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Mary Ellen Roberts vive con Jim, que ha sido su esposo durante 45 años. Hace trece años, Jim pensó que tenía gripe. Una radiografía de tórax mostró una enfermedad incurable llamada fibrosis
pulmonar idiopática. Sus pulmones están dañados y rígidos; necesita el máximo de oxígeno. Roberts es su principal cuidadora y se adapta constantemente a las necesidades de él: "Lo que
tenga que hacer, lo haré". "Pon tus registros financieros en orden" es su primer consejo. "Te conviene evitar un juicio testamentario. Haz un archivo con los papeles
importantes y la información de contacto, y dile a alguien dónde está. Cuando llegue el día, es posible que no puedas pensar". Además, recomienda preguntarles a los hijos qué
pertenencias quieren y anotar los objetos que deseen o dárselos inmediatamente. En cuanto a los asuntos cotidianos, Roberts dice: "No te sientas culpable por cosas como pedir entrega a
domicilio o usar servicios". Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > Judy Geigner estuvo casada 43 años. Cuidó
de su marido durante seis meses tras el diagnóstico de cáncer de pulmón. Su rápido declive dejó poco tiempo para hacer planes. Aunque algunas cosas estaban preparadas, los testamentos, las
directivas, el servicio funerario prepagado y las parcelas para el entierro, Geigner pronto se vio abrumada por lo que no se había organizado. Durante su quimioterapia, el marido de Geigner
prometió hacerle una carpeta, "toda para ti". Ella la encontró más tarde; estaba vacía. Él había administrado las finanzas y solo proporcionó las contraseñas necesarias poco antes
de su muerte. Se olvidó de hacer los arreglos necesarios para que su pensión le llegara a Judy. El seguro médico de Judy se venció al mes siguiente. Ella invita a las mujeres a tener una
experiencia diferente y mejor que la suya. "Averigüen dónde están los documentos del seguro y a quién dirigirse". Sin desanimarse, Judy contrató a un contador especialista en
impuestos, un servicio para cortar el césped y un organizador para su mudanza a un condominio. Ahora es orgullosamente independiente: "Estaba sola, pero cuando tenía que hacer algo, lo
hacía". Karen Haack estuvo casada con su marido durante 35 años. Él sobrevivió más de seis años con cáncer del cerebro, mucho más de lo esperado. Hasta llegaron a pensar que habían
vencido la adversidad. Esto, dice ahora, es lamentable. "Nunca hablamos de que no se curaría o de qué pasaría si no sobreviviera. Simplemente avanzamos. Son oportunidades perdidas que
nunca voy a recuperar". Consultaron a un abogado especializado en herencias para establecer fideicomisos. Haack organizó todos los documentos. Además, asistió a un grupo de apoyo
durante dos años. "Era para mí; fue lo mejor que pude haber hecho", afirma. Trece años después, sigue en su casa y tiene amistades sólidas. Aun así, dice: "Perdí a mi
compañero de golf y de viaje". Su consejo para las viudas: "Date permiso de lamentarte de vez en cuando. Está bien". En cuanto a la logística, aconseja conseguir "muchos
certificados de defunción. Necesitarás más copias de las que crees y después son difíciles de conseguir". (Los expertos recomiendan de seis a diez copias certificadas).