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Ha llegado donde nadie le esperaba. A lugares remotos, ignotos, con una misión, fotografiar las montañas de la tierra, captar su luz, escalar sus cumbres y dejar rastro de la belleza del
planeta en el que vivimos. Navega por el mundo desde hace tres años sin rumbo fijo, en su brújula personal sólo un norte, el punto cardinal que le lleve hasta una cima, una cresta, un pico
donde dejarse deslumbrar por la naturaleza. Una forma de preservar el mundo en el que vivimos. En las fronteras de todas las civilizaciones o en el territorio en el que nació, León, Prioro,
en donde a las montañas las llaman peñas o torres. Hay algo de mágico en las montañas, el lugar de los ancestros, el paisaje que en León está a simple vista. Montes con nombre propio que se
asoman en cualquier paisaje, a veces desde la ciudad misma, como el Pico Polvoreda, que llaman Correcillas, que se divisa desde la calle Padre Isla, o el monte sagrado del Teleno, que se
avista desde casi cualquier ángulo de Astorga, o el Pajariel y los Aquilianos que vigilan Ponferrada. O el Peñacorada, Peña Ubiña, Peña Santa, el Gilbo, Peñas Prietas, Torre Cerredo o el
Yordas que apodan Burín y viceversa. Nunca se ha cansado de esas vistas Rubén Sánchez, Rubén Earth, mil veces retratadas, pero antes de que terminara el año 22 se subió a su furgoneta 4x4 y
con Sierra Jacobs y su perro Casimiro partieron hacia un viaje sin final y decidieron documentarlo. El comienzo de una expedición en busca de los paisajes más espectaculares del mundo, de
las vistas más salvajes del planeta. «Las montañas son fuentes de vida, proveen de agua a más de la mitad de la población mundial, proporcionan energía y regulan la meteorología, albergan
ecosistemas únicos y muchas están habitadas por culturas que se han adaptado perfectamente a ellas», reflexiona este leonés. «Hay montañas solitarias, cordilleras, macizos, sierras. Es
difícil saber donde empieza una montaña, su definición no está clara y depende de cada lugar y cultura. ¿Una pequeña duna es una montaña? ¿Y una colina? Las montañas perfilan el horizonte,
le dan personalidad al paisaje y provocan emociones a quienes las contemplan», cuenta Rubén Sánchez. Es el paisaje de su vida. «Mi obsesión siempre fueron las montañas. Quizá porque mi
pueblo, en la Montaña Oriental de León, donde he vivido 8 años, se encuentra entre ellas. Y viviendo entre montañas, de alguna manera, uno se sensibiliza hacia ellas. No sé si será el cambio
de contraste entre las estaciones, la meteorología cambiante que las ilumina de diferentes maneras… pero siempre hay algo que me emociona cuando las veo. Intentar fotografiarlas sólo era el
siguiente paso», explica este fotógrafo que se ha lanzado a la vida nómada. Rubén, Sierra y Casimiro pusieron rumbo al Norte, empezando por Dinamarca, curiosa elección pues allí la altitud
máxima apenas llega a 170 metros sobre el nivel del mar, el Møllehøj (la «loma del Molino», 170,86 metros). Luego escalaron hasta la Escandinavia más elevada y se adentraron en los bosques
que conducen a las extraordinarias montañas de Noruega y Suecia. Cruzaron a Europa del Este dejando atrás los Alpes austriacos y se adentraron en los Cárpatos, donde tuvieron de vecinos a
los osos y contemplaron una cultura pastoril muy similar a la que había en la Montaña de León hace algunos lustros. Fue, recuerda Rubén Sánchez, el descubrimiento de que el pastoreo es una
actividad que se repetiría en muchos de los países en los que se internaron, una especie de nexo de unión entre montañas, un fuerte vínculo cultural entre países. «Hay muchas similitudes en
la forma de vida de un pastor en Kirguistán, en Perú o en nuestras montañas», explica. De los Cárpatos a los Alpes Pónticos en Turquía hacia el Gran Cáucaso. «Es una de esas montañas
difíciles de olvidar», recuerda. «El Cáucaso alberga el techo de Europa, el Elbrus, con 5.642 metros sobre el nivel del mar. Es una cordillera gigantesca, rodeada de países con una gran
riqueza cultural y es que en esta zona del mundo han coexistido una gran variedad de culturas a lo largo de la historia. Esta cordillera conecta Europa con Asia. Curiosamente su nombre
proviene, como no podía ser de otra manera, del nombre de un legendario pastor, Kaukasos, asesinado por Cronos. En la mitología griega, Kaukasos era uno de los pilares que que sostienen el
mundo», explica Sánchez. Y a renglón seguido, regresa al viaje. «En estas montañas pasamos un invierno muy frío y nos dimos cuenta de la dureza de vivir en una furgoneta con temperaturas
bajo cero a diario. Pero esta fue la manera de lograr capturar la belleza invernal de estas montañas», cuenta. En todo viaje hay una gran determinación que tomar, un momento clave. Fue
Rusia, la decisión de atravesar conduciendo el país del 'enemigo'. "Era marzo de 2024, la frontera de Azerbaiyán estaba cerrada para turistas entrando en vehículo por
carretera, por lo que no podíamos cruzar el Caspio en barco. Una opción era pasar por Irán, pero eso nos llevaba a otro viaje y otros destinos que queríamos dejar para otro momento. Así que
decidimos sacar los visados de turista y atravesar la frontera", recuerda Rubén Sánchez. Fueron los primeros turistas europeos cruzando la frontera del Caúcaso de Georgia a Rusia ese
año. "La frontera es dura, con muchas preguntas incómodas, pero logramos pasar". Se armaron de valor y cruzaron un país en guerra, donde cosas tan básicas como usar la tarjeta de
crédito no era posible y allí no había rescate posible si algo ocurría. "Pronto, la realidad, sin los prejuicios se mostró ante nuestros ojos", explica. Fueron parados en decenas
de controles militares. "En todos nos trataron con mucho respeto y curiosidad. Se preguntaban, que hacían dos españoles con su perro cruzando por allí". "Se hacia raro ver
convoyes militares y trenes llenos de tanques en dirección al frente mientras circulábamos en dirección contraria. Imagino que ellos también se extrañarían de ver una matrícula europea en su
territorio", recuerda. "A medida que nos introducíamos en el país nos dimos cuenta del abismo que separa las instituciones y el gobierno con la gente corriente. Todo el mundo nos
trató bien, incluso los propios militares, con amabilidad y ganas de conocernos. De alguna manera se alegraban que estuviéramos allí, por que para ellos significaba que las cosas quizá no
estaban tan mal. Incluso un hombre ruso trajo pescado seco una fría mañana a orillas del Volga y nos invitó a su casa. Quería saber como estaban las cosas en Europa", recuerda Rubén
Sánchez. "Creo que hay una enorme brecha entre los gobiernos y las personas, y estas últimas necesitamos conectar y entendernos. Especialmente en momentos en los que nadie entiende qué
nos está pasando", reflexiona. La camper 4x4 cruzó Ingusetia, Chechenia y Daguestán. Entonces, el fotógrafo colocó su objetivo hacia el Pamir, la cordillera de Asia central que se
extiende por Afganistán, China, Kirguistán y Pakistán. Quería fotografiar Tian Shan y su pico más alto, el Jengish Chokusu (Victoria, antes pico Pobeda), de 7.439 metros. Pero antes había
que atravesar la estepa más extensa del mundo, Kazajistán. Lo hicieron. Y llegaron a Kirguistán, un territorio entre montañas, enormes, de más de 7.000 metros. Allí pasaron dos meses
explorando un país «que si no fuera porque está muy lejos de todo y cero preparado para el turismo, sería un destino de primer orden mundial», dice Rubén Sánchez. «Por suerte para ellos, no
lo es. Es de los pocos lugares en los que podemos encontrar territorios de una belleza extraordinaria pero que preservan su cultura y autenticidad. Visitar Kirguistán es un constante
alimento para los sentidos», describe Sánchez. «Uno de esos lugares donde nadie te espera», dice. Fue su última frontera. Dos meses de viaje regreso a casa. Y luego rumbo a América. A Perú,
en busca del rastro cultural del Inca «que está casi intacto». Pero para eso, dice, «hay que ir a las montañas». Montañas. Su futuro sigue en ese horizonte. El último refugio de los
activistas de la Tierra. El de Rubén Sánchez, Rubén Earth, el hombre montaña. LA ÚLTIMA FRONTERA El Pico Lenin, en el macizo de los Pamires, en los dominios fronterizos entre Tayikistán y
Kirguistán. Las figuras de Sierra Jacobs y su perro Casimiro se recortan contra la imponente mole nevada de la segunda cumbre más alta de ambos países, 7.134 m de altitud sobre el nivel del
mar. LA ENDEMONIADA CARRETERA A 4.600 METROS DE ALTITUD Soledad absoluta en la carretera que recorre la Cordillera Blanca, en Perú, la cadena montañosa tropical nevada más extensa con 17
picos que sobrepasan los 6.0000 metros, con 1.072 lagunas y 722 glaciares dominada por el Huascarán (6.757), que forma parte de la cordillera de los Andes. El deshielo proporciona agua
durante todo el año a gran parte del norte del Perú. La carretera está a 4.600 metros de altitud. PASTOREO EN EL GRAN CÁUCASO Un pastor conduce su ganado en el Gran Cáucaso, la frontera
entre Rusia, Georgia y Azerbaiyán. Alberga el techo de Europa, el Elbrus, con 5.642 metros sobre el nivel del mar. Es una cordillera gigantesca. La foto está tomada en las praderas
georgianas. El pastoreo es una especie de nexo de unión entre montañas de todo el mundo, un fuerte vínculo cultural entre países. LA CIUDAD DE LOS TRES VOLCANES Arequipa y uno de sus tres
volcanes, el Misti, el Chachani y el Pichu Pichu. Es la segunda ciudad más habitada del Perú, con 1.177.200 habitantes, y su 'capital jurídica'. La ciudad se ha convertido en un
lugar de culto gracias a la influencia del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y su legado. PISANDO 'PIES DE LINCE' POR ENCIMA DEL CÍRCULO POLAR ÁRTICO Las islas Lofoten
forman un archipiélago de Noruega en una región por encima del Círculo Polar Ártico, uno de los cinco principales paralelos terrestres. Un lugar de extraordinaria belleza que debe su nombre
a la suma de «lo», que significa lince, y «foten», que significa «el pie». La cadena de islas con sus picos puntiagudos parecen pies de lince desde tierra firme. VIVIR BAJO LAS ESTRELLAS
Noche iluminada por las estrellas en el desierto de Atacama, en Chile, aprisionado entre el océano Pacífico al oeste y la cordillera de los Andes al este. La foto refleja la vida nómada de
un fotógrafo en busca de los lugares espectaculares del mundo. LA PIRÁMIDE QUE ES MONTAÑA La sombra del Teide, en la isla canaria de Tenerife, un volcán de 3.715 metros sobre el nivel del
mar, el tercer mayor volcán de la Tierra desde su base en el lecho oceánico después del Mauna Kea y el Mauna Loa, ambos en Hawái. LA MONTANA DE LOS SIETE COLORES Es la montaña arcoíris.
Palcoyo, en Cusco, Perú. Una maravilla natural a la que se llega después de una suave caminata. Parece un cuadro pero es naturaleza en estado puro. Fucsia mezcla de arcilla roja, osfango y
reana, blanquecino arena de cuarzo y piedra caliza, morado lavanda mezcla de arcilla y carbonato de calcio y silicatos, verde del hierro y los fosfatos, amarillo del azufre... un espectáculo
para la vista. YURTAS EN KIRGUISTÁN Nómadas en las estepas de Asia Central. En uno de los lugares recónditos del mundo, Kirguistán. En la pradera, las yurtas, las viviendas que usan los
pastores desde la Edad Antigua. La tienda de campaña está protegida por una gruesa cubierta, es fácil de transportar y óptima para soportar los intensos cambios climáticos. Tres mil años de
historia en el pastoreo kirgui. Territorio de una belleza extraordinaria que preserva su cultura y autenticidad. EL LABERINTO DEL HUASCARÁN La carretera labra la Cordillera Blanca, en el
norte del Perú, donde se encuentra el techo y la montaña tropical más alta del mundo, el Huascarán, con 6.757 metros de altitud. En Quechua la llaman Mataraju. La Cordillera Blanca tiene
muchas montañas por encima de los 5.000 metros. Algunas casi inaccesibles y que requieren varios días de largas caminatas para poder llegar a verlas. EN EL GEYSER DEL DESIERTO Está en el
desierto de Atacama, en Chile. Es el volcán Tatio, 'el abuelo que llora' en kunza, el idioma de esa tierra, un geyser del desierto, un campo geotérmico a 4.320 metros sobre el
nivel del mar. Es el campo geotérmico más alto del mundo y el más grande de Sudamérica. LA SEÑAL EN EL CIELO Es la Iglesia de la Trinidad de Guergueti, en Georgia, en el Gran Cáucaso.
Aislada en la cima de una empinada montaña rodeada por la inmensidad de la naturaleza, esta devoción ortodoxa está apenas a 18 kilómetros de la frontera con Rusia. Tal vez por eso, y por su
imponente paisaje, se ha convertido en un símbolo para Georgia. Y como si de una señal se tratara, una nube caprichosa trazó una cruz o quizá una paloma de la paz en el cielo en un
territorio en alerta. EL COMIENZO DE LA VIDA El volcán arrasó con todo a su alrededor, una historia de 2,5 millones de años que no ha cejado. Es Lanzarote y uno de sus cráteres, tierra negra
en la que ha vuelto a comenzar la vida. Una maravilla biológica. LA MONTAÑA DE LOS SIETE PAÍSES Forma parte de los Andes, la cadena montañosa que atraviesa siete países. Está en el norte
del Perú, la zona montañosa tropical más alta del mundo, con glaciares bellísimos como el Huascarán o picos nevados increíbles como el Alpamayo, cumbres veneradas por alpinistas de todo el
mundo. EL MONTE NEVADO DE CUATRO PICOS Es el Huandoy, al que sus pobladores conocen con su nombre en quechua, Tullpa Rahu. Imponente este monte nevado de cuatro picachos, el más alto
asciende al cielo hasta los 6.395 metros sobre el nivel del mar. LA CARRETERA MILITAR QUE CRUZÓ ESTRABÓN El paso es tan antiguo que se pierde en la memoria. Tanto, que es conocida desde la
Antigüedad y la nombran el geógrafo e historiador griego Estrabón en su obra 'Geografía' y el abogado, escritor y científico de la antigua Roma Plinio el Joven. La carretera
militar georgiana sigue la ruta milenaria de las invasiones y el comercio, 208 kilómetros que atraviesan el Gran Cáucaso. EL ALTAR DEL INCA Sobre el Valle Sagrado de los Incas se alza una
mole de belleza indescriptible. Bajo su pico se talló una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería rodeada de misterio. Sobrecoge Machu Pichu, en el Perú magnífico, donde la
influencia cultural del Inca está aún casi intacta, la montaña consagrada a la belleza.