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Conocía el tenis como jugador, y se pasó al banquillo para aprender más. Guio a Guido Pella, Máximo González, Paula Ormaechea, y con Juan Mónaco alcanzó el top ten y cuatro títulos. En 2021,
GUSTAVO MARCACCIO se incorporó como técnico a la Academia de ... Nadal y acompañó al balear como parte del equipo en sus últimos dos años. —¿CUÁL ES AHORA SU ROL EN LA ACADEMIA? —Estoy en
la dirección técnica. Con Tomeu Salvá [otro amigo de la infancia de Nadal] y con Marc Gorriz, que inició este proyecto. Nos encargamos de la parte deportiva y operativa, con los diferentes
programas: jugadores anuales, jugadores semanales, adultos, escuelas... —¿CÓMO LLEGAN LOS TENISTAS, QUÉ OPCIONES DE LLEGAR AQUÍ HAY? —Una es la vertiente profesional que, al ser tan joven la
academia, todavía no han habido tantos proyectos. Están los casos de Ruud, de Munar, ahora de Alex Eala, que es un proyecto puro de la academia. Pero la mayoría de ojeadores y del
desarrollo está dirigido a los juveniles, a formar a esos jugadores. Y la siguiente estancia, que es prepararlos para el profesionalismo y acompañarlos hacia allí, entendemos que se están
dando las condiciones para que podamos hacer también algo bueno. —¿QUÉ ESTÁNDARES TIENE LA ACADEMIA? —Son altos, son altos porque parten de la base de la exigencia de Rafa, que era muy
perfeccionista. Y se aspira a tener una máxima excelencia en todos los aspectos. Ese segmento donde son los jugadores que nos representan en torneos importantes son de alguna manera el
escaparate de la cantera. La dedicación y el nivel de excelencia que tenemos que tener está con el listón bien arriba. —CONOCE BIEN SUS REQUISITOS, PUES ESTUVO EN SU EQUIPO EN LOS ÚLTIMOS
AÑOS. ¿CÓMO FUE LA EXPERIENCIA? —Rafa no solamente nos enseña internamente sino que para la comunidad del tenis ha sido un ejemplo y un maestro en un montón de cuestiones relacionadas a los
valores y a los principios del deporte. Entonces, tenerlo muy cerca, como fue viajar con él y ser parte de ese equipo técnico, aumentó, todavía esa admiración por un montón de sus
comportamientos y actitudes y de liderazgo. A veces uno se encuentra en una posición en la que tiene que decirle que hacer o darle una recomendación, una sugerencia con el rol que uno le
toca ocupar, y esas cosas creo que han sido una gran experiencia para mí y para todos los que formamos parte de su equipo. Creo que es siempre agradable aclarar y remarcar que es una persona
muy humilde, muy abierta, con muchísimo apertura a la aprendizaje y a escuchar lo que tiene que escuchar, sin dar demasiadas vueltas. Cualquiera que le toca entrar, sobre todo en una etapa
como la que me toca entrar a mí, y en los últimos años de su carrera, hace la tarea más sencillo. —¿SUFRIÓ MUCHO EN ESTOS ÚLTIMOS MESES DE LESIONES Y QUERER Y NO PODER? —Terminaron siendo
unos momentos difíciles de atravesar y fue costando aceptar un poco sus elecciones y las bajas de algunos torneos y demás, pero nunca en la escala de lo que él sufrió en carne propia. Haces
un poco de causa común y uno lo siente, claro, pero solo tengo agradecimiento por haber sido parte de su equipo. Fue un privilegio y rescato eso. Y lo que podría haber sido y no fue quedará
para otra vida. —¿ES MEJOR ENTRENADOR DESPUÉS DE ESA EXPERIENCIA? —Seguramente. Creo. Pero no soy yo quien lo tiene que decir. Al final, nosotros prestamos un servicio y buscamos enseñar de
alguna manera. Es el jugador el que tiene la potestad para hacer un juicio de valor sobre lo que nosotros somos. Porque uno puede sentirse mejor entrenador, pero si enseño peor que antes o
los jugadores no mejoran... quedará como una percepción propia, pero no como una realidad. —SE ENTRENA EL SAQUE, LAS VOLEAS, EL REVÉS... ¿Y CÓMO MEJORA UN ENTRENADOR? —Uno evoluciona
conforme hace un análisis de las experiencias. El ser humano no se vuelve más sabio por las experiencias en sí, sino por reflexionar sobre ellas. Y al entrenador le toca esa tarea: ¿qué
pasó, qué decisiones tomé, cómo afectaron? Cuanto más piensas en los porqués, aunque a veces no llegas a ninguna conclusión, creo que te hace más empático, analítico. Cualidades que te hacen
mejor. —TAL Y DONDE ESTAMOS Y SU EXPERIENCIA COMO TÉCNICO, ¿SE PUEDE DE ALGUNA MANERA REPLICAR ALGO COMO NADAL? —Es algo muy complejo que vuelva a existir uno como él. Yo me animo a decirte
que en ningún deporte va a existir algo como lo que fue él, no solamente en el tenis. Pero en lo que respecta al universo de la academia, creo que teniendo esa imagen, teniendo esa
incidencia y esa presencia física, porque al final está por acá. Creo que inspira a todos, y con que los chicos y chicas puedan parecerse un poquito en algunos de sus cualidades, en algunos
de sus aspectos, a Rafa, creo que en misión cumplida. Él está por aquí, se pasea, se interesa por todo lo que pasa. Cuando jugaba se entrenaba acá cada día. —¿HA VISTO A ALGUIEN... PARECIDO?
—No. Yo no. Queda muy lejos. Ojalá aparezca alguien que desafíe ese umbral. Pero ahora mismo no hay nadie. —ESTE ES UN ROLAND GARROS SIN NADAL. —Triste, triste sin Rafa. Pero como academia
es alegre: ocho jugadores júnior, y en la parte profesional representados por Martín Landaluce, por Alex Eala, Coleman Wong y Daniel Rincón, Casper Ruud y Jaume Munar. Con frescura desde ese
punto de vista, pero estará ese vacío sin Rafa por primera vez. —¿Y CÓMO VALORA EL ESTADO DE DJOKOVIC? —Yo creo que no podemos darlo como no candidato. No podemos. Sería una falta de
respeto al deporte. Creer que Djokovic todavía no tiene opción de ganar cosas importantes. Está atravesando momentos y situaciones difíciles, seguramente, con su motivación, con su edad...
Pero eso no lo imposibilita de lograr algo importante en el corto plazo. —ESTÁN ALCARAZ Y SINNER, POR EJEMPLO. —Y Djokovic, sería una falta de respeto al deporte no incluirlo. Creo que
todavía no tiene chance de ganar cosas importantes. Y Sinner y Alcaraz lo están haciendo realmente muy bien. Si hace cinco años atrás nos preguntamos si estos chicos podían lograr lo que
lograron, en tan poco tiempo, creo que casi todos hubiéramos dicho que no. Pero eso no significa que vayan a trascender y a sostenerse tanto tiempo como lo hicieron Rafa, Federer y Djokovic.
Es un gran desafío y el tiempo dirá. Quizá cuesta traspolar una era y comparar niveles. Fue una época maravillosa única del tenis y habrá que quedarse con eso, no poner el listón tan alto,
ni las expectativas tan arriba ni estar tan pendientes de si vuelve a surgir una generación tan rica y disfrutar lo que hay. Estos tres chicos pusieron el tenis y el deporte en un nivel de
excelencia nunca antes imaginado y todo lo que venga atrás probablemente se quede corto. —ALCARAZ HA DICHO QUE QUIZÁ ESA EXIGENCIA NO VAYA TANTO CON ÉL. —Y está en todo su derecho de ir por
donde quiera ir. Sin ninguna duda.