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Si estás pensando en trabajar después de jubilarte de tu trabajo de toda la vida, prepárate para posiblemente perder algunos de tus beneficios del Seguro Social en el corto plazo. En estos
días, más personas de 60 años o más trabajan. De hecho, más de la mitad (54.7%) de las personas en edades de 60 a 64 años trabajaron al menos a tiempo parcial en el 2017, según la Oficina de
Estadísticas Laborales. Entre los de 65 a 69 años, casi un tercio (31.2%) trabajaron. Pero si ya recibes Seguro Social y regresaste a trabajar, te podrían retener cierta porción de tus
beneficios. Si solicitas tus beneficios del Seguro Social en cualquier momento entre los 62 y 66 o 67 años, y regresas a trabajar, estarás sujeto a la Prueba de ingresos de jubilación de la
Administración del Seguro Social (en inglés). Mientras no ganes más de $17,040 en el 2018 (la cantidad cambia cada año), no perderás ninguno de tus beneficios del Seguro Social para ese año.
Pero si ganas más de $17,040, el Seguro Social te descontará $1 por cada $2 que ganes por encima de ese umbral. Por ejemplo, supongamos que empezaste a recibir Seguro Social a los 62 años
en enero del 2018, con un pago mensual de $600 o $7,200 al año. Y tu trabajo te pagará $22,000 durante el 2018, $4,960 por encima del umbral de $17,040. El Seguro Social te retendrá $2,480,
es decir, $1 por cada $2 que ganes por encima del límite. Cuando alcances la edad plena de jubilación, el umbral aumenta a $45,360. Si ganaras más que eso, perderías $1 por cada $3 que
ganaras hasta el mes en que realmente alcances la edad plena de jubilación. (Para los nacidos entre 1943 y 1954, es 66 años. Aumenta en dos meses por cada año subsiguiente hasta los 67
años). Una vez que cumplas la edad plena de jubilación, puedes ganar tanto como quieras y aun así recibir tus beneficios del Seguro Social completos.