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2. MANTENER UN PESO SALUDABLE En Estados Unidos, casi el 40% de los adultos son obesos, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Hume explica que el
exceso de peso supone un esfuerzo adicional para las articulaciones, especialmente para las que soportan peso, como las rodillas y las caderas. “Si tienes 'llantas' de tamaño
normal en la rodilla” —las llantas son una metáfora que Hume utiliza para el cartílago amortiguador que se encuentra entre los huesos— “pero estás cargando el doble del peso corporal para el
que están diseñadas las rodillas, es obvio que el desgaste se agudizará con mayor rapidez”, advierte. Según un estudio, al bajar una libra de peso corporal la carga sobre las rodillas se
reduce 4 libras. Además, el tejido graso produce proteínas que pueden causar inflamación dentro y alrededor de las articulaciones, que es otra razón por la que bajar de peso puede aliviar
las molestias articulares. Tener un peso inferior al normal también puede suponer problemas para las articulaciones. Con frecuencia, las personas con bajo peso no tienen un desarrollo
muscular adecuado y “el cartílago no está preparado para soportar toda la compresión y toda la fuerza, en particular cuando se trata de las rodillas”, según King. Esta fuerza debería
distribuirse por todo el cuerpo. “Debes tener buena fuerza muscular, buena flexibilidad y buena fuerza en el tronco y las caderas para poder absorber ese impacto”, agrega. See more Seguro
offers > 3. MEJORAR LA DIETA El control del peso va acompañado de una dieta saludable. Hume le da menos prioridad a un alimento o nutriente en particular y explica que, en cambio, se
trata de controlar las porciones, evitar las calorías vacías y consumir “un buen equilibrio de proteínas”. Algunas investigaciones demuestran que una dieta mediterránea —rica en frutas,
verduras, cereales y grasas saludables— es favorable para las personas que tienen osteoartritis. Por ejemplo, un estudio con 4,470 participantes que se publicó en _The American Journal of
Clinical Nutrition _(en inglés)_ _reveló que los adultos con osteoartritis que siguieron fielmente una dieta mediterránea con más frecuencia tuvieron menos dolor, menos discapacidad y menos
síntomas depresivos. Otro estudio reveló que seguir una dieta mediterránea se vincula a un menor riesgo de intensificación del dolor de rodilla debido a la osteoartritis. Existen numerosos
suplementos para el dolor de las articulaciones. La glucosamina y la condroitina son dos de los más comercializados, pero no existen suficientes datos que demuestren su eficacia, según el
National Center for Complementary and Integrative Health de los Institutos Nacionales de Salud. Lo mismo ocurre con el dimetilsulfóxido (DMSO) y el metilsulfonilmetano (MSM), que se han
utilizado en casos de artritis. Dado que la glucosamina y la condroitina pueden interactuar con los anticoagulantes (como la warfarina) y podrían interferir con la forma en que el organismo
metaboliza el azúcar, es importante hablar con el médico antes de tomar estos o cualquier otro suplemento. El DMSO y el MSM también pueden tener efectos secundarios, como malestar estomacal
e irritación en la piel. 4. MANTENERSE HIDRATADO Cuando estás deshidratado, el organismo comienza a extraer agua de otras fuentes, como el cartílago, que está compuesto principalmente de
agua (alrededor del 80%). Sin embargo, la extracción de agua del cartílago disminuye su lubricación, lo que puede provocar dolor en las articulaciones. “Sabemos con certeza que mantener el
cartílago bien hidratado es una de las mejores formas de mantenerlo saludable”, advierte King. Beber mucha agua también ayuda a eliminar las toxinas inflamatorias del organismo y prevenir
lesiones en otras áreas que operan en paralelo con las articulaciones. “Cuando los tendones, los ligamentos y los músculos están bien hidratados, tienen menos probabilidades de lesionarse”,
agrega King.