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La provincia sigue registrando niveles «extremos» de polen, según la Unidad de Calidad Biológica del Aire. Es más, hay tal cantidad de partículas en suspensión ... que incluso los granadinos
que no son alérgicos están sufriendo las consecuencias. «Después de años de malas cosechas en el olivar, las lluvias de marzo y abril han hecho que se alcancen niveles que no se recuerdan»,
apunta el epidemiólogo Carlos del Moral. Las gramíneas, unas plantas que se encuentran sobre todo en parques y jardines, también están registrando cotas «inusualmente» elevadas. Así que las
personas alérgicas lo están pasando «realmente mal» este año, pero las que no lo son «también están sufriendo algunos síntomas, principalmente oculares y nasales». Aunque puede confundirse
con resfriados, «la concentración de moco es más líquida que en catarros». Pero la congestión nasal se da en ambos casos, al igual que la tos. «Eso sí, en alergias, se suma también la
conjuntivitis. No es raro que piquen los ojos, tenerlos más llorosos o irritados de lo habitual», dice. En los niños, los pediatras están detectando un «alto nivel de hiperreactividad
bronquial» por estos picos máximos. Por todo esto, Del Moral insiste en el uso de mascarilla quirúrgica. Considera «fundamental» protegerse del aire, sobre todo, de zonas en floración, y
mantener la higiene de manos y usar pañuelos de papel. «Si lloviera, caería todo el polen al suelo, pero tiene pinta de que va a seguir en el aire».