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Tras el histórico fallo del Supremo y pese a tener una sentencia firme, todavía queda un largo camino por recorrer para que Aragón consiga EL REGRESO DE LAS PINTURAS MURALES AL MONASTERIO DE
SIJENA. A la vista de las declaraciones realizadas ayer por el Gobierno catalán no parece que la ejecución efectiva del fallo vaya a ser fácil. LA LEY OTORGA UN PLAZO DE 20 DÍAS AL MNAC
PARA DEVOLVERLAS DE FORMA VOLUNTARIA, como cualquier bien reclamado, pero se da por seguro que no se hará en este tiempo. Pasado el plazo, los abogados demandantes, en representación de la
DGA y el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, instarán la ejecución forzosa. Esta debe ordenarla el Juzgado número 2 de Huesca, autor del primer fallo, que marcará un calendario y si no se
cumple, hará los apercibimientos oportunos. En caso de no respetarlos, EL MNAC PODRÍA INCURRIR EN UN DELITO DE DESOBEDIENCIA, como recordó el abogado que representa al Ayuntamiento de
Villanueva de Sijena, Jorge Español. Las primeras declaraciones de la consejera catalana de Cultura, Sònia Hernández, apuntan a que el camino será largo. Después de conocer la decisión del
Supremo, dijo que los informes técnicos de que disponen "APUNTAN A LA IMPOSIBILIDAD DE EXTRAER, TRASLADAR E INSTALAR ESTAS PINTURAS SIN PROVOCARLES DAÑOS IRREPARABLES". Una
afirmación desmentida categóricamente desde Aragón. Los peritos que declararon en el juicio confirmaron que el traslado era posible. Otra cosa es que la magistrada del juzgado número 2 de
Huesca desestimara la ejecución provisional MIENTRAS LA SENTENCIA NO FUERA FIRME, atendiendo a la fragilidad de la obra de arte, porque si se hubieran llevado a Sijena y el Supremo hubiera
fallado en otro sentido, habría sido necesario volverlas a mover. Jorge Español confía en que NO HAYA QUE IR A BUSCARLAS A BARCELONA CON AUXILIO DE LA FUERZA PÚBLICA, como ocurrió en
diciembre de 2017 con los bienes depositados en el Museo de Lérida, cuando los técnicos del Gobierno de Aragón se trasladaron allí acompañados por la Guardia Civil. "Es de esperar que
no haya que llegar hasta la última solución y que se forme una comisión que disponga el traslado", comentó el letrado. "No sé lo que va a pasar pero sería interesante que los
políticos se mantuvieran al margen, porque es un tema estrictamente jurídico y no político. Cataluña ha perdido el pleito y ya", añadió. Te puede interesar "PROEZA JURÍDICA"
No obstante, cree que se pondrán todos los obstáculos posibles, "porque ya lo han hecho otras veces". "HAY QUE ESPERAR QUE DADO QUE EL ESTADO TIENE PRESENCIA EN EL MNAC, como
patrono junto con la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, será inflexible y exigirá que se cumpla la sentencia", señaló el abogado. Frente a las voces que desde Cataluña
cuestionan el traslado, el letrado del Ayuntamiento explicó que la conservadora jefe del MNAC declaró en el juicio que se podía hacer. "Es una cuestión que fue discutida en el pleito.
Otra cosa es que deba realizarse con extraordinarias medidas de seguridad. TENDRÁ QUE HABER UNA COMISIÓN QUE LO DETERMINE, pero el museo ya las llevó a Nueva York y Londres y no pasó
nada", concluyó. En todo caso, para este letrado y para Alberto Gimeno, de los servicios jurídicos del Gobierno de Aragón, el fallo conocido ayer supone un triunfo. Español lo calificó
de "proeza jurídica". "Cataluña nos ha puesto todos los obstáculos habidos y por haber, hemos tenido que emplearnos de una manera casi titánica, pero lo hemos conseguido.
Estamos hablando de que el pleito de los bienes artísticos aragoneses en Cataluña ES JURÍDICAMENTE EL MÁS IMPORTANTE EN LA HISTORIA DE ARAGÓN, no hay nada parecido", opinó Español. ONCE
TRASLADOS EN 60 AÑOS, INCLUIDO UN VIAJE A NUEVA YORK El argumento esgrimido por el Gobierno catalán sobre la imposibilidad del traslado se desmiente POR LA HISTORIA RECIENTE DE LAS
PINTURAS, QUE SE HAN MOVIDO SIETE VECES EN 60 AÑOS, entre 1936 -cuando salieron de Aragón- y 1995, y además algunos de sus plafones han viajado en otras cuatro ocasiones miles de kilómetros
para participar en cuatro exposiciones en Nueva York y Londres. Así lo recoge UN INFORME REALIZADO EN SU DÍA POR LA HISTORIADORA MARISANCHO MENJÓN, que luego fue directora general de
Patrimonio. El estudio fue encargado por el Gobierno de Aragón y está basado en diferentes fuentes documentales. De acuerdo al mismo, las pinturas fueron arrancadas de las paredes del
monasterio en dos fases, en 1936 y después, en 1960, y posteriormente han sido trasladadas de forma completa o parcial EN UN TOTAL DE ONCE OCASIONES desde su llegada a Cataluña. A pesar de
estos antecedentes, Cataluña se oponía a la restitución del conjunto pictórico y para ello aportó decenas de informes que insistían en que podrían sufrir "un daño irreparable". El
director del Museo Nacional de Arte de Cataluña, Josep Serra, también tachó su traslado en alguna ocasión de "TEMERIDAD", pero sin embargo el MNAC permitió la salida de varios
plafones para exponerlos fuera del país. Según el informe de Menjón, distintos fragmentos viajaron hasta EE. UU. en los años 1970, 1993 y 1997. La muestra más importante fue la primera y en
este caso conllevó el traslado de siete plafones de las figuras de las genealogías del intradós de los arcos CON EL FIN DE FORMAR PARTE DE UNA EXPOSICIÓN ORGANIZADA EN EL METROPOLITAN
MUSEUM. Otros fragmentos participaron en una exposición celebrada en Londres en 1984. Además de estas cuatro salidas, vivieron un largo periplo hasta su llegada al MNAC. En total, cambiaron
de ubicación en siete ocasiones en 60 años, es decir, de media, fueron trasladas una vez cada ocho años y medio. Y ELLO CUANDO LAS TÉCNICAS DE LA RESTAURACIÓN ARTÍSTICA ERAN MUCHO MENOS
EVOLUCIONADAS. Tras el incendio del monasterio, el primer arranque corrió a cargo de Josep María Gudiol en el otoño de 1936. Fueron enviadas a Barcelona y depositadas en la Casa Amatller,
donde comenzaron a ser traspasadas a soporte de tela, una operación que quedó inconclusa. Más tarde pasaron POR EL MUSEO DE ARTE DE BARCELONA EN 1940 Y TRES AÑOS DESPUÉS, ENVIADAS DE NUEVO
A LA CASA AMATLLER. En 1949 se acabó la restauración y volvieron al centro expositivo, donde quedaron instaladas, aunque no fueron mostradas hasta 1961. Dentro del museo, fueron cambiadas
varias veces de ubicación y durante siete años, de 1987 a 1995, estuvieron desmontadas.