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Otros estudios han encontrado asociaciones entre varias vacunas que se aplican durante la adultez —como las vacunas contra el tétanos, la poliomielitis y el herpes— y un menor riesgo de
demencia. Y en el 2020, un equipo de investigadores de Duke University descubrió que los adultos de 65 a 75 años vacunados contra la neumonía tenían una menor prevalencia (en inglés) de la
enfermedad de Alzheimer. “En cambio, creemos que el sistema inmunitario es complejo, y algunas alteraciones, como la neumonía (una complicación de la gripe), pueden activarlo de una manera
que empeora la enfermedad de Alzheimer. Pero otras cosas que activan el sistema inmunitario pueden hacerlo de una manera diferente que lo protege contra la enfermedad de Alzheimer.
Claramente, tenemos que aprender más sobre cómo el sistema inmunitario empeora o mejora los resultados de esta enfermedad”, dijo Schulz en una declaración. See more Seguro offers >
También puede ser que las personas que se mantienen al día con las vacunas contra la gripe “se cuiden de otras maneras” y tengan hábitos que mantienen el cerebro saludable, Rebecca
Edelmayer, directora de participación científica de la Alzheimer’s Association, le dijo a AARP en el 2020 cuando se publicaron los hallazgos del primer estudio de UTHealth Houston. Se ha
demostrado que el ejercicio, la dieta y el sueño reducen el riesgo de deterioro cognitivo en los adultos. El control intensivo de la presión arterial también puede reducir los riesgos del
deterioro cognitivo leve, un precursor de la demencia. Los investigadores señalan que los estudios futuros deberían evaluar si la vacuna contra la gripe puede tener un impacto en la tasa de
progresión de los síntomas en pacientes que ya tienen demencia causada por el Alzheimer. También vale la pena investigar si las vacunas contra la COVID-19 tienen alguna relación con la
enfermedad de Alzheimer, dicen. Más allá de la demencia, la vacuna contra la gripe se ha relacionado con un menor riesgo de padecer algunos eventos cardíacos, especialmente para las personas
con enfermedades cardíacas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). También se ha asociado con la reducción de hospitalizaciones que surgen de
complicaciones relacionadas con la diabetes y la enfermedad pulmonar crónica. Los CDC recomiendan que la mayoría de las personas de 6 meses o más reciban la vacuna contra la gripe cada
temporada. Este año, las autoridades de salud pública están instando a los adultos mayores a que opten por una versión de alta dosis de la vacuna para mejorar su protección contra una
enfermedad grave provocada por una infección. _Nota de redacción: este artículo, que originalmente se publicó el 28 de julio del 2020, se ha actualizado para incluir nueva información._