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Francia arde en alabanzas hacia la figura de Luis Enrique Martínez, el técnico que ha cambiado la historia del Paris Saint-Germain catapultándole a la ansiada Champions ... después de la
larga lista de decepciones que había coleccionado el club de la capital gala a la hora de alcanzar su propósito de dominar el fútbol del Viejo Continente. Un año después de perder a Kylian
Mbappé, actual Bota de Oro y viga maestra del proyecto desde que Catar hiciese saltar la banca en 2017 para incorporarle a su nómina de estrellas, el asturiano ha convertido en realidad la
profecía que efectuó cuando el crack de Bondy abandonó la ciudad del amor para recalar en el Real Madrid. «Le deseo lo mejor a Mbappé. Sigo convencido de que la temporada que viene seremos
más fuertes», espetó Lucho en medio de un escepticismo generalizado que, meses después, se ha tornado en unánimes reverencias al estratega español. Luis Enrique ha revolucionado al PSG
diluyendo los egos que consumieron sus sueños más elevados para transformarlo en una máquina imparable que está dispuesta a marcar época bajo la égida de un sargento de hierro que no se casa
con nadie. «Tenemos estrellas que están en función del equipo y no al revés», reivindicó el que fuera seleccionador español tras levantar en Múnich esa 'orejona' por la que se
desvivía el club galo y para cuya conquista jamás reparó en gastos desde que Qatar Sports Investments se hiciese con las riendas en 2011. Catorce años después, y tras invertir 2.173 millones
de euros en fichajes, el emir de Catar ya puede presumir del anhelado trono futbolístico gracias a la gestión de un técnico que se ha posicionado como el verdadero astro en torno al que
giran todos los planetas en París. Para conseguirlo no ha tenido más que ejecutar el plan que desveló en la serie que protagonizó para Movistar+. «Voy a mejorar lo que hice el siguiente año
sin ninguna duda. El hecho de tener un jugador que se movía por donde él quería implica que hay situaciones de juego que no controlo. Esta temporada las voy a controlar a todas», afirmó.
Dicho y hecho. Luis Enrique no ha dejado un solo cabo suelto en una campaña en la que ha alzado sucesivamente la Supercopa, la Ligue 1, la Copa y la Champions, y en la que todavía puede
sumar un Mundial de Clubes al que el PSG llega como favorito tras el recital que ofreció el sábado en el Allianz Arena. Noticias relacionadas El PSG fue un ciclón ante el Inter, al que
sepultó con la mayor goleada jamás vista en una final de la máxima competición continental tras completar una exhibición física y táctica que ha metido el miedo en el cuerpo a sus
adversarios en el incipiente torneo planetario. «Va a ser una competición increíble. Va a ser un referente seguro. Queremos rematar el año de la mejor manera y poder ganar el quinto título
de esta temporada», proclamó Luis Enrique en una rueda de prensa ofrecida en Múnich en la que se mostró tan ambicioso como sus futbolistas, aunque consciente a la vez de lo complicado que es
mantenerse en lo más alto. «Nos encantaría empezar un ciclo, pero ya veremos, gestionar el éxito es difícil», avisó. SIETE DE OCHO Luis Enrique atesora siete títulos desde que aterrizase en
París hace dos años. Solo se le escapó la Champions del curso anterior, cuando el Borussia Dortmund dio la sorpresa eliminando al PSG en semifinales. Es la única mácula en la hoja de
servicios de un técnico al que Nasser Al-Khelaïfi reclutó por indicación del director deportivo Luis Campos y al que el dirigente catarí calificó como el «mejor entrenador del mundo» cuando
renovó su contrato hasta 2027 el pasado mes de febrero. Al-Khelaïfi ya cerró filas con el técnico cuando llovían las críticas a consecuencia de la mala serie de resultados que pusieron al
PSG al borde de la eliminación durante la fase de liga de la Champions. «Se quedará con nosotros. Estamos construyendo un proyecto a largo plazo con él», afirmó un presidente que se mostraba
encantado por la gestión que estaba llevando a cabo el asturiano, la cual ha saneado un vestuario que ha hecho suyo el lema de 'Los tres mosqueteros'. «Uno para todos y todos para
uno» es la sentencia por la que se rige una tropa que despunta con un fútbol trepidante y una capacidad de sacrificio que la ha convertido en el referente a seguir. Porque el PSG no tiene
solo un excelente presente, sino que parece aguardarle un futuro espléndido a tenor, entre otros factores, de la juventud de su plantilla -23,6 años de media-, que le permitió a Luis Enrique
disponer el once más joven de cuantos se han visto en un duelo decisivo por la 'orejona' en lo que va de siglo XXI. 25 años y 96 días promediaban los componentes de la alineación
que se midió el sábado al Inter y que tuvo a Désiré Doué como figura más destacada con un doblete y una asistencia a sus 19 años y 362 días. 50 millones de euros le costó al PSG hacerse con
los servicios del extremo franco-marfileño, otra deslumbrante perla que ha sabido entender que sin sacrificio no puede haber paraíso en el fútbol. Y menos con Luis Enrique, que ha potenciado
a futbolistas como Vitinha, Joao Neves, William Pacho o un Ousmane Dembélé que apunta al Balón de Oro ocho meses después de que Lucho le apartase del grupo para recordarle que nadie estaba
por encima del equipo. Aferrado a semejante consigna, el asturiano se ha erigido en el nuevo Rey Sol del fútbol francés.