Domingo, 11 de mayo 2025, 00:13 Comenta Compartir Primera mujer directora en la historia de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada. Y pionera también en el ámbito andaluz.

Roser Martínez Ramos e Iruela, malagueña, asume el reto con unos primeros días frenéticos de reuniones y trabajo. Arquitecta por la Universidad de Sevilla y doctora Arquitecta por la

Universidad de Granada (UGR), es profesora del departamento de Construcciones Arquitectónicas. En esta entrevista reflexiona sobre su trayectoria, el futuro de la Escuela y su compromiso con

la transformación urbana, cultural y educativa de Granada. Lo hace con ocasión del acto de toma de posesión en el salón de Rectores del Hospital Real el miércoles 30 de abril. Comparte

administración y servicios. Tras algunos traslados hace tiempo que tiene su sede en el antiguo Hospital Militar, en el Realejo, un edificio emblemático del barrio y la ciudad. –¿QUÉ

SIGNIFICA PARA USTED SER LA PRIMERA DIRECTORA DE ARQUITECTURA EN LA UGR? –Es un honor y un reto. Asumir esta dirección significa continuar una trayectoria comprometida con la docencia, la

gestión y con una forma de entender la arquitectura como motor de transformación social. No se trata solo de romper un techo de cristal, sino de abrir nuevas ventanas desde las que mirar,

pensar y proyectar el futuro de la Escuela. Que hoy esta responsabilidad la asuma una mujer es también reflejo de un cambio necesario: avanzar hacia una universidad más equitativa, donde el

liderazgo se ejerza con sensibilidad, pensamiento crítico y vocación pública. –¿Y LA PRIMERA EN ANDALUCÍA? –No es solo una cuestión individual, sino una señal de transformación colectiva.

Andalucía es una tierra rica en historia, en patrimonio y en pensamiento crítico, pero también marcada por inercias estructurales que durante mucho tiempo han limitado ciertos liderazgos en

ámbitos técnicos. Es también un acto de reparación simbólica hacia tantas arquitectas que durante décadas han sostenido con su trabajo la profesión, la creación arquitectónica y,

minoritariamente la docencia, sin llegar a ocupar espacios de decisión. Creo que mi presencia en este cargo interpela a toda la comunidad: nos obliga a repensar cómo formamos, a quién

visibilizamos y desde qué valores proyectamos el futuro. -EN ARQUITECTURA HAY MÁS ESTUDIANTES CHICAS QUE CHICOS, EN CAMBIO EN OTROS CENTROS DE ESTA RAMA SON MAYORÍA ALUMNOS –¿CÓMO LO

EXPLICA? –Es cierto que hoy en la Escuela hay más alumnas que alumnos, aunque esta tendencia comienza a apreciarse también en otras titulaciones técnicas. Si miramos hacia atrás, quizá no

existía una prohibición explícita, pero sí una serie de condicionantes sociales, expectativas culturales y modelos de referencia que, aunque sutiles o incluso inconscientes, dificultaban el

acceso equitativo de las mujeres a determinados espacios académicos o profesionales. Por suerte, esas inercias han cambiado. Cada vez más mujeres se sienten legítimamente llamadas a ocupar

espacios que, durante mucho tiempo, no les parecían del todo propios. Y en el caso de la arquitectura, una disciplina que aúna técnica, pensamiento crítico, sensibilidad y compromiso con la

sociedad, esa transformación se ha notado especialmente. –¿QUÉ VA A GANAR LA ESCUELA DE ARQUITECTURA CON UNA MUJER COMO DIRECTORA? –Una mirada diferente, inclusiva y sensible a las dinámicas

colectivas. Una dirección basada en vínculos, no en jerarquías. –¿QUÉ MEDIDAS VA A TOMAR EN SUS CIEN PRIMEROS DÍAS DE MANDATO? –Implementar el plan de etapas recogido en mi programa de

candidatura: activar comisiones participativas para áreas clave, analizar las fortalezas de los planes de estudio de grado y máster habilitante en Arquitectura para definir las estrategias

de su adaptación progresiva a las exigencias a la LOSU y la Ley de Calidad de la Arquitectura, y reforzar la implicación institucional alineada con la UGR en proyectos estratégicos como

Impronta Granada o la Capitalidad Cultural 2031. –¿CUÁL ES LA PRINCIPAL DEBILIDAD ACTUAL DEL GRADO EN ARQUITECTURA? –La necesidad de actualizar sus estructuras formativas al contexto actual.

La arquitectura necesita hoy más que nunca metodologías activas, formación transversal y una conexión real con el mundo profesional y social. Debemos repensar desde dentro nuestra oferta

académica para hacerla más pertinente y competitiva. Comenta Reporta un error Límite de sesiones alcanzadas El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde

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