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La Fiscalía ha terminado su investigación y ha decidido archivar la denuncia a la exconsellera de Justicia de Vox Elisa Nuñez por un delito de ... odio. Un problema menos para la exdirigente
que temía que se abriera un procedimiento penal por unas declaraciones que efectuó tras un crimen en Gata de Gorgos, donde tres inmigrantes mataron a un español al propinarle varios golpes
con un bate. Ante estos hechos, la entonces responsable de la Conselleria de Justicia, reflexionó: «Esto es un nuevo y cruento recordatorio de que nuestra seguridad y nuestras vidas están
siendo sacrificadas en nombre de los caprichos multiculturales de la izquierda». Y acusó a la izquierda de «poner en peligro a nuestro pueblo con ceguera ideológica». La oposición no tardó
en reaccionar. Lo hizo de la mano del PSPV, que de inmediato llevó estos hechos a la Justicia. Más tarde incluso amplió la denuncia al incluir uno de los cursos del IVASPE, el organismo que
se encarga de la formación de policías locales de toda la Comunitat, por supuestas vinculaciones entre delincuencia e inmigración. El ministerio público abrió hace algo más de seis meses una
investigación por estas afirmaciones al existir indicios de que se estaba vinculando delincuencia con inmigración. Esta fase prejudicial acaba de concluir -el plazo inicial son seis meses-
con la decisión de archivar las diligencias. En su momento, la exconsellera había presentado abundante documentación en su defensa -todo relacionado con el multiculturalismo como fenómeno
social- que puede haber inclinado el criterio de la fiscal encargada del caso. Finalmente, la Fiscalía entiende que no ha quedado acreditada la comisión de ningún delito. El PSPV podría
llevar ahora la denuncia directamente a un juzgado pero se trata de una acción con poco recorrido porque la acusación pública ya ha expresado su posición. Núñez se quedó hace algo más de
seis meses fuera del Consell tras la ruptura de los pactos autonómicos de Vox con los populares. Más tarde decidió romper toda la relación con el partido de derecha radical con la
publicación de una dura carta. De hecho, ella había llegado al Gobierno valenciano sin ser afiliada al partido de Santiago Abascal.