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Los cierres y aperturas de bares y restaurantes se suceden en Zaragoza continuamente. Las jubilaciones de sus dueños y el cambio de concepto gastronómico son motivos que han propiciado que
bajen su persiana. UNOS ERAN RESTAURANTES CON SOLERA, OTROS ESTABLECIMIENTOS DE COMIDA CALLEJERA DE AIRES INTERNACIONALES Y TAMBIÉN LOS HABÍA EN EMBLEMÁTICOS EDIFICIOS DE LA CIUDAD. Estos
son algunos de ellos. El cierre de La Bodega del General fue uno de los primeros cierres del año. Los hermanos Pedro y Felipe se jubilaron en el mes de febrero tras casi 46 años al otro de
la barra de este bar de la calle de Catania. EN EL RECUERDO DE LOS ARAGONESES Y VISITANTES QUEDAN LOS SUPERBOCADILLOS DE PANCETA Y EL AMPLIO ABANICO DE EMBUTIDOS. Te puede interesar También
pilló por sorpresa el cierre de La Codorniz, en el barrio de las Delicias, en la calle de Domingo de Ram. Con lágrimas en los ojos, Jesús Nosellas anunciaba que se jubilaba y se bajaba la
persiana de este bar después de 60 años de historia. "LO LLAMAMOS ASÍ PORQUE AL PRINCIPIO SOLO TENÍAMOS PLATOS DE CODORNICES, COMO GUISADAS O ESCABECHADAS, Y HUEVOS DE CODORNIZ. PERO A
LOS SEIS U OCHO MESES CAMBIAMOS EL CONCEPTO", recordó su propietario. Las raciones y tapas se abrieron paso. Más discreto y sin avisar fue el cierre de las tiendas de Empanadas
Argentinas Andes. En la capital aragonesa contaban con dos establecimientos, en el Coso y en el paseo de la Damas, y ambos se clausuraron en el mes de abril. Con el cierre de estos dos
establecimientos, LA OFERTA DE EMPANADAS ARGENTINAS SE REDUJO, PERO CONTINÚAN ABIERTOS LOS COMERCIOS DE MALVÓN Y ALMA CRIOLLA. Con un vídeo en las redes sociales se anunció el cierre de
Delirio, un restaurante que estaba inspirado en el taller de pintura de Francisco de Goya, el genio de Fuendetodos. "EMPRENDER NO ES SOLO ABRIR NEGOCIOS, SINO TAMBIÉN SABER CUÁNDO
DEJARLOS IR", apuntó Aldo Sorrosal, al frente de este local de la calle de Baltasar Gracián que abrió sus puertas en septiembre de 2023. Tal vez uno de los cierres más sonados fue el
del restaurante Principal, en el Teatro Principal de Zaragoza. De la noche a la mañana se bajó el telón en la cocina de este establecimiento. LA REPENTINA CLAUSURA SORPRENDIÓ AL PERSONAL, A
LOS PROVEEDORES Y AL PROPIO TEATRO, ya que algunos de ellos conocieron la noticia por un cartel en la puerta. Hasta su cierre ofrecían un menú del día, tanto de lunes de viernes como los
fines de semana. Este establecimiento se encontraba en la primera planta del histórico edificio, en el mismo lugar donde antaño estuvo el ambigú. También causó cierto estupor el cierre de
Taberna 1941, el bar gallego que se encontraba en la mismísima plaza de España, con una de las terrazas más cotizadas de la ciudad. El contrato era de nueve años y vencía este mes de
febrero, pero se descartó su renovación. EL ESTABLECIMIENTO CONTABA CON DOS PLANTAS SÓTANO, LA DE CALLE Y UNA SUPERIOR Y TENÍA COMO ELEMENTO DIFERENCIAL LA INTEGRACIÓN DE LA MURALLA ROMANA,
que los clientes podían ver al bajar por la escalera. En uno de los bulevares más conocidos de la ciudad, en el paseo de la Constitución, se ha vivido un cambio de concepto. La terraza de El
Chiringuito fue punto de encuentro de zaragozanos y visitantes durante décadas y, de hecho, su cúpula es uno de sus elementos más característicos. "NO ES UN ADIÓS, SINO UN HASTA
PRONTO", avisaron desde el Grupo Fuenclara, compañía al frente del establecimiento. Así fue. A los pocos días se levantó la persiana del nuevo concepto en el mismo lugar: Mía Culpa. Al
frente está Ramsés González, chef de los restaurantes Cancook -con una estrella Michelin y dos soles Repsol- y Es.Table.