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El Pleno del Ayuntamiento de León dio ayer luz verde por unanimidad a la modificación legal necesaria para combatir los excesos en las calles de la ciudad. Esa unanimidad, sin duda, es el
ejemplo más claro sobre la existencia de un problema grave, y también sobre esa mayoría de ciudadanos que están hartos de soportar faltas de respeto hacia lo que deben ser unas mínimas
normas de convivencia. El caso de las despedida de soltero es probablemente el más evidente pero también se hacen imprescindibles unas fórmulas eficaces para frenar a quienes abusan de la
tolerancia con la que se deben mirar las celebraciones y las actividades de ocio de los ciudadanos. Pero el problema real seguirá presente mientras que no se actúen sin tibubeos. El
Procurador del Común ha sacado los colores en más de una ocasión al equipo que dirige el alcalde José Antonio Diez por no solventar el conflicto de los patinetes y las bicicletas que
circulan a gran velocidad por aceras y zonas peatonales. De poco vale aprobar normas si luego no tienen un reflejo en las calles, con acciones claras para combatir esos excesos que, incluso
derivan en ocasiones en problemas de seguridad ciudadana, como los registrados durante la última Semana Santa.