Play all audios:
Al calor de unas patatas con costillas. Así se fraguó la sentida intervención de agradecimiento de la familia de don Enrique García Centeno, el mítico párroco de la Iglesia del Mercado, que
ya tiene placa y una rinconada a su nombre, pero que todavía no tiene cenicero. No puede ser todo en la vida. Fue en un acto multitudinario. A la vera de la plaza del Grano y junto al
edificio parroquial, se descubrió una placa que reza el nombre del severo y carismático consiliario de Angustias y Dulce, nombre de Jesús Nazareno, desde hace ocho años ya en la memoria de
León. Autoridades civiles y militares, miembros de la Comunidad Neocatecumenal y también integrantes de la vida cofrade acudieron al acto. “Sois valientes porque poner el nombre de un
sacerdote al callejero de León no es fácil. Hay muy pocas en la capital, y con lo vetada que está en la iglesia hoy, poner de acuerdo a no sé cuántos políticos para algo que huela a Iglesia,
es de agradecer”, señaló Enrique , sobrino de homenajeado. “ Don Enrique era diferente en función de los recuerdos que teníamos cada uno de él. Los al de la memoria, que son más racionales
y los del corazón que son más emocionales “, destacó su sobrino como portavoz de la familia, antes de recordar la ingente actividad que desplegó en todos aquellos años. “ No se podía juntar
nadie con él, hasta que no salía del Begoña de jugar la partida “, recordó. “ Y no se podía caminar con él por la calle, sin que cada dos osos le parase alguien hasta llegar al San
Francisco, aunque ahora ya no existe. Esta placa nos va a recordar a una persona que realizó una gran labor y que se le reconozcan estos esfuerzos. Es un motivo de satisfacción para la
familia “. “Era un hombre de baja estatura y gran altura de miras con dos defectos conocidos: no soportaba perder al mus y fumaba. Así que alcalde, este acto queda incompleto hasta que el
Ayuntamiento no coloque cenicero en su memoria “, bromeó. Había intervenido antes, el reverendo Manuel Fláker, párroco del Mercado: “Don Enrique se formó para una iglesia de cristiandad,
pero le tocó un momento complicado, el postconcilio”. También destacó la valentía de la corporación “ ahora que la iglesia no está de moda “. Abrió el acto, el alcalde de León, José Antonio,
Diez. Interrumpieron sus palabras las campanadas de la una de la tarde: “Esto, seguro que es cosa de don Enrique “, espetó de forma jocosa. Hizo un repaso a su biografía de forma cariñosa.
Destacó la creación del grupo de braceros del Mercado y el impulso a la comunidad Neocatecumenal. “En la calle, donde tanto paseo y ayudó a sus vecinos, tiene ya una placa”.