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Sin embargo, fue solo en años recientes que los investigadores descubrieron que podría existir un vínculo similar con respecto al deterioro de la visión. En el 2021 se realizaron diversos
análisis a gran escala de estudios observacionales —en los que se observa a las personas sin proporcionarles tratamiento ni intentar incidir en los resultados—, y en estos análisis se
determinó que los adultos mayores con deficiencias visuales corrían mayor riesgo de presentar problemas cognitivos a largo plazo. En una reseña, publicada en la revista _Ophthalmology,_ se
reveló que las personas con problemas de la vista eran un 66% más propensas a presentar un problema cognitivo, así como un 109% más propensas a padecer demencia, en comparación con las
personas sin problemas visuales. Un análisis similar reportó que estas probabilidades eran un 35 y 47% mayores, respectivamente. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan
de Paramount+ See more Entretenimiento offers > Entretanto, un estudio publicado en _JAMA Internal Medicine_ (en inglés) en diciembre del 2021 podría sustentar la noción de que el
tratamiento de un problema visual podría servir para prevenir el deterioro cognitivo. En dicho estudio se realizó un seguimiento a dos grupos de personas mayores de 65 años que tenían
cataratas, pero que no padecían demencia. Se determinó que aquellas que se operaron para eliminar las cataratas tenían un 30% menos de probabilidades de recibir un diagnóstico de demencia en
años posteriores, en comparación con quienes no se operaron. (Cabe señalar que los investigadores tuvieron en cuenta otros factores que podrían incidir en los resultados, como la educación,
la raza y los antecedentes de tabaquismo). POSIBLES RAZONES DEL VÍNCULO Los investigadores no saben exactamente cómo ni por qué existe un vínculo entre la visión y la salud cognitiva,
aunque creen que se debe al mismo mecanismo que vincula la pérdida auditiva con la demencia. Es posible, por ejemplo, que el mismo proceso patológico que provoca el deterioro visual también
perjudique la capacidad cognitiva, según afirma el Dr. Joshua Ehrlich, oftalmólogo e investigador de salud poblacional en el Kellogg Eye Center de University of Michigan. "El ojo es una
extensión del cerebro. Está hecho de tejidos neuronales", explica Ehrlich. "En un caso de degeneración neuronal, sería lógico que el ojo, al igual que el cerebro, pudiera verse
afectado". Se ha planteado otra hipótesis relacionada con la llamada "carga cognitiva". Como la pérdida visual dificulta las tareas cotidianas, como el pago de facturas o la
lectura de una receta, el cerebro tiene que hacer más esfuerzo, lo cual podría afectar otras capacidades relativas al pensamiento y la memoria. Así lo señala la Dra. Heather Whitson,
directora del Duke Center for the Study of Aging and Human Development y profesora de la Facultad de Medicina de Duke University. Otros expertos especulan que la falta de información
sensorial —ya sea visual o auditiva— podría provocar la reducción o atrofia de ciertas partes del cerebro. Por último, es posible que la pérdida visual no ocasione de forma directa cambios
en el cerebro, sino que dificulte la vida social, la actividad física y la participación en actividades significativas a nivel cognitivo, como ir al teatro, asistir a un evento deportivo o
leer un libro.