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El PSOE no tendrá que decidir ya si abre o no un expediente disciplinario a Leire Díez, la suspende de militancia o la expulsa de ... sus filas. Según informó este martes, ella misma
solicitó su «baja voluntaria» durante una comparecencia de dos horas ante el instructor encargado del expediente informativo que la dirección decidió abrirle, a rastras, el miércoles pasado.
Esa medida, la única que se había tomado después de la publicación de unos audios en los que se escuchaba a la exalto cargo de Correos pedir a un imputado por corrupción trapos sucios
contra un alto mando de la UCO encargado de investigaciones que afectan al entorno de Pedro Sánchez, supo a poco fuera y dentro de la formación. La renuncia como afiliada de Díez debería
servir ahora, o eso esperan los socialistas, para empezar a salir del túnel en el que quedó sumido el Gobierno la semana pasada, cuando El Confidencial publicó la polémica grabación. Pero
pasar página no resultará tan fácil. Hoy mismo, a las diez de la mañana, la que fuera teniente de alcalde de Vega de Pas y responsable de comunicación del PSOE de Cantabria hasta 2017, tiene
previsto ofrecer una comparecencia pública en un hotel madrileño para explicarse ya sin las ataduras de pertenecer a la organización. Díez no quiso hacer declaraciones ni al llegar a Ferraz
ni al marcharse. En los últimos días sí ha argumentado en varias entrevistas que recopilaba información para un libro sobre la trama de hidrocarburos y que no actuó a las órdenes del
partido –en concreto, de su secretario de Organización, Santos Cerdán o el Gobierno–, pero, según lo publicado en diversos medios sus encuentros en busca de información comprometedora para
la UCO no se limitaron a imputados en esa causa, como el empresario Alejandro Hamlyn. También se vio con al menos un implicado en el 'caso Koldo' e intentó chantajear al fiscal
Anticorrupción José Grinda. En la videoconferencia con Hamlyn se le ve en el despacho del abogado Jacobo Teijelo junto al empresario Javier Pérez Dolset y desde el PSOE y el Ejecutivo han
llegado a alentar la tesis, en privado, de que en realidad trabajaba para ellos; un grupo de gente adinerada que dedica sus esfuerzos a anular sus causas pendientes con la justicia por
medios poco ortodoxos. Pero oficialmente nadie en Ferrazo o en La Moncloa ha dado más explicaciones. Y su actitud, poco crítica con Díez, ha despertado la suspicacia de muchos cuadros
socialistas y de sus socios parlamentarios, incluido Sumar, con el que comparte Ejecutivo. «MENSAJES AGRESIVOS» Hasta este mismo martes, no hubo la más mínima censura hacia el comportamiento
de la supuesta «militante de base». Todavía en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, al mediodía, la portavoz, Pilar Alegría se limitó a insistir en que Díez no hablaba «en
nombre del Gobierno» cuando ofrecía mediar con la Fiscalía o la Abogacía del Estado a sus interlocutores y, sin afear expresamente el contenido de las conversaciones filtradas, expresó su
«reprobación» a «cualquier tipo de mensaje agresivo o violento». El comentario, sin embargo, no remitía a Leire Díez sino al PP, al que el Gobierno insiste en acusar de haber puesto en
marcha una «cascada de fango» para desprestigiar a Sánchez con instrumentos como el capitán de la UCO ahora contratado por la Comunidad de Madrid Juan Vicente Bonilla, al que el Ejecutivo
sigue acusando de actitud «agresiva» contra el presidente pese a haber quedado probado que nunca fantaseó, en conversación con un confidente, con atentar contra el presidente. Lo que ya es
obvio es que la renuncia de Díez al carné socialista no hará que el primer partido de la oposición, que incluso ha convocado una manifestación para este domingo, deje de apretar. Este
martes, además de anunciar una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción contra Díez Teijelo y Dolset, ironizó: «Pedro Sánchez y Santos Cerdán deberían dejar que (Díez) comparezca en la que
es su casa, Ferraz, como muestra de agradecimiento y respeto a la 'fontanera' que lidera la guerra sucia contra las instituciones le Estado».