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Comenta Compartir El alcalde de Málaga no esperó ni un día para mostrar sus cartas en el que se podría denominar 'la puja por Cassá'. De la Torre en una entrevista con el director
de SUR, Manuel Castillo, soltó su órdago a la grande para evitar que Málaga cayera en la inestabilidad, o dicho en cristiano, para que no le mandaran al banco de la oposición. No quiere
estrenar a estas alturas después de 25 años como concejal este siempre incómodo sillón, sin duda menos mullido que el de la Alcaldía. «Soy más útil a la ciudad en el gobierno que en la
oposición», aseveró. Seguro que Dani Pérez piensa igual de sí mismo. El primer edil abrió la puja que se esperaba en la particular subasta del exedil de Ciudadanos. Y lo hizo apostando
fuerte, ofreciéndole un puesto en el equipo de gobierno. Y no iba de farol, porque ya ha hablado con él. ¿Quién lo iba a decir, con la animadversión que se tienen ambos? ¿Lo sentará en las
juntas de gobierno junto a Paco Pomares y Teresa Porras, los ediles que Cassá exigió sacrificar por el caso Villas del Arenal? Las vueltas que da la política. Nadie se lo esperaba, al menos
al comienzo de la partida. Ha dejado descolocada a la oposición, que no se esperaba este movimiento táctico al comienzo de este folletín, que sin duda tendrá muchos capítulos de aquí al
final de la legislatura. Desde las filas del PSOE ya se está lanzando la idea de que Cassá es un tránsfuga. Hasta ese momento en redes sociales no calificaban así al protagonista de la
subasta, pues podría ser su valioso comodín. ¿Llevan razón? Todo el mundo da por descontado que si pacta con los socialistas y los miembros de Adelante Andalucía es un tránsfuga de libro. ¿Y
si pacta con el alcalde que se sostiene con los votos de sus antiguos compañeros de partido? Para responder a esta pregunta hay que ceñirse a los hechos y ver qué dice la ley. La norma, la
Ley de Régimen Electoral, no recoge la palabra tránsfuga en ningún caso, pues se refiere a este tipo de concejales como ediles no adscritos. ¿Y quiénes son éstos? Según el artículo 197 de la
misma, los que abandonen el equipo de gobierno o aquellos que dejan de formar parte del partido por el que fueron elegidos. O sea, que Cassá tanto si se va con el PSOE como si se arrima al
PP o si se queda en tierra de nadie hay que considerarlo legalmente como un tránsfuga, que es como políticamente se denominan a los ediles no adscritos, el eufemismo que recoge la ley. O
sea, que no nos cuenten milongas de un lado o de otro. Los hechos como son. Aclarado esto, llama la atención que Ciudadanos no vea con malos ojos que se incorpore al equipo de gobierno, pese
a que aseguren que prácticamente no le dirigirán la palabra. Málaga bien vale compartir mesa con un traidor a sus siglas, deben pensar. Los socialistas, por su parte, siguen jugando al gato
y al ratón. Dani Pérez compareció una semana después para no aclarar absolutamente nada. Ni sí ni no ni todo lo contrario. Como apuntaron en un comunicado lanzado cuando Cassá anunció su
salida de Ciudadanos, los socialistas sólo están ocupados en intentar salir de la crisis provocada por el Covid-19, aunque de soslayo ya están empezando a decir la falta de liderazgo que hay
en el Ayuntamiento. Llevan parte de razón, porque el experimento de Susana Carillo sustituyendo al alcalde ha dejado mucho que desear. Una alcaldesa accidental no puede esconderse y negarse
a hablar con la prensa. No se sabe si esa decisión ha sido suya o le ha sido impuesta. Lo cierto es que Málaga no se ha enterado que esta concejala ha estado casi un mes al frente del
Ayuntamiento. Y eso no es bueno. Siempre tiene que haber un referente claro en cualquier administración. Dani Pérez también ha podido padecer esta presión por parte del partido, que sin duda
le habría ordenado que no abriera la boca durante unos días. Lo cierto es que en su reaparición tampoco aportó nada nuevo. Y a lo mejor es porque no tiene nada que aportar. Que no tenga
nada amarrado ni siquiera hablado con Cassá, pese al rumor extendido en la ciudad de que existía un acuerdo notarial entre ambos en el que se le aseguraba un puesto en la lista para las
próximas elecciones municipales. Todo apunta a que eso es un fake. Da la sensación de que los socialistas tampoco saben las verdaderas intenciones de Juan Cassá. En Adelante Andalucía
tampoco saben nada, aunque se huelen que el exnaranja está ya más cerca de la derecha que de la izquierda. Lo único cierto es que el que tiene que hablar todavía no ha hablado públicamente.
No hay que olvidar que el edil no adscrito, el tránsfuga, es el que tiene ahora la llave del Ayuntamiento. Comenta Reporta un error