'los ensayos': compromiso máximo con la comedia y la televisión | las provincias

'los ensayos': compromiso máximo con la comedia y la televisión | las provincias

Play all audios:

Loading...

Domingo, 1 de junio 2025, 20:24 Comenta Compartir Cuidado, 'Los ensayos' es como una secta. Hay barrera de entrada y un inmenso sentimiento de pertenencia. Esta serie te hace creer


que no has visto nunca nada así en televisión. Tratas de recordar y tal vez sea verdad. Maldito Fielder. Realidad y ficción (o realidad y ensayo) son el centro de la premisa de esta serie,


como lo fue en su primera temporada. De la premisa, pero no necesariamente del tema de verdad. Enmascarado en el absurdo y la comedia llegamos aquí a cotas —también de altitud— casi nunca


exploradas. Y lo mejor es que todo el rato estamos al borde de la incredulidad, pero nos genera una fuerte voluntad de creer, de remar a favor, de confiar en la honestidad de un gran bufón.


Ese es Nathan Fielder. Hay que contar, una vez más, la trayectoria de este humorista único. En su rareza y en su querencia por la no ficción, por las personas reales a las que graba


enfrentándolas a capas y capas de absurdo (inolvidable aquel sketch —¿sketch?— del cocodrilo y las televisiones a un dólar en 'Nathan for you'). En los últimos años ha encandilado


a la crítica con la primera temporada de 'Los ensayos' y con 'The Curse', junto a Emma Stone y Benny Safdie. Siempre una apuesta más alta. Pero también es parte de la


producción de 'How to… with John Wilson', otra serie magnífica que es un espejo: los episodios de Wilson empiezan hablando de él, pero acaban hablando de la gente (y


maravillosamente). Aquí parece que vamos a hablar de un problema social, pero vamos a acabar haciendo una de las introspecciones más profundas que ha hecho nunca en primera persona un


creador televisivo. Esta temporada trata primordialmente de seguridad aérea. Nadie jamás vería una serie de comedia con esa premisa, y es verdad que la apuesta era de las más soporíferas que


podían hacerse. Pero nada, acaba jugando a favor porque rima con la personalidad robótica de Fielder. Rima tanto que todo acaba confundiéndose, como hizo el tema central también en la


primera temporada, mucho menos compacta que esta. A PARTIR DE AQUÍ HAY MUCHOS SPOILERS Ya está. Hemos entrado en el ecosistema Fielder, en su personal aeropuerto fake. A partir de aquí


compartimos lo vivido. En seis capítulos que empezaron muy anodinos, hemos vivido el programa de citas para que el piloto pudiera dar el beso, el concurso 'Wings of voice' y sus


miles de participantes, la transustanciación de Fielder en el piloto C. Sullenberger 'Sully' a lo largo de toda su juventud, la inesperada conexión con el autismo, la visita al


senador, y la revelación aeronáutica del último episodio. Compromiso absoluto del creador con su obra. Y de la cadena y su dinero con el creador: el prestigio de HBO pasa por aquí. Una de


las participantes de 'Wings of Voice', el concurso de canciones donde los jueces son pilotos de avión y solo se cantan temas sin derechos de autor, protagonizó un artículo de


Variety donde se quejaba amargamente de haber sido engañada, pero por supuesto el equipo legal de Fielder y HBO se habrán cubierto las espaldas: al final, la ganadora legítima de 'Wings


of Voice' tuvo una canción en el momento cumbre de, probablemente, el episodio de televisión mejor valorado del año por la crítica especializada. En Internet esta denunciante, Lana


Love, solo sirvió para darle legitimidad a la serie y para hacerla aún más divertida. Y es que una de las cosas más extraordinarias del mundo es ver a Fielder montar gigantomaquias tan


delirantes, talent shows enteros, hacer que la gente actúe apasionadamente en espectáculos abiertamente cutres, solo para que sean la esquina de la esquina de lo que realmente quiere contar


y explorar, que en sí es solo un fascinante chiste muy largo. > Ngl if you’re an established artist and you pay thousands of > dollars to go on a show called “wings of voice” where you


 sing > the American national anthem in front of airline pilots it’s 100% > on you if you get tricked https://t.co/dod4JffkM4 > — NoOne (@NoOne31569761) May 12, 2025 Poco que


envidiar tiene la trama del piloto 'Sully', que consiguió salvar a todo el pasaje posando su avión en el río Hudson. Este hombre está vivo todavía, y aparece la curiosidad sobre


cómo se habrá tomado este segundo biopic no precisamente protagonizado por Tom Hanks. El episodio más abiertamente surrealista deja el listón muy alto para el siguiente, menos espectacular


en lo visual pero no menos en sus implicaciones. El giro de la serie realmente está ahí, en la palabra «autista», que empieza a aparecer. Al enfrentarla por primera vez, asistimos a una


entrevista importante sin ensayar. «No lo necesito siempre», no os vayáis a pensar. Y llegamos al último episodio. ¿Qué es realmente lo que nos asombra tantísimo? ¿La profesión aprendida por


Fielder, el compromiso para con su obra, si el avión iba lleno o vacío, el dinero de HBO invertido precisamente en esto, en esta veta de humor al fondo de una carísima mina de ironía? ¿O


que todo pase precisamente en el momento en el que acecha ese posible diagnóstico que tan bien encajaría con todo? El compromiso también se demuestra en cabina, cuando tras todo lo vivido,


sobrevolando la frontera de Nevada, Fielder sigue en sus trece y hace lo que vino a hacer: comunicarse con otro ser humano y tratar de perfeccionarlo. Es lo que siempre quiso hacer y lo que


acaba de conseguir con millones de televidentes. Qué más da cuánto de lo concreto sea verdad. Lo importante es lo importante. Comenta Reporta un error