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Los micrófonos colocados por el Ayuntamiento para medir el ruido no engañan. El exceso de ruido en Pedro Antonio de Alarcón y en Ángel Ganivet ... es real. Los vecinos aseguran desde hace
años que el ocio nocturno y las conductas incívicas, con individuos que gritan a altas horas, les impide descansar. Los resultados avalan el problema. Hace más de un año que el Consistorio
instaló medidores en las dos calles que más quejas por contaminación acústica presentan. Se trata de lugares de ocio con decenas de locales que abren hasta altas horas de la noche, pero
también de espacios residenciales donde cientos de familias viven. Las grabaciones revelan que el ruido supera los límites permitidos. Aunque los datos definitivos aún no están disponibles,
desde el área de Movilidad detallan que los umbrales se superan tanto en Pedro Antonio como en Ganivet. La mayor diferencia se encuentra en la primera de las dos calles debido al marco
legal. Al ser una vía considerada como residencial, el límite máximo de ruido es menor y, por tanto, el exceso es más amplio que en Ganivet, que al estar registrada como de naturaleza
turística tiene un marco más elevado. Sea como sea, a falta de las conclusiones definitivas, el Consistorio confirma que trabaja en el diseño de un plan de ruido que deberá lanzarse una vez
que se actualice la ordenanza, que se encuentra desactualizada.