Agustín pery: un gobierno en el fango por la bego, el david y el presi

Agustín pery: un gobierno en el fango por la bego, el david y el presi

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Begoña Gómez y su cuñado David son el baremo moral del sanchismo y sus aledaños. Mucho más que las pulsiones escrotales de Ábalos y sus monísimas y aplicadas sobrinas. Tiene razón un buen


amigo, columnista de referencia de esta casa. Ando tecleando enervado, instalado ... en la cólera. Ahora que estamos solos, les prometo que rebajaré la bilis y seguiré su consejo: buscaré el


lado bello de las cosas. Pero es que cuando la horda sanchista entra en convulsión y vocifera que su líder está siendo atacado por una triada de jueces, políticos y periodistas ultras, lo


que en verdad confirman es su catadura moral, inexistente. Y cabrea. Independientemente de lo que decidan los tribunales, no hay ninguna duda ética de que esposa y hermano del presidente se


beneficiaron económicamente de su grado de parentesco con Pedro Sánchez. ¿Es eso tolerable? No debería, pero mucho menos que esta cacicada provoque que la maquinaria gubernamental enfangue,


ahí sí, barro a paladas, la vida de los ciudadanos hasta el punto de que estamentos que deberían velar por sus intereses acaben ejerciendo de escudos y hasta mamporreros del régimen


sanchista manden sicarios ofreciendo tratos a presuntos delincuentes que han defraudado una burrada de millones a la Hacienda de todos. Si provoca arcadas ver a fiscales travestidos de


abogados defensores, cuando no a su jefe de filtrador, lo que es desolador es ver cómo ambos personajillos se arrogan el papel de víctimas cuando Begoña y David son muy conscientes de sus


mermadas habilidades profesionales para desempeñar unos puestos que solo han logrado por vía eléctrica. La tradición patria, en la práctica, de que pese más la sangre o la alcoba que la


capacitación es prolija, pero que una vez descubierta la añagaza se movilice a la tropa para que avienten miedos guerracivilistas y que se señale como fascista a quien denuncia un comadreo


laboral es abyecto. Ahí seguimos, viendo a ministros de este progresismo zumbón erigidos en guardianes de la ética. Cuando se borran los márgenes de la misma, ¿qué queda entonces?, ¿qué


estamos mostrando a la ciudadanía? Justamente cómo el poder ejecutivo se utiliza para sortear la labor 'in vigilando' de los otros. Cómo un Gobierno frágil y dependiente es


extorsionado por sus socios y al poder judicial se le trata de acogotar con leyes que únicamente buscan limitar instrumentos que la propia progresía ha utilizado recurrentemente cuando los


presuntos eran de otro signo. Hasta tratar de cercenar la acusación popular y acelerar que los fiscales asuman la instrucción en detrimento de los fascistas togados. Todo por dos


chisgarabís. En serio, ¿es defendible?, ¿es admisible que en una democracia madura se jalee la sinvergonzonería?, ¿de verdad es soportable ver a tanto cantamañanas televisivo defendiendo el


putiferio de unos y los enchufes de otros porque son de la 'famiglia'?