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Enfermarte afecta más que tu cuerpo y mente. También afecta el espacio donde vives y todas las cosas que tocas. El virus del resfriado puede vivir en superficies duras durante 24 horas, la
gripe durante 24 a 48 horas, y la COVID-19 puede permanecer desde unas pocas horas hasta unos pocos días, según Cleveland Clinic. Esta es una mala noticia para los adultos mayores, quienes
son más propensos a complicaciones de estos comunes virus respiratorios, y especialmente aquellos con enfermedades subyacentes, "como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica,
trastornos inmunológicos o diabetes", dice el Dr. Gonzalo Bearman, director de la División de Enfermedades Infecciosas para VCU Health en Richmond, Virginia. La casa es usualmente un
lugar lleno de gérmenes, pero hay aún más cuando alguien está enfermo. Esto es lo que puedes hacer para reducir la propagación de bacterias y virus la próxima vez que te estés recuperando de
una enfermedad. 1. LIMPIA EL BAÑO El virus estomacal, o norovirus, puede causar vómitos y diarrea, y es altamente contagioso. Además, una persona infectada puede propagar el virus durante
dos o más semanas después de sentirse mejor, lo cual es aún más razón para mantenerse al tanto de la limpieza después de la enfermedad. No olvidemos que muchas personas también experimentan
problemas gastrointestinales con otras infecciones. Las investigaciones sugieren que alrededor de la mitad de las personas con COVID-19 experimentan síntomas de vómitos y diarrea. Para
deshacerte de los gérmenes persistentes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan usar una solución de lejía (en inglés) (5 cucharadas de lejía doméstica
por galón de agua a temperatura ambiente) para desinfectar las superficies. "Sabemos que esto es eficaz contra una gran variedad de bacterias y virus", dice Alexandra Seguin, una
especialista en prevención de infecciones en la Universidad de Rush en Chicago. Además, si has estado sonándote la nariz mucho, asegúrate de que tu basurero esté forrado y sácalo afuera
todos los días. 2. CAMBIA TU CEPILLO DE DIENTES No es probable que te vuelvas a infectar después de recuperarte de una enfermedad —la faringitis estreptocócica es una excepción notable—,
pero aún así es buena idea reemplazar tu cepillo de dientes una vez que te sientas mejor para reducir la probabilidad de que queden bacterias. (Y con la faringitis estreptocócica, reemplaza
tu cepillo de dientes después de terminar tus antibióticos, dice Cleveland Clinic). Para evitar que las personas que comparten un baño se enfermen entre sí, podrías darle a cada una su
propia pasta de dientes.