Mi forma secreta de lidiar con las enfermedades crónicas

Mi forma secreta de lidiar con las enfermedades crónicas

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PAUL SPELLA Facebook Twitter LinkedIn


Para mí, manejar las actividades cotidianas es una gran labor debido a mis enfermedades crónicas.


Todos los días siento fatiga y dolores abrumadores. Algunos días, lucho contra infecciones bacterianas o un malestar estomacal debido a mis enfermedades: la inmunodeficiencia común variable 


(CVID), la enfermedad de Crohn (enlaces en inglés) y la artritis.


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Cada 21 días, recibo infusiones de plasma para reponer mis anticuerpos. Tomo abundantes cantidades de antibióticos, analgésicos y pastillas para calmar el tracto digestivo.


Es extremadamente difícil explicar cómo es mi vida a familiares y amigos. A veces, debo hacer menos un día porque sé que el día siguiente estaré más ocupada y tendré más actividades por


hacer.


En esas ocasiones, uso la teoría de las cucharas.


Una noche en el 2003, cuando Christine Miserandino era estudiante universitaria, estaba con su compañera de cuarto en una cena cuando tomó su medicamento para el lupus. Como yo, Miserandino


es una de cada seis personas en Estados Unidos (en inglés) que viven con una enfermedad crónica.


La excompañera de habitación y mejor amiga de Miserandino preguntó cómo era vivir con lupus.


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“Ella me acompañó a los médicos, me vio caminar con un bastón y vomitar en el baño”, escribió Miserandino en su blog, “But You Don’t Look Sick” (en inglés). “Ella me había visto llorar del


dolor; ¿qué más debía saber?”


Miserandino hizo todo lo posible para explicarle a su amiga lo frustrante y agotador que era tratar de mantenerse al día con sus compañeros mientras luchaba con su enfermedad.


Fue entonces cuando se le ocurrió la teoría de las cucharas (en inglés).


Agarrando cucharas de mesas cercanas, Miserandino explicó que cada cuchara representa una cantidad de energía para cada tarea diaria. Cada cuchara ayuda a una persona a presupuestar la


cantidad de energía que puede gastar en un día. Estos son algunos ejemplos de mi hoja de gastos:


Ducharme = 1 cuchara


Secarme el cabello = 1 cuchara


Ponerme maquillaje = 1 cuchara