«si tuviera vuestra edad volvería a dedicarme a la ciencia» | las provincias

«si tuviera vuestra edad volvería a dedicarme a la ciencia» | las provincias

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El instituto María Carbonell de Benetússer ha sido escenario este lunes de un precioso alegato en favor de la ciencia que tenía por objetivo despertar ... el gusanillo entre los más jóvenes.


En un auditorio a rebosar, reconstruido tras quedar arrasado por la dana, se ha hablado de investigación básica, aplicada, de retos y de fronteras del conocimiento. Por ejemplo, de cómo


funciona realmente el sistema inmunológico, descubrimiento que valió un premio Nobel de Medicina (2011) y que ha explicado, grosso modo, su protagonista, el biólogo Jules Hoffmann. También


se han abordado cuestiones como mejoras en tratamientos contra el cáncer, descubrimientos de nanomateriales o sobre el cuidado (o la recuperación) del medio ambiente. Sin dejar de lado los


retos (la cuestión de la financiación, siempre compleja y ahora enrarecida con el efecto Trump, como bien saben en las universidades americanas) ni las limitaciones éticas indisolubles al


avance de la ciencia. Todo ha sido gracias a la Fundación Premios Rei Jaume I, que en el marco de los actos previos a la deliberación del jurado que decidirá los galardonados de 2025 se ha


desplazado hasta la zona cero en un gesto cargado de simbolismo: visitar un centro educativo, cantera de futuribles científicos, que quedó arrasado por la riada del 29 de octubre, hasta el


punto de que tardó casi dos meses en recuperar la actividad presencial. Hasta el centro se ha desplazado el propio Hoffmann y las premiadas Rei Jaume I Anna Maria Traveset (categoría de


Protección del Medio Ambiente en 2017) y María Vallet (Investigación Básica de 2018, por sus trabajos en el campo de los nanomateriales). En síntesis, han destacado que la ciencia es como


una «una carrera de fondo que vale la pena». De romper el hielo se ha encargado Helena González, bióloga de la asociación Big Van Ciencia, que ha protagonizado un monólogo sobre la técnica


CRISPR que ha cerrado recordando que cualquier avance va de la mano de lo «humanístico y lo ético». El acto ha continuado con preguntas libres por parte de los estudiantes, que han querido


saber por qué se dedicaron a sus respectivas líneas de investigación, si fue más sencillo recibir financiación tras los premios o si se han arrepentido de alguna decisión a lo largo de su


carrera. También se les ha interrogado sobre qué se dirían a sí mismos si pudieran dar marcha atrás en el tiempo y dirigirse a su yo estudiante. La cuestión ha servido a Hoffmann para


afirmar que no habría cambiado su carrera. «Sé que volvería a dedicarme a la ciencia. Aunque ha avanzado muchísimo, sobre todo en biología molecular, las preguntas siguen siendo casi las


mismas», ha señalado. Vallet, por su parte, ha aprovechado para estimular a los asistentes. «En mi época era muy distinto, no había móviles ni ordenadores, y calculadoras sólo para unos


pocos. En 50 años todo ha cambiado y es una suerte para vosotros. Tenéis la oportunidad de hacer cosas distintas para que esta sociedad sea mejor», ha reflexionado. En cuanto a Traveset, les


ha animado a «tener el empeño en estudiar lo que queráis», aconsejándoles que sean «curiosos», cualidad que a su juicio «siempre debe prevalecer». El premio Nobel también ha dicho que no se


arrepiente de ninguna decisión, ha reconocido que la financiación fue mucho más sencilla de conseguir tras el galardón y ha compartido con el público sus inicios en biología molecular y los


proyectos por los que alcanzó relevancia internacional, como los trabajos que han facilitado la producción de nuevas vacunas. Además, ha defendido que la ciencia es cosa de un equipo,


señalando que en su laboratorio trabajan medio centenar de personas. «Es como si yo fuera un santo muy pequeño en una catedral enorme», ha ejemplificado. La misma idea ha defendido Vallet


-«la ciencia es multidisciplinar»- que también ha querido romper una lanza en favor de los investigadores «que trabajan duro pero todavía no han conseguido la visibilidad que dan los


premios». Y por su parte, Traveset ha puesto en valor el papel que juegan los docentes a la hora de despertar vocaciones. En su caso la semilla fue familiar -su padre fue un gran conocedor y


observador de la naturaleza-, aunque germinó en el BUP, con un profesor de Biología que »despertó todavía más mi curiosidad». En el debate también ha intervenido Mariana Castells,


catedrática de Harvard y jurado de los premios, que ha respondido a una pregunta sobre la mayor prevalencia de las alergias aludiendo a la teoría de que el sistema inmune, cada vez más


protegido, responde ante elementos que no tienen por qué ser peligrosos, como el polen, una mota de polvo o un cacahuete. Y otra jurado, Susana García, especialista en cambio climático y que


desarrolla su carrera en Edimburgo, les ha hablado de las técnicas de captura de CO2 y también ha destacado la importancia del trabajo en equipo y con profesionales de diferentes


disciplinas. «Nunca subestiméis el poder de trabajar con personas que tienen conocimientos distintos», ha dicho.