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Laura Ubago Granada Martes, 29 de abril 2025, 10:20 | Actualizado 22:15h. Comenta Compartir Los bares de Granada se convirtieron ayer en un servicio esencial de primera necesidad. La gente
tenía hambre (y también sed) y los locales de hostelería sacaron pecho para resistir. «La gente nos pedía comida, que les diésemos lo que fuera», relata Gregorio García, presidente de la
Federación de Hostelería y propietario de Óleum. García cuenta que algunos bares aguantaron hasta las cuatro de la tarde y otros incluso hasta que se fue el sol. MÁS INFORMACIÓN El
presidente de los hosteleros apunta que los grifos de cerveza aguantan hasta ocho horas con su sistema de hielo y que el butano permitía calentar cosas. Las potentes cámaras frigoríficas
conservaron los alimentos aunque las pérdidas hayan sido inevitables. «Teníamos recursos: jamón, ensaladilla rusa, ensalada de verano, salchichón…». Los turistas también buscaban dónde comer
con cierto temor. Comenta Reporta un error