipotecaria en mayo, Keough pidió a un tribunal del condado que la bloqueara con el
argumento de que ni NIPL ni sus documentos eran legítimos. “La supuesta nota y escritura de fideicomiso son productos de fraude y se cree que aquellas personas que estuvieron involucrados en
la creación de dichos documentos son culpables del delito de falsificación”, afirma la demanda de Keough, que se resolvió rápidamente cuando el notario listado en los documentos de NIPL
negó haberlos notarizado, lo que provocó que un juez detuviera la venta de Graceland. Poco después, varios medios de comunicación informaron que recibieron correos electrónicos no
verificados de una persona que afirmaba estar asociada con NIPL en los que prometía abandonar su interés en la propiedad. Una mujer de Missouri fue arrestada en agosto acusada de haber
orquestado el descarado plan, dijo el Departamento de Justicia.Una mujer de Missouri fue arrestada en agosto acusada de haber orquestado el descarado plan, dijo el Departamento de Justicia.
Cuando informó sobre el incidente, _Vanity Fair_ lo calificó de “confuso” y “extraño”. Tanto CNN como _The New York Times_ llamaron la situación “extraña”. Pero al profesional de bienes
raíces Tom Cronkright no le sorprendió. Aunque la situación de Graceland fue inusual y, en última instancia, un fracaso, las estafas como esa, conocidas colectivamente como robo de título de
propiedad o fraude de título de propiedad, son cada vez más comunes y a menudo exitosas, explica. “El robo de títulos de propiedad es el delito de bienes raíces perfecto”, dice Cronkright,
director ejecutivo de CertifID, una empresa de prevención de fraude electrónico, y de Sun Title, una empresa de títulos residenciales y comerciales en Grand Rapids, Míchigan. A diferencia de
otras formas de robo de identidad que requieren acceso a las cuentas en internet de las víctimas, Cronkright señala, “todo lo que el estafador necesitaría para [cometer el robo de título]
está disponible públicamente”. No es un delito que se denuncia comúnmente, pero puede ser un problema para resolver si eres el objetivo. CÓMO FUNCIONA EL ROBO DE TÍTULO DE PROPIEDAD El
fraude de bienes raíces (del cual el fraude de título de propiedad forma parte) puede ser devastador. La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) dice que las personas del país reportaron
pérdidas de más de $145 millones por fraude relacionado con bienes raíces en el 2023. “El fraude y el robo son, desafortunadamente, delitos bastante comunes. Y lo que hemos estado viendo en
los últimos años es un aumento en el fraude de suplantación de identidad de vendedores donde una persona básicamente se hace pasar por el dueño de una propiedad”, dice Deanne Rymarowicz,
asesora sénior en la National Association of Realtors. “Engañan a un profesional de bienes raíces para que ponga la propiedad a la venta y, en algunos casos, venderán con éxito la propiedad
a un comprador desprevenido, aunque no son los verdaderos y legítimos dueños de la propiedad”. Hacerse pasar por propietarios es fácil gracias a los registros públicos e información personal
identificable adquirida de piratas cibernéticos. “Todo lo que tiene que hacer el estafador es buscar quién es el dueño”, dice Cronkright. “Pueden ir a los registros tributarios para ver
dónde se envía la factura de impuestos y luego pueden crear documentos de identidad con información adquirida de fuentes pagadas o a través de la red oscura. Esos documentos —un pasaporte o
algún tipo de identificación emitida por el estado— generalmente tienen una foto de la mula de dinero, pero con información sobre el verdadero dueño de la propiedad”. Los delincuentes pueden
usar esos documentos y una escritura falsificada para contratar a un agente de bienes raíces y eventualmente presentar esos mismos documentos al cierre para completar una venta. Como
sucedió en el incidente de Graceland, a veces incluso se hacen pasar por un notario.