El poder salvador del diario de un cuidador

El poder salvador del diario de un cuidador

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digitalskillet/Getty Images Facebook Twitter LinkedIn


Al releer hace poco el diario que escribí entre el 2010 y el 2017 cuando cuidaba de mi padrastro, que padecía demencia, y más adelante de mi madre, me topé con este fragmento del 28 de


agosto del 2010:


“Hoy me quedé en el apartamento con mi padrastro mientras mi madre hacía las compras con mi esposa. Francamente, él estaba paranoico; decía que se iría y que llamaría a la policía. Intenté


tranquilizarlo y luego distraerlo con una película de John Wayne en la televisión. Se tranquilizó, pero siguió pellizcándose la piel del cuero cabelludo hasta que sangró. Lo observé, pero yo


estaba demasiado agotado para discutir con él para tratar de detenerlo”.


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Fue una entrada breve sobre los eventos insignificantes de una tarde, pero en ella se recogía mucho: las situaciones cotidianas, con sus muchas dificultades y frustraciones. Había olvidado


el incidente en cuestión, probablemente porque fue una entre cientos de pequeñas interacciones que viví como cuidador de las que apenas guardo recuerdo. Me alegra ahora tener este documento


por escrito que me recuerda lo que pasé y que tuve la suficiente paciencia —al menos un día— para aportar, al menos en parte, algo positivo.


El diario me sirvió de archivo histórico y de espacio para poder desahogarme sin tener que molestar a nadie durante el tiempo que fui cuidador familiar. Los diarios de otros cuidadores son


listas llenas de preocupaciones o críticas indignadas dirigidas al médico de un ser querido; o bien se usan para llevar un control de sus propios pensamientos y estados de ánimo. Como prueba


de que ser cuidador no es siempre sinónimo de penas y fatiga, hay quienes llevan un diario de gratitud en el que describen tres momentos de alegría o de humor que hayan tenido ese día y por


los que se sintieron agradecidos.


Las investigaciones sugieren que escribir nuestras experiencias, independientemente del formato que usemos, disminuye las probabilidades de que nos deprimamos. Tal y como señala el sitio web


de la popular rama de la psicología conocida como psicología positiva (enlace en inglés), escribir un diario “nos ayuda [a las personas] a crear un amortiguador entre nuestros pensamientos


negativos y nuestra sensación de bienestar”.