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ALBUQUERQUE, Nuevo México, EE.UU. — Los espectadores de la Generación X quizás conocen a Raúl Juliá por su enérgica y juguetona interpretación del patriarca Gómez en la adaptación
cinematográfica de 1991 de “The Addams Family” (“Los locos Addams”). Otros quizás lo recuerdan por su aclamado papel en “Kiss of the Spider Woman” (“El beso de la mujer araña”) de 1985, como
el revolucionario Valentín Arregui. [embedded content] Pero para actores latinos como Edward James Olmos, Rita Moreno, Andy García, John Leguizamo y Benicio del Toro, el hombre al que
muchos de ellos llegaron a conocer como Raulito fue un mentor, un defensor y un pionero que allanó el camino para muchos como ellos. El influyente actor puertorriqueño, quien abrió las
puertas a una generación de artistas latinos en el cine y la televisión desde la década de 1970 hasta los 90, es objeto de un nuevo documental de PBS. “Raúl Juliá: The World’s a Stage”
presenta la formación del artista desde que era un niño de clase media en Puerto Rico hasta las calles de Nueva York mientras buscaba incursionar en el teatro. Con raros videos de Juliá y
entrevistas a actores latinos, el filme explora su lucha contra los estereotipos y el respeto que se ganó. El documental incluye imágenes de Juliá interpretando Shakespeare con una joven
Meryl Streep, pronunciando desafiante las palabras del bardo con acento boricua. James Earl Jones habla de lo impresionado que quedó al verlo en el papel del marginado Edmund en “El rey
Lear”. Del Toro recuerda que quedó deslumbrado con Juliá en el musical “Nine”, basado en la película semiautobiográfica del cineasta italiano Federico Fellini “8½”. Con cada uno de sus
papeles, Juliá trataba de redefinir lo que significaba ser un hispano en Estados Unidos, una nación que por años ha ignorado o relegado a los latinos a roles serviles en la pantalla y en la
vida, dijo Ben DeJesus, director del documental. “Él significaba tanto para tanta gente”, dijo DeJesus. “De muchas maneras, estaba muy adelantado a su época”. Juliá usaba su estatus de
pionero para ayudar a otros jóvenes actores de minorías y concientizar sobre problemas sociales como el hambre en el mundo o la independencia puertorriqueña. Luchaba contra las injusticias
sociales, incluyendo el racismo. “Hay mucha ignorancia en este país sobre lo que es una persona hispana. Punto”, dijo Juliá en una entrevista. Durante su tiempo en Broadway y en el cine,
Juliá contrastaba con el mundo artístico más oscuro de intérpretes boricuas en Nueva York como Miguel Piñero, quien recreó imágenes de violencia sexual, drogadicción y pobreza. Juliá dejó
dos hijos. Su viuda, Merel Poloway, lo recuerda como un padre amoroso. Del Toro señala que buscó alcanzar su sueño de ser actor gracias a Juliá y todos los rechazos que éste enfrentó décadas
antes. Juliá murió en 1994 de complicaciones de un derrame cerebral, a los 54 años. El documental, presentado conjuntamente por American Masters y VOCES, se estrena el viernes en la mayoría
de las estaciones de PBS.