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Martes, 29 de abril 2025, 18:15 Comenta Compartir Hay personas que vivieron el apagón peor que otras. En el municipio granadino de Pedro Martínez, el alcalde vivió una auténtica odisea. «Es
un milagro que no muriera aquella noche», explica Juan Antonio Fernández Vaca. Un cúmulo de circunstancias derivaron en dos desmayos en su vivienda y horas de angustia hasta que todos
salieron de peligro. Aquella noche, Juan Antonio conectó el grupo electrógeno que tiene en el garage para poder utilizar un respirador que precisa para dormir. Todo parecía funcionar con
normalidad, hasta aproximadamente las tres de la madrugada, cuando un fallo en el generador precipitó los acontecimientos. «Al parecer, salió humo y se metió por las tuberías hacia arriba,
donde dormíamos. Notamos un olor raro y nos alertamos», explica. En un momento dado, tanto su mujer como su hija de desmayaron a consecuencia de la inhalación de humo. Juan Antonio pudo
aguantar por haber estado usando el respirador y por salir a la ventana a coger aire, pero en varios momentos también estuvo a punto de perder el conocimiento. «Las dos se desplomaron. Les
di oxígeno, les eché agua y salí corriendo a pedir ayuda. No funcionaba el teléfono, no podía hacer nada. Fui al centro de salud a duras penas cuando comprobé que se habían espabilado un
poco», recuerda. Una ambulancia con profesionales sanitarios acudió a atenderlas. «Les pusieron unas inyecciones y poco a poco fueron mejorando. Nos salvamos de milagro, porque habíamos
estado un rato inhalando humo», cuenta el alcalde. Sobre las cinco de la madrugada volvió la luz. Su casa se quedó con las ventanas abiertas para ventilar y ellos se marcharon a intentar
descansar en casa de su otra hija. «Fue una pesadilla, por poco no lo contamos», concluye el alcalde, que agradece la atención recibida por los sanitarios y a aquellos que les echaron una
mano aquella noche. Comenta Reporta un error