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1. ANTES DE SALIR AL JARDÍN, DA UNA VUELTA A LA MANZANA para despertar los músculos. “Caminar es, en realidad, un ejercicio muy bueno para el torso”, dice Zellers. Cuando camines, mantente
erguido con los hombros hacia atrás y relajados, mantén las caderas a la misma altura y concéntrate en los músculos centrales mientras te mueves, manteniendo el torso firme para que sostenga
la espalda, dice. 2. OTRA FORMA DE FORTALECER EL TORSO: siéntate en una silla y luego levántate sin usar los brazos, dice Iversen. A ver cuántas veces puedes hacerlo durante 30 segundos.
3. ESTIRA LAS ARTICULACIONES PRINCIPALES suave y lentamente y no pares de respirar, dice Wagenfeld. Por ejemplo, hazlo con los hombros, primero, asegúrate de que estén hacia atrás y abajo.
Luego, uno a la vez, hazlos rotar suavemente hacia atrás y bájalos hasta una posición cómoda. Haz esto con regularidad mientras trabajas en el jardín, dice. 4. NO TE OLVIDES DE LOS
ISQUIOTIBIALES, dice Iversen. Si están muy tensos, recuéstate boca arriba con una almohada bajo la cabeza. Luego, toma la pierna por detrás del muslo y acércala extendida hacia ti,
manteniendo la rodilla lo más recta posible. Cuando sientas que tira, mantén la posición y cuenta hasta 10 o 15 mientras respiras profundamente. Deberías sentir que el músculo se relaja.
Cuando lo sientas, acerca suavemente la pierna algo más al cuerpo. 5. PARA CALENTAR LAS MANOS, toca los dedos con el pulgar varias veces, sugiere Zellers. Las planchas, que consisten en
apoyarte en la posición de las flexiones, fortalecen las muñecas y las manos; igual lo hacen las flexiones contra la pared, dice Wagenfeld. “Poder estirar y, por supuesto, flexionar hacia la
pared, implica mucha acción y control muscular”, dice. “Con las manos en la pared, se consigue una buena flexión de la muñeca”. 6. PARA MEJORAR EL EQUILIBRIO, PÁRATE SOBRE UN PIE,
alternando las piernas, siempre que te acuerdes, tal vez al lavar los platos o al cepillarte los dientes, dice Wagenfeld. Y practica agacharte y levantarte, sujetándote a una silla si es
necesario. Es posible que, con el tiempo, puedas hacerlo sin apoyo.