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03/06/2025 ACTUALIZADO A LAS 15:12H. Por primera vez en los últimos veinte años no compite ni prepara su cuerpo para las batallas en la tierra batida de Roland Garros. RAFAEL NADAL (Manacor,
1986) cumple 39 años en un contexto bien distinto al de sus aniversarios anteriores. Icono de resiliencia y generador de energías, el balear ya no forma parte del circuito profesional desde
el pasado mes de noviembre, cuando dijo adiós en la malograda Copa Davis de Málaga, pero su figura, más que alejarse del tenis, se ha instalado de forma definitiva en la historia. El zurdo
manacorí alcanzó la élite del tenis mundial hace ahora dos décadas, cuando el 5 de junio de 2005, dos días después de su 19 cumpleaños, venció al argentino Puerta para iniciar una dinastía
sin precedentes en la PHILIPPE CHATRIER, donde conquistó el PRIMERO DE SUS CATORCE ROLAND GARROS y sus 22 Grand Slam. Mucha culpa del éxito del jugador balear tuvo su tío Toni. Con una
filosofía que combinó el trabajo técnico, la formación del carácter y los valores, el que fuera entrenador de la leyenda del deporte español, siempre se ganó el respeto tanto dentro como
fuera de las pistas. El mentor del manacorí fue una figura clave en el ascenso de Nadal, acompañándolo durante casi tres décadas en su camino al éxito. El preparador español repasó durante
largo y tendido su relación profesional con su sobrino, así como otros asuntos del deporte de la raqueta en una charla en le EXITOSO PODCAST DE 'NUDE PROJECT'. «Yo fui una
dificultad para él, yo fui un entrenador exigente, a veces demasiado duro, yo creo en la dureza como un medio no como un fin», apunta durante la charla Toni Nadal, que indica que para un
deportista «los peores momentos son las lesiones, aceptas que tu rival te gane pero no el no poder competir». «Mi sobrino era incapaz de acabar en ocasiones sus entrenamientos, no pudo jugar
un Grand Slam sin tomarse algún calmante» Toni Nadal Ex entrenador de Rafa Nadal Cuenta durante el podcast que Nadal nunca estuvo obsesionado con el número uno y que «con 7 años» le dija a
su hermano - padre de Rafa- que éste sería campeón de España. «A él nunca le dije que era bueno, no me gusta el halago», sostiene el exentrenador, que bendice que Nadal sea uno de los pocos
jugadores de la historia que terminó su carrera sin romper una raqueta en una pista de tenis. «Se acostumbró a que cuando las cosas no iban bien, aguantaba», cuenta en la entrevista, en la
que apunta algunos de los PEORES MOMENTOS VIVIDOS POR EL EXTENISTA EN SU AMPLIA CARRERA: la derrota ante Robin Söderling en 2006, el primer tenista que le tumbó en la arcilla de Roland
Garros, la final de Australia ante Djokovic en 2012 - la más larga jamás vista en un Grand Slam -5 horas y 53 minutos- que perdió ante el serbio; y sobre todo las lesiones. LA ENFERMEDAD DE
MÜLLER-WEISS QUE SUFRIÓ RAFAEL NADAL Y QUE CASI LO INCAPACITA En 2005 se le detectó un problema en un hueso del pie: SÍNDROME DE MÜLLER-WEISS. Una enfermedad degenerativa en el escafoides
tarsiano, rara, crónica y, en muchos casos, incapacitante. «Nos dijeron que la carrera de Rafael estaba prácticamente acabada; con lo que tenía era casi imposible hacer deporte de alto
nivel, porque los otros pacientes que tenían lo mismo hacían deporte muy light», cuenta Toni Nadal. El equipo que lo rodeaba, encabezado por su tío, se movió con todo lo que pudo. Y ahí
apareció una opción alternativa: una plantilla de siete milímetros y zapatillas especialmente diseñadas que redistribuyeran el peso del cuerpo y desplazaran la presión fuera del hueso
afectado. El invento cambió la historia. Nadal lo explicó años más tarde: «Se desvió el punto de apoyo. Funcionó el pie, pero el cuerpo se desestructuró», declaró en una entrevista al
Corriere della Sera italiano. «Mi sobrino era incapaz de acabar en ocasiones sus entrenamientos, no pudo jugar un Grand Slam sin tomarse algún calmante», narra su tío Toni en 'Nude
Project'. Una solución que le permitió seguir compitiendo, aunque el resto del cuerpo empezara a pagar el precio. Reportar un error