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1. CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA "Lo primero y más importante es empezar con cambios en el estilo de vida y el comportamiento", dice la doctora Alyssa Dweck, profesora adjunta de
Obstetricia y Ginecología del New York Medical College. Con frecuencia, ella les aconseja a sus pacientes que prueben la dieta mediterránea, ya que existen datos de que las mujeres que
siguen este plan de alimentación saludable tienen menos probabilidades de sufrir sofocos y sudores nocturnos (sofocos que se producen mientras duermes). También hay razones para creer que
comer más soya puede ser beneficioso. Un pequeño estudio reciente (en inglés), publicado en la revista Menopause, descubrió que las mujeres que comían una dieta vegana que incluía media taza
de soya al día presentaban una reducción significativa de los sofocos. Algunas participantes llegaron a descubrir que el síntoma había desaparecido. Entretenimiento Paramount+ 10% de
descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > Aunque no tengas planes de cambiar tu dieta, ten cuidado con los desencadenantes habituales de los sofocos,
como la cafeína, el alcohol y los alimentos picantes, dice Dweck. Mientras tanto, procura hacer mucho ejercicio, practicar técnicas de reducción del estrés y proteger tu sueño; las
investigaciones sugieren que estas medidas pueden reducir la intensidad y la frecuencia de los sofocos. Para reducir las posibilidades de tener sudores nocturnos, mantén tu habitación
"tan fría como lo puedas tolerar", dice la Dra. Mary Jane Minkin, profesora clínica de Obstetricia, Ginecología y Ciencias de la Reproducción de la Facultad de Medicina de Yale. 2.
TERAPIA HORMONAL Es la regla de oro porque funciona. La North American Menopause Society dice que la terapia hormonal es el tratamiento más eficaz contra los sofocos y que la relación
riesgo-beneficio es más favorable para las mujeres menores de 60 años o dentro de los 10 años siguientes al inicio de la menopausia. Te sorprenderá saber que las hormonas están totalmente
prohibidas para muy pocas mujeres, dice Minkin, aunque con frecuencia se aconseja que no las usen quienes han tenido un cáncer de mama de origen hormonal o un coágulo sanguíneo grave. Si no
estás segura de ser una buena candidata, tu médico —que idealmente sería un profesional clínico certificado en menopausia— puede ayudarte a sopesar los pros y los contras. Si decides usar
hormonas, aléjate de la variedad bioidéntica compuesta, que se mezcla de forma personalizada para cada paciente en una farmacia para fórmulas magistrales. Estas fórmulas no están reguladas
de la misma manera que los medicamentos recetados habituales, por lo que la calidad, la fiabilidad y hasta la dosis pueden estar mal, advierte Faubion. La terapia hormonal aprobada por la
FDA para los síntomas de la menopausia por lo general se presenta en forma de pastilla o de parche. Ambos son relativamente fiables, dice Minkin, aunque los parches suponen un riesgo
ligeramente más bajo de formación de coágulos. (Si usas las pastillas, dice, el riesgo de tener un coágulo de sangre es aproximadamente de 2 entre 1,000). Hace años se les aconsejaba a las
mujeres que utilizaban la terapia hormonal que tomaran la dosis más pequeña durante el menor tiempo posible, pero esa ya no es la norma. "Lo que decimos ahora es 'toma la dosis
adecuada durante el tiempo adecuado'", dice Faubion. Tu médico y tú pueden decidir cuándo es el momento de reducir la dosis. Si estás en la perimenopausia, puedes optar por un
método anticonceptivo de baja dosis, que también ayuda con los sofocos, dice Minkin. Otra ventaja es que los anticonceptivos orales igualarán los periodos menstruales irregulares o los
eliminarán y te ayudarán a evitar un embarazo sorpresa.