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Por segundo fin de semana, el parque del Salón acogió ayer el Festival de Títeres con la actuación de la compañía Rasid Nikolic, quien acercó a los asistentes el espectáculo The Gypsy
Marionettist, una historia simbólica y entretenida, un atrevido viaje desde la antigua Yugoslavia en tiempos de guerra hasta Italia. A continuación, a las 13 horas, fue el turno de El Mago
de Oz, donde escobas, fregonas, cacharros y utensilios de cocina y objetos diversos dieron vida a una divertida y sugerente versión de la compañía española La Canica. El Festival
Internacional de Títeres, que a lo largo de dos fines de semana ofreció espectáculos de marionetas, dirigidos a todos los públicos, contó con la participación de compañías de España,
Franciay Uruguay, en un formato que cada vez atrae más al público tanto de corta edad como a mayores. Primera sesión. Así, el 11 de mayo, actuó la compañía Mikropodium con el espectáculo
Stop, donde el tamaño de las marionetas fue ínfimo, increíble, y sus movimientos alcanzaron tal delicadeza que acarician lo sublime. Seguidamente, fue el turno de el turno de Cuando los
hombres tengan alas…, de La Malette.