Álex blanquer: «tengo ganas de ver hasta dónde puedo llegar porque el límite me lo pondré yo misma» | las provincias

Álex blanquer: «tengo ganas de ver hasta dónde puedo llegar porque el límite me lo pondré yo misma» | las provincias

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Cuando Canal 9 bajó la persiana, Álex Blanquer tenía dieciséis años. «Era una adolescente, y sí, recuerdo lo que se comentaba aquellos días en ... casa, en la calle… No mucho más. Por lo que


me cuentan, la de Canal 9 fue una etapa muy diferente a la que yo he conocido», dice Álex, una joven periodista que se ha convertido en el rostro más célebre de una televisión, À Punt, que


desde sus inicios quiso alejarse de aquella que la precedió. Álex Blanquer es otra generación, con otros códigos, que lleva por bandera ser valenciana y de pueblo y se proclama orgullosa de


su tierra. Lo cuenta en una entrevista en una cafetería de Mislata, el municipio donde vive ahora para estar cerca de las instalaciones de À Punt, aunque cuando puede se escapa hacia su


Mediterráneo. En sus redes comparte precisamente muchas aficiones que tienen que ver con el mar, pero también esa progresión profesional que la ha llevado a ser la cara de las mascletaes, de


las campanadas de Fin de Año, de las tardes de lunes a viernes o de la tele nacional, ahora con Jesús Vázquez en Telecinco. -SI NOS VAMOS ATRÁS, A TU INFANCIA, ¿YA QUERÍAS ESTAR DELANTE DE


UNA CÁMARA? -Inconscientemente sí, porque mis juegos siempre tenían que ver con un escenario, haciendo de presentadora, entrevistando a mi yayo con una botella; yo le hacía preguntas y él me


contaba historias. Mi madre lo dice, que desde pequeña lo tenía dentro, sin darme cuenta de que esa iba a ser mi profesión. -¿CUÁL ES EL MOMENTO EN EL QUE EL CAMINO SE VA ACLARANDO? -Cuando


decidí estudiar Periodismo. Es verdad que la docencia también me gustaba, pero sabía que no iba a darme tanta felicidad. Después de estudiar la carrera hubo profesores que me animaron a que


hiciera televisión. Y fui dándome cuenta hasta qué punto me apasionaba, así que estoy muy agradecida a esos profesores. -¿QUÉ ES LO QUE TE DA ESTA PROFESIÓN Y QUÉ CREES QUE TE PUEDE LLEGAR


A APORTAR? -Me considero una persona del mundo y esta profesión me da un mundo; la capacidad de ir aprendiendo, porque mi objetivo vital es precisamente ser cada día mejor persona y estar


más a gusto conmigo misma. Hay además otras cosas que me da esta profesión, algunas malas, porque es verdad que es dura; hay que trabajar mucho y ser muy constante, y en los momentos más


flojos tener fuerza de superación para seguir adelante. -VIVIMOS EN OTRO MOMENTO, LOS CANALES DE TELEVISIÓN TRADICIONAL YA NO SON LA ÚNICA OPCIÓN, Y À PUNT LO SUFRE ESPECIALMENTE. ¿ESTÁS


PENDIENTE DE LAS AUDIENCIAS? -Se han de mirar, pero en À Punt tenemos que tener claro el objetivo, que es ser servicio público. Hay momentos mejores, otros no tanto, porque hay mucha


competencia, se juega en otras ligas... En la televisión privada las audiencias, si van bien, te dan ánimo, impulso y quizás una segunda temporada. O más trabajo. -¿CUÁLES SON LAS COSAS QUE


ACTUALMENTE TE DESEQUILIBRAN? -La incertidumbre. Este es un mundo en el que igual estás arriba que abajo. Y una vez das la cara hay menos probabilidades de trabajo, todo se limita. Así que


mi filosofía es siempre dar lo mejor de mí. -¿HAS TENIDO SÍNDROME DE IMPOSTORA? -Al principio un poco, aunque siempre he tenido mucha seguridad. Ahora estoy muy a gusto conmigo misma y


posiblemente me encuentre en uno de mis mejores momentos. Creo que soy capaz de hacer muchas más cosas. -¿TE PERDONAS A TI MISMA LOS ERRORES? -Sí. Antes no, y me costaba mucho encontrar ese


punto de equilibrio. Con la edad y la experiencia he ganado en confianza. Además, hay un momento en el que te das cuenta de que hay cosas más importantes, que si tienes un error, si te


equivocas, no es cuestión de vida o muerte. Lo que sí intento es que ese error no sea porque yo no he prestado atención, o no me he preparado lo suficiente. A partir de ahí, la espontaneidad


es muy importante y, ¿qué equivocación puede ser tan grande para fustigarte? UNA PROYECCIÓN IMPARABLE Álex Blanquer hizo sus primeras incursiones frente a una televisión en 2018 con


conexiones en directo en el programa que entonces presentaba Carolina Ferre. En aquel momento tenía 26 años, y los directivos de la cadena se fijaron en su potencial. Dos años después


presentó Cara o Creu y después llegó Duel de veus, que la consolidó. -PODRÍAMOS DECIR QUE EL FÍSICO TE ACOMPAÑA, ¿TE HA JUGADO A FAVOR O EN CONTRA? -Yo creo que me ha jugado a favor porque


en pantalla la imagen es importante pero yo siempre recuerdo lo que mi madre decía desde que era pequeña, que la belleza está muy bien, que te abre puertas, pero lo prioritario es tener la


cabeza amueblada, ser buena persona y respetar a los demás. Así que yo siempre he intentado cultivar mi interior y mis capacidades y ser mejor profesional cada día. Soy feliz como soy, por


dentro y por fuera. Y lo que soy es lo que ves y lo escuchas. No hay más. -DICEN EN A PUNT QUE TIENES UNA GRAN PROYECCIÓN. EL PRIMER PASO HA SIDO TELECINCO, ¿TIENES GANAS DE HACER MÁS COSAS?


-Estoy muy feliz aquí, me gusta mucho vivir en Valencia y me encantaría poder combinarlo, pero si la vida me lleva a tener que decidir, estaré donde me quieran. Hay proyectos que son además


muy interesantes, pero sería muy chulo combinar las dos cosas. -¿HAS APRENDIDO A DECIR QUE NO? -Sí, y tengo claro lo que quiero. Ahora, sería muy bonito decir: 'estoy en una etapa


vital en la que sólo acepto lo que me apetece', pero eso está muy bien si tienes la vida solucionada. Dicho esto, hay ciertas cosas que moralmente no van conmigo. Tengo unos valores y


quiero ser fiel a ellos, porque de lo contrario me estaría traicionando a mí misma. -¿DISFRUTAS DELANTE DE LA CÁMARA? -Al principio me obsesionaba más por la perfección, pero en algún


momento cambié el chip y me di cuenta de que si lo disfrutaba fluye todo mejor, la gente lo pasa bien y conecta contigo, que al final es la clave. Y al final es como si jugara, como cuando


era pequeña. -¿HAS ENCONTRADO UN EQUILIBRIO ENTRE TU VIDA PERSONAL Y TU TRABAJO? ¿O SIGUES BUSCÁNDOLO? -Sí lo he encontrado, pero la realidad es que es complicado porque este trabajo nunca


es seguro, y para dar ciertos pasos en la vida, te tienes que atrever y hacerlo, y ya está. Por ejemplo, tener un hijo, o comprarse una casa. Ahora, también te digo que quien no quiera estar


a mi lado en mis circunstancias tampoco es bienvenida. -¿CONVIVES CON ESA INESTABILIDAD DE UNA MANERA SANA? -Ha habido momentos de debilidad, pero ahora tengo una filosofía de vida en la


que disfruto lo que hago mientras me creo nuevos caminos. ¿Quién sabe dónde me llevará la vida? No tengo miedo. Es más, tengo ganas de ver hasta dónde puedo llegar, porque el límite me lo


pondré yo. Ser decidida y tener determinación puede que te hagan valorarte más y, sobre todo, que acabes valorándote tú misma.