Mohammed vi: el sahara no es negociable

Mohammed vi: el sahara no es negociable

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Se han cumplido 46 años del día en que Marruecos lanzó la Marcha Verde, por la que recuperó las provincias del Sahara. El evento es tan importante que la fecha del 6 de noviembre se ha


convertido en una fiesta nacional durante la cual el rey pronuncia un esperado discurso cada año. El discurso de este año fue muy enfático en varios puntos, todos los cuales están


relacionados entre sí. El rey Mohammed VI dijo: “Para Marruecos, SU SAHARA NO SE VA A NEGOCIAR. Hoy como en el pasado, el carácter marroquí del Sahara nunca estará en la agenda de ninguna


negociación “. El gobernante alauí destacó los avances del país en las acciones emprendidas para defender el Sahara. En particular, reconoció la posición de Estados Unidos que reconoció la


soberanía plena y total de Marruecos sobre el Sahara, posición que “CONSTITUYE UN MOTIVO DE ORGULLO PARA NOSOTROS”, precisó el rey. Según Mohammed VI “esta orientación confirma el CARÁCTER


IRREVERSIBLE DEL PROCESO POLÍTICO EN MARCHA” que se dedica “a poner en marcha una solución definitiva basada en la Iniciativa de Autonomía, bajo soberanía marroquí”. Además de la posición


estadounidense, el Rey de Marruecos recordó la apertura de más de veinticuatro países que han abierto sus consulados en Laâyoune y Dakhla, lo que “confirma el amplio apoyo de que goza la


posición marroquí, especialmente dentro del entorno árabe-africano de nuestro país”. Sobre la base de estos logros, el Rey se dirigió a los demás países socios de los que esperaba “formular


posiciones mucho más atrevidas y claras sobre el tema de la integridad territorial del Reino. El país ya no tolera posiciones vagas, por otro lado posiciones claras ayudarán a fortalecer el


proceso político en marcha, a apoyar los esfuerzos realizados para llegar a una solución viable y definitiva”. Entre estos esfuerzos, el Rey de Marruecos mencionó los del secretario general


de la ONU, António Guterres, a quien, así como a Sion, envió su pleno apoyo “a sus esfuerzos por relanzar la política del proceso lo antes posible”. La firmeza del discurso de Mohammed VI se


manifiesta claramente cuando se dirige a los socios internacionales: “A quienes despliegan posiciones vagas o ambivalentes, les declaramos que Marruecos NO SE COMPROMETERÁ CON ELLOS EN


NINGÚN PLANTEAMIENTO ECONÓMICO O COMERCIAL QUE EXCLUYA AL SAHARA MARROQUÍ”. El mensaje es claro: muchos países y grupos de países se sentirán atacados, la Unión Europea, Francia y España en


particular. Para el rey de Marruecos, fueron los acontecimientos positivos en el asunto del Sahara los que reforzaron la dinámica de desarrollo sostenido en la región, particularmente en


términos de infraestructura y proyectos socioeconómicos. Por ello, subrayó que “las regiones del Sahara se han convertido ahora EN UN ESPACIO ABIERTO A OPORTUNIDADES DE DESARROLLO y una


plataforma propicia para la inversión nacional y extranjera”. Si para el rey el carácter marroquí del Sahara no es negociable, no obstante, reitera el compromiso de Marruecos “a favor de la


búsqueda de una solución pacífica, para el mantenimiento del alto el fuego y la búsqueda de la coordinación y cooperación con Minurso, en el marco de límite estricto de las atribuciones que


le son asignadas“. Otro punto crucial fue abordado por Mohammed VI en su discurso, que tendrá una consecuencia en el resto del proceso: “Consideramos que los consejos elegidos


democráticamente, libre y responsablemente en las provincias y regiones del Sahara son los verdaderos representantes legítimos de la población local”. Así, el Polisario está preocupado


porque se presenta como EL ÚNICO REPRESENTANTE DEL PUEBLO SAHARAUI. El discurso del rey se produce en un contexto de extrema tensión entre Marruecos y Argelia que ha interrumpido sus


relaciones diplomáticas con Marruecos y ha prohibido a sus aviones cruzar su espacio aéreo, cortado el gasoducto que abastecía a España y Portugal a través de Marruecos. Ahora, acusa a


Marruecos de fomentar complots contra su país y estabilidad. En este sentido, y en contra de la política belicista de Argelia, Mohamed VI, aprovechó la oportunidad de la Marcha Verde para


“enviar a los cinco pueblos del Magreb nuestros más sinceros deseos de unidad y estabilidad, progreso y prosperidad”.