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David Baños Periodista Domingo, 25 de mayo 2025, 22:56 Comenta Compartir Una de las mejores cosas que nos han podido pasar es que se terminase, después de décadas de espera y de retrasos, la
autovía con Málaga. A pesar de las dos horas largas de distancia y de los interminables túneles con limitación de velocidad, su conexión AVE y su aeropuerto internacional nos ofrecen
grandes posibilidades para viajar, a precios mucho más asequibles ¿Cómo es posible que saliendo y regresando el mismo día, un vuelo Almería-Madrid-Almería cueste setecientos euros y un
Málaga-Madrid-Málaga sólo ciento cincuenta euros? Así me planté en Madrid para llegar todavía más lejos, aunque sin moverme de la capital de España. Me esperaba una cita en la Embajada de
México, en plena Carrera de San Jerónimo, frente a un Congreso de los Diputados repleto de seguridad y de medios de comunicación. No era yo el único almeriense allí, aunque todo el
protagonismo fue para los tomates de nuestra tierra. El rojo brillante de aquellos frutos esféricos encandiló a todos los asistentes, a través de de diferentes variedades: rama, pera,
asurcado, cherry, suelto, corazón de buey y muchos más. Aquellos tomates entraban por los ojos e invitaban a hincarle el diente. El tomate RAF almeriense, en su punto óptimo de madurez, hizo
las delicias del público, integrándose perfectamente con el resto de propuestas gastronómicas mexicanas. Allí todos conocían nuestro oro rojo por su forma y sabor inconfundible. Algunos los
llamaban tomates del Cabo de Gata y hasta daban lecciones sobre cómo se cultiva aquí. Me encontré con auténticos enamorados de nuestra tierra, con casa en el propio Cabo, en Níjar o en
Aguamarga. Es la prueba de que hay gente con buen gusto en todas partes. Estábamos en la embajada del país azteca, desde donde los exploradores españoles trajeron las semillas, para
convertirlo siglos después en el rey de las ensaladas. Hoy el tomate es el vegetal que más se consume en el mundo, en clara disputa con la patata, pero no lo tuvo fácil para convertirse en
un ingrediente de nuestra cocina. Se veía tan extraño que comenzó a utilizarse como una planta ornamental. La mayoría eran amarillos, anaranjados o verdes y más pequeños que los estándares
actuales. Poco a poco se fue abriendo paso en la cocina más popular de nuestro país, pero sería un italiano, Antonio Latini, quien lo introduciria por primera vez en un recetario, allá por
1692. Aquel cocinero era una gran estrella de su tiempo, a un nivel parecido al de algunos de los mejores chefs del momento. Desde entonces el tomate ha sufrido una transformación
espectacular, siempre buscando ser un cultivo más resistente, más productivo y tratando de mantener el sabor. Detrás de este fruto hay tal trabajo de I+D que a menudo se dice que «en un
tomate hay más tecnología que en un teléfono móvil». ¿Por qué les cuento todo esto? Porque el tomate será el producto estrella de la próxima edición de Fruit Attraction, la feria profesional
más importante de España y Europa. Contará con una visibilidad especial y un programa propio de actividades para poner en valor el trabajo de los productores españoles. Almería no es el
primer productor mundial de tomate, ni tampoco es el primer exportador a la Unión Europea, pero sigue siendo el que más y mejor representa la calidad, la variedad, el sabor y la seguridad
alimentaria. Será un buen momento para reivindicar nuestros tomates, frente a los de otros orígenes que no compiten en los mercados con las mismas reglas del juego. Comenta Reporta un error