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Tal vez conozcas a Seth MacFarlane como el cerebro irreprimible e irreverente del programa televisivo _Family Guy _y de un par de las películas _Ted_ protagonizadas por un obsceno osito de
peluche. Pero lo que tal vez no sepas es que el actor de 47 años también es un cantante serio que profesa una gran devoción por el tradicional cancionero estadounidense (_Great American
Songbook_). En su sexto (¡sí, sexto!) álbum, _Great Songs from Stage & Screen _(en inglés), MacFarlane interpreta melodías de leyendas como Cole Porter, Henry Mancini, Rodgers y
Hammerstein, y Lerner y Loewe. El director de orquesta Bruce Broughton, con quien ha colaborado durante muchos años, se encargó de la magnífica orquestación de las canciones clásicas, que
incluyen desde la alegre “Let's Not Be Sensible” y la animada “Once Upon a Dream” hasta la maravillosamente romántica “I Loved You Once in Silence” y “Ten Minutes Ago” al ritmo del
swing. El homenaje de 13 pistas a la edad de oro de Hollywood no fue un proyecto de vanidad. MacFarlane, dotado de una impresionante voz de barítono, aporta un conocimiento erudito, férrea
disciplina y una trayectoria asombrosa al proyecto: cinco nominaciones a los premios Grammy y una nominación al Óscar a la mejor canción original como coautor de “Everybody Needs a Best
Friend” de la película _Ted_ del 2012. Además, no ha perdido la oportunidad de infundir magníficas orquestaciones en sus obras cómicas. MacFarlane hizo una breve pausa para hablar con AARP
sobre su pasión por esas canciones, cuán difícil fue seguirle el ritmo a Barbra Streisand y si tiene planes futuros de filmar una película musical. ESTE REPERTORIO NO INCLUYE NINGUNA “MY
FUNNY VALENTINE” TRILLADA. DESCUBRISTE ALGUNAS JOYAS ESCONDIDAS Y PARECES HABER APOSTADO A LA DIVERSIDAD. Históricamente, eso es lo que han hecho los grandes de la voz, y Frank Sinatra es el
mejor ejemplo de ello. Escogió tantas canciones olvidadas de los años veinte, treinta y cuarenta que reinventó y modernizó. Esa fue nuestra intención. Desde el punto de vista artístico, es
más emocionante y gratificante que grabar “Fly Me to the Moon”. ESTE ES EL QUINTO ÁLBUM CONSECUTIVO QUE HAS GRABADO EN ABBEY ROAD STUDIOS EN LONDRES. ¿CUÁL ES LA ATRACCIÓN DEL ESTUDIO? Lo
atractivo de Abbey Road no es el estudio en sí, sino sus músicos. Durante varios años trabajé con la John Wilson Orchestra de Londres, y realmente se especializan en este género musical. Han
cultivado el nivel acertado de vibrato en sus instrumentos de viento, madera y cuerdas. La orquesta interpreta los viejos éxitos de MGM de los años cincuenta, que son muy complejos. Era la
unión ideal. CRECISTE CANTANDO EN LA IGLESIA Y EL TEATRO MUSICAL, PERO RECIÉN EN 1999, DE ADULTO, TE TOMASTE EN SERIO LA TÉCNICA VOCAL. ¿CUÁN IMPORTANTE FUE ESE TRABAJO? Me formé con una
pareja, Lee y Sally Sweetland, quienes tenían más de 90 años cuando empecé con ellos. En sus años de juventud, ella cantaba para Johnny Mercer y Henry Mancini. Él era cantante de ópera y
conducía un programa de radio en los años cuarenta. Fueron indispensables para que mi voz alcanzara su máximo potencial. Me enseñaron a utilizar el instrumento vocal y a mantenerlo. Ellos
habían trabajado en una época en la que no existían los trucos electrónicos. O podías cantar o no podías. Hasta el día de hoy, cuando canto, recurro internamente al manual musical que me
enseñaron.