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Javier Martínez Valencia Jueves, 29 de mayo 2025, 10:02 | Actualizado 17:49h. Comenta Compartir Otro golpe contra el robo organizado de cobre. La Guardia Civil de Sagunto ha desarticulado
una banda que se había especializado en el robo de cables de gran grosor en depuradoras de agua e instalaciones fotovoltaicas. La operación 'Kuroma' se ha saldado con la detención
de 21 presuntos miembros del grupo delictivo y la recuperación 20 toneladas de cobre. Los investigadores del instituto armado atribuyen a la banda más de un centenar de delitos en ocho
comunidades autónomas. El material robado, unas 200 toneladas de cobre, tiene un valor aproximado de 2,5 millones de euros. El grupo desarticulado se autodenominaba la 'mafia del
cobre', como rezaban las pintadas que realizaron en algunos de los lugares donde cometieron los robos. La mayoría de miembros de la banda tienen cerca de 50 antecedentes policiales cada
uno, y algunos superan el centenar de detenciones, según explicó el comandante Gabriel Luque, jefe de la Compañía de la Guardia Civil de Sagunto. El subdelegado del Gobierno en Valencia,
José Rodríguez, y el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia, el coronel Juan Martínez Ros, destacaron en una rueda de prensa la importancia de este golpe policial e
informaron también de las cifras de la operación. La Guardia Civil de Sagunto comenzó las investigaciones en junio de 2024 tras cometer la banda 37 robos de cobre en 48 días en las comarcas
de Camp de Morvedre y l'Horta Nord. Durante ese tiempo, los ladrones planificaron sus acciones delictivas desde un asentamiento chabolista en Port Saplaya. El grupo delictivo robaba
cables de gran grosor en instalaciones fotovoltaicas, depuradoras y bodegas de vino. Los asaltos que cometieron afectaron a servicios esenciales, ya que dejaron sin agua y sin luz a cientos
de personas debido a los cortes en el suministro y trabajos de reparación. La banda actuaba todos los días de la semana desde la provincia de Madrid, bien cometiendo los robos en esta
provincia o desplazándose a las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón, Castilla la Mancha, Castilla-León, Comunitat Valenciana, Extremadura y Murcia. Durante la investigación, la
Guardia Civil descubrió que la banda tenía una estructura jerarquizada y organizada. Un grupo perpetraba los robos, otro recogía los datos necesarios para cometer los delitos y una última
parte de la organización vendía el material robado. Además, los delincuentes perpetraban varios robos seguidos en cuatro o cinco días, y se organizaban en células que en ocasiones crecían
con la llegada de nuevos integrantes que se desplazaban desde Rumanía. La mayoría de los robos que la Guardia Civil atribuye a esta banda, el 70 por ciento, tuvieron lugar en depuradoras de
agua, unas instalaciones que tienen cables de cobre más gruesos, y por lo tanto lograban un mayor botín. Los ladrones tenían que depositar una cantidad de dinero para un fondo que utilizaban
para los gastos de los preparativos de los robos, y de esta manera se aseguraban que no formaran parte de la banda personas con problemas económicos o con adicciones. Algunos de los
detenidos vivían en el asentamiento chabolista de la Cañada Real, y se desplazaban desde Madrid a otras provincias españolas para cometer los robos. Los cabecillas de la banda no realizaban
transferencias bancarias. El dinero que obtenían, unos cuatro euros por cada kilo de cobre, lo acumulaban hasta reunir una importante cantidad y lo enviaban a Rumanía en fajos ocultos en
vehículos. Además, los delincuentes sustraían carburante que posteriormente vendían a un receptador y robaban furgonetas para cometer los asaltos. El cable de cobre lo trasladaban a una
localidad de Madrid para venderlo y refundirlo. Los investigadores calculan que el valor total del material robado alcanza los 2,5 millones de euros. Dada la importante actividad del grupo y
su compleja organización, la desarticulación requirió intercambiar información con la Policía rumana y organizar la operación en tres fases. En la primera, la Guardia Civil desmanteló dos
de las células y detuvo a once miembros del grupo cuando volvían de cometer dos robos. Poco después, los agentes de la Guardia Civil realizaron tres registros en domicilios de Getafe
(Madrid), donde arrestaron a otros seis integrantes de otra de las células. Durante la tercera fase fueron detenidos otros cuatro individuos, uno de ellos encargado de la venta del cable
robado, que integraban otra célula de la banda. La Guardia Civil ha detenido a un total de 21 personas de entre 20 y 33 años de edad. Trece de los ladrones arrestados ingresaron en prisión.
Los investigadores les atribuyen los delitos de pertenencia a organización criminal, robo con fuerza en las cosas, robo y uso de vehículo, usurpación del estado civil y receptación. La
investigación ha sido realizada por la Guardia Civil de Sagunto con el apoyo de agentes de las comandancias de Madrid y Cuenca. Las diligencias fueron entregadas en el Juzgado de Primera
Instancia e Instrucción número 4 de Sagunto. En actualización Esta es una noticia de última hora y estamos trabajando para ampliar la información. Sigue toda la actualidad en
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