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3. LA FELICIDAD ES GENÉTICA LO QUE DEMUESTRA LA CIENCIA: “Es una combinación de genética y entorno”, sostiene Robin Miller, experta en medicina integrativa e instructora de _The Scientific
Guide to Health and Happiness_, de la serie Wondrium. Las diferencias genéticas representan el 40% de la variación que se observa en la propensión a la felicidad y el resto se atribuye a
influencias del entorno, según el informe _World Happiness Report_ del 2022. Si bien la felicidad puede ser en parte genética, eso “no significa que estés predestinado a tener un cierto
nivel de felicidad”, según Sonja Lyubomirsky, profesora de Psicología y autora de _The Myths of Happiness: What Should Make You Happy, But Doesn’t, What Shouldn’t Make You Happy, But Does_.
Su investigación se conoce a menudo como el "pastel de la felicidad", una gráfica circular con "rebanadas" de felicidad de un 50% de genética, 40% de actividades y 10% de
circunstancias de la vida. Emiliana Simon-Thomas, directora científica del _Greater Good Science Center_, concuerda en que la genética no predestina la felicidad. “Existen muchas
oportunidades para que las personas se comporten de forma que den prioridad a su tiempo, atención y esfuerzo de modo que puedan producir cambios en su nivel de felicidad”. See more Seguro
offers > 4. SI QUEDAS INCAPACITADO, NUNCA VOLVERÁS A SER FELIZ COMO ANTES LO QUE DEMUESTRA LA CIENCIA: “Existe lo que llamamos la paradoja de la discapacidad”, señala Miller. A pesar de
que pueden ser devastadoras, las discapacidades no excluyen necesariamente la felicidad. “Siempre que se cubran tus necesidades y estés cómodo, podrás recuperar tu nivel [anterior] de
felicidad”. La mayoría de la gente piensa que si sufre un accidente de automóvil y pierde un brazo o una pierna, nunca podrá volver a su estado anterior de felicidad, pero las
investigaciones demuestran que eso no es cierto. “Por lo general, volvemos a este nivel inicial de felicidad”, afirma Mike Rucker, psicólogo y autor de _The Fun Habit: How the Pursuit of Joy
and Wonder Can Change Your Life_. Un estudio comparó los niveles de felicidad de personas que ganaron la lotería y personas que quedaron paralizadas tras un accidente. Curiosamente, las que
ganaron la lotería no eran más felices que las que sufrieron parálisis. Con el tiempo, todos los participantes del estudio volvieron a su estado anterior de felicidad en un proceso
denominado “adaptación hedónica”, indica Godkin. La adaptación hedónica se produce cuando las personas vuelven a su estado anterior de felicidad después de algún acontecimiento positivo o
negativo. 5. BAJAR DE PESO NOS HARÁ FELICES LO QUE DEMUESTRA LA CIENCIA: las dietas estrictas pueden dar resultados rápidos. Sin embargo, “las personas que logran bajar una cantidad
considerable de peso en realidad son menos felices”, según Godkin. Un estudio que se llevó a cabo en Londres sugiere que las personas obesas que bajan de peso tienen más probabilidades de
manifestar un estado de ánimo depresivo. La gente suele pensar que si baja una cierta cantidad de peso (como diez libras) será feliz. “Ese es un gran mito”, señala Simon-Thomas. “Lo mismo
ocurre con la cuestión del dinero: si recibiera otra bonificación, sería feliz”. La gente puede sentir una felicidad momentánea después de bajar de peso o recibir una bonificación, pero
“todas esas cosas pronto se convierten en normales, y uno se adapta a ellas”, explica. Lyubomirsky agrega: “En general, la felicidad no se consigue realmente con cosas externas”. Según
Lyubomirsky, no se han realizado muchas investigaciones relacionadas con la pérdida de peso y la felicidad. Los estudios sobre el tema establecen una correlación entre el sentimiento de
felicidad y la imagen corporal. “Las personas más felices se sienten más atractivas y más a gusto con su cuerpo. Por lo tanto, es lógico que se trate de una especie de efecto halo”, afirma.