Manolo, el histórico quiosquero de varias generaciones granadinas: «la gente me quería» | ideal

Manolo, el histórico quiosquero de varias generaciones granadinas: «la gente me quería» | ideal

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Domingo, 1 de junio 2025, 00:00 Comenta Compartir Durante 34 años, granadinos y turistas se dirigían al quiosco de Manolo en Plaza de la Trinidad para comprar la prensa diaria o revistas que


querían coleccionar. Iban a ese mismo espacio que pasará a ser un café '5 estrellas' tras adquirir la licencia municipal el hotel Seda Club. Fue en el año 1973 cuando el padre de


Manuel Moreno García, policía local de profesión, pidió al Ayuntamiento la concesión del quiosco para su hijo, quien ha estado al frente del mismo hasta 2007, cuando decidió jubilarse. «El


trato era maravilloso, la gente me quería», recuerda encantado. Ahora tiene 74 años y vive en la Residencia de Mayores 'La Milagrosa', de la Diputación de Granada, pero cuenta a


este periódico que él nació y se crió en el barrio de San Pedro, concretamente, en la calle San Juan de los Reyes, paralela al popular Paseo de los Tristes en el distrito del Albaicín. Con


tan solo tres meses enfermó de polio y esto le provocó una minusvalía que le impedía andar bien. «Cuando era pequeñito y jugaba con otros niños, me iba arrastrando con los codos», señala.


Algo que nunca le impidió integrarse ni relacionarse con otros chiquillos y, tiempo más tarde, con 10 o 12 años, aprendió a caminar. «Por aquel entonces iba a la escuela Ave María andando,


que estaba en la Cuesta del Chapiz, y paseaba por el Albaicín y todos lados sin problema». El quiosco de la Trinidad, que está ubicado en la esquina con la calle Alhóndiga, le dio a Manolo


otra forma de relacionarse: «Tenía muchas amistades. A mí siempre me ha gustado mucho el flamenco e íbamos a los pueblos cercanos a ver cante jondo». Los vecinos, por otra parte, le echaban


una mano siempre que podían. Se acuerda, de hecho, de alguna ocasión en la que hubo una gran tormenta y estos le llevaron ropa al establecimiento para que no pasara frío. Entonces la plaza


era de otra manera. «Antes de que la remodelaran, era de arena; había animales, como gallos y gallinas; y estaba hasta un betunero que le limpiaba los zapatos a los clientes que pasaban por


allí», explica. En el caso concreto del quiosco, abría de siete de la mañana a ocho y media de la tarde. «No cerrábamos para comer. A veces nos turnábamos, le llevaba la comida a mi padre al


puesto y yo me iba a casa y, cuando volvía, él se iba a descansar. Después venía uno de mis hermanos para ayudarme a cerrar por la noche», indica el histórico quiosquero. Y es que primero


fue su padre el que estuvo echándole una mano y después, su hermano, diez años menor. Este se quedó a cargo del establecimiento cuando Manolo se jubiló en 2007 y lo tuvo hasta hace un año y


medio, cuando lo cerró definitivamente por una bajada considerable de las ventas. «En la época en la que yo estaba se vendía bastante prensa, pero también revistas que la gente se llevaba


para coleccionar, casetes, DVD, chucherías... Ahora la cosa ha cambiado y han cerrado muchos quioscos», señala. Las mejores épocas de venta, sin duda, eran el Corpus, Semana Santa y Navidad,


según relata el granadino. Aunque hubo dos eventos en los que recuerda la gran afluencia de gente que pasó por el quiosco en busca de prensa; estuvo con su padre hasta las tres de la mañana


trabajando. Estos dos acontecimientos fueron la muerte de Francisco Franco en 1975 y la visita del Papa Juan Pablo II a la ciudad en noviembre de 1982. ACCIDENTE Una caída en el centro de


día precipitó su jubilación. Le afectó al hombro y al fémur, y aquello derivó en la necesidad de usar silla de ruedas y tener que dejar finalmente el quiosco. Ahí vivía con su hermano, pero


al ver reducida su movilidad, pensó que la posibilidad de estar en una residencia podría proporcionarle unos cuidados más especializados. Primero ingresó a una residencia privada y desde


septiembre de 2024 está en 'La Milagrosa', en Armilla. «Me ilusiona estar aquí, estoy muy a gusto», manifiesta el granadino. La directora del centro, Clotilde Ruiz, afirma que


Manolo participa en todas las actividades. «Igualmente, su familia está muy pendiente de él. Sus hermanos lo suelen visitar cada semana y él se maneja muy bien con el móvil y los llama a


menudo», explica Enrique León, uno de los trabajadores sociales. En cuanto a la remodelación del quiosco y convertirlo en un café '5 estrellas', Manolo lo ve como algo positivo.


«Es bonito, porque le dará más vida a la plaza», opina. La directora de la residencia, entonces, le pregunta si le invitará algún día al nuevo establecimiento cuando esté terminado y el


antiguo quiosquero no duda: «Cuando queráis. Con mucho gusto, nos vamos la oficina entera y nos tomamos allí lo que sea». Y así se muestra Manolo ante la posibilidad de visitar la Trinidad,


feliz y dispuesto de volver a la que siempre será su plaza. Comenta Reporta un error Límite de sesiones alcanzadas El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del


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