La torre del sol | Ideal

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La Torre de la Vela, como todo lo típico granadino, tiene su historia y en esta, una sucesión de nombres. Se la llamó de La ... Campana y del Sol. Fue más alta que en la actualidad pues,


quebrantada por un terremoto en 1522, fue preciso rehacerla. Su campana estuvo, como veremos a continuación, primero en un ángulo para ser trasladada a su emplazamiento actual después. Como


elemento de arquitectura castrense tiene historia y muy dilatada. La Alcazaba, de la que es pieza prominente, existía ya como simple baluarte defensivo de la ciudad extendida a sus pies en


los tiempos califales. Ya en el siglo décimo primero fue incorporada a la defensa de Granada cuando Badis Ben Hábus, tercero de los Reyes de taifas entre los años 1036 y 1072, fortificó y


amuralló la ciudad desde las cimas granadinas en las que muchos siglos antes se habían establecido los importantes de la ciudad y la acrópolis del municipio romano Florentino iliberitano,


dependiente del poder romano. El viejo castillo al que aún bajo el poderío califal le había puesto sitio el glorioso caudillo mozárabe Omar Benhafsum en el año 892, tomó nueva importancia y


fisonomía cuando mucho tiempo después el fundador de la dinastía nazarí, Mohamed Alamar fortificó la vieja Alcazaba, llevó agua a la cima del cerro de la Assabica, y en ella alzó sus


Palacios. Entonces, lo que había sido un viejo castillo separado del Palacio Real de los ziritas, por el profundo Valle del Darro, se convirtió en defensa eficacísima por su situación y por


lo recio de su obra, para la frontera ciudad acaso túrdula en sus comienzos, más tarde ilíberis romana, después en las taifas ciudad cercada por doble recinto y, superpoblada por corrientes


de fugitivos escapados de las conquistas cristianas y al cabo, en las gloriosas nazaríes ciudad áulica con el sonoro nombre de Medina Alhambra. CUANDO ME VOY A DORMIR Torre delantera de la


Alcazaba, la de la Vela, no guarda su construcción árabe sino la capa externa. Estuvo almenada y su interior ha sido rehecho por completo en distintas ocasiones, bien para convertirla en


vivienda de personal agregado a los monumentos en días árabes, para necesidades del servicio y sobre todo para facilitar el acceso a su terraza desde la que se admira el más hermoso y


completo panorama granadino. Los cristianos conquistadores le colocaron la campana en uno de sus ángulos norte, que fue trasladada al centro de su fachada delantera en 1840 tal y como hoy se


conserva. Desde tiempos muy antiguos nuestra ciudad se ha sentido simbolizada por la Torre de la Vela, el sonido de la campana en la noche granadina, que creó aquella vieja canción: Quiero


vivir en Granada porque me gusta a mí oír la campana de la vela cuando me voy a dormir. Toques para el riego de los labradores, toques de ánimas, toques cuando venía la aviación golpista a


bombardear Granada, pregonera de alegrías por lo tanto y de pesares ciudadanos, como queda dicho. La Reina Isabel II, cuando en 1862 vino a Granada en compañía del entonces jefe del


Gobierno, general O' Donnell, y del confesor de ella, San Antonio María Claret, concedió para uno de los cuarteles de nuestro escudo, la representación de la típica torre, aunque otros


retrasan esta concesión real a 1843 que fue cuando a sí mismo concedió una orla para nuestro escudo con los motes de, Muy Noble, Muy Leal, Nombrada, Grande, Celebérrima y, Heroica. Esta


concesión fue dada con ocasión del levantamiento del general Espartero. Considerada la Torre de la Vela como pieza arquitectónica dentro de la construcción militar musulmana medieval, su


estudio es de gran importancia. Estuvo constituida como defensa de la entrada de la Alcazaba, de la que formaba parte porque en dicha entrada y aún se conserva en forma de puerta o postigo


pequeño, de arco de herradura ligeramente apuntado y, bien salidas las impostas, está construido en piedra. La encuadra un alfiz ligeramente rehundido en la masa de la construcción. Pequeña


la poterna, pero muy importante por su papel de acceso único a la Alcazaba. Esto explica lo enorme de las proporciones de la torre, de acuerdo con la importancia que le era propia.


Proporciones que en su tiempo alcanzaron a casi el doble de la actual altura. MUSA DE ARTISTAS Constaba la construcción de dos plantas y bajo ella existía un aljibe en el que quedó perdido


una vez un turista curioso. Adosados a la torre se conservan baños. La planta descubierta de este espacio nos permite contemplar la ordenación acostumbrada en estos departamentos tan


importantes de la vida. Los granadinos actuales no podemos olvidar nunca que la Torre de la Vela, fue construida en pedestal del monumento de mayor importancia y más glorioso de nuestra


historia, el de aquel 2 de enero de 1492, en el que aparecieron en la cima de la torre la gran Cruz de plata que acompañaba a don Fernando en las conquistas y los estandartes en aquel


momento cubiertos de gloria de Santiago y de Castilla. La Alhambra, en su imagen externa, no puede prescindir de la Torre de la Vela, porque de hacerlo podría ser confundida con cualquier


otra fortificación o alcazaba. De tal manera que, una foto, un grabado, una pintura debe incluir su esbelta figura, a modo de mascarón de proa para atestiguar su forma y color. A lo largo de


los siglos ha sido inspiradora de multitud de artistas plásticos, para definir a todo el monumento. Solo retratar la que fue llamada Torre del Sol, ya significa que estamos ante la


Alhambra, ese tesoro granadino que nos identifica en todo el mundo.