Ilu ros: «llegué a sentirme muy triste, por la precariedad de mi vida en londres, y volver a dibujar me salvó» | la verdad

Ilu ros: «llegué a sentirme muy triste, por la precariedad de mi vida en londres, y volver a dibujar me salvó» | la verdad

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La ilustradora Ilu Ros (Mula, 1985), instalada en Madrid desde hace años, dedica «a Jandro» su último libro, 'Una casa en La Ciudad' (Lumen), con ... el que, según la editora Lola


Martínez de Albornoz, la autora murciana «ya se ha ganado de manera incontestable un lugar de honor en el panorama de la novela gráfica española». En este volumen, el pasado y el presente se


entremezclan y acaban por confundirse. Ilu Ros indaga en sus recuerdos en blanco y negro, descubre Martínez de Albornoz, «y los trae a un presente a todo color». Esta semana ha presentado


la obra en Mula y en el Museo de la Ciudad de Murcia, y en ambos casos ha vuelto a sentir algo que ya sabía: el cariño de la gente, el interés que despierta cada cosa que hace y la bella


conexión que ha establecido ya con muchos lectores. En 'Una casa en La Ciudad' volvemos con ella a Londres, a la que se refiere como «La Ciudad», donde se estableció al poco de


graduarse (estudió dos carreras Bellas Artes y Comunicación Audiovisual) ante un ambiente de precariedad en España tras la crisis de 2008, la del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. La


realidad que afrontará despierta en ella todo un abanico de dilemas: no tenía dinero, apenas disponía allí al principio de una red de apoyo, no conocía bien el inglés y se ve abocada a


desdoblarse en otros avatares: la Ilu limpiadora, camarera, inmigrante... En este libro, tras los exitosos 'Cosas nuestras', con el que se dio a conocer, y 'Federico',


todo un fenómeno editorial que encandiló a más de 25.000 lectores, tendrá que responder a muchas preguntas: ¿Qué es lo que más construye la identidad: raíces, familia, amigos, trabajo? Ilu


Ros llega a LA VERDAD con la tranquilidad que da el trabajo bien hecho. Arranca el libro con una cita de Alejandra Pizarnik: «Como una idiota cruzando la calle / tengo miedo, me río, me


saludo en el espejo / con una sábana hedionda, / me corto de raíz, / me escupo, me execro. / Como una santa acosada / por voces angélicas / me hundo en la canción de las plagas / y me vengo,


me renuncio, / me silencio, me recuerdo». -ESTA OBRA ESTÁ EN UN NIVEL IMPRESIONANTE, LO DICE SU EDITORA, Y LO REFRENDAN LOS LECTORES. GENTE QUE SIGUE SU TRABAJO Y LO APRECIA COMO ANDREU


BUENAFUENTE, ELVIRA LINDO («ILU ROS ES UNA GRAN DIBUJANTE Y CONTADORA DE HISTORIAS») Y DARÍO ADANTI («UNA NATURALIDAD, LA DE LA VOZ DE LA AUTORA, QUE CONVIERTE EL CAMPO MINADO DEL PASEO DEL


TIEMPO EN UN PASEO, A PIE, BELLO E INOLVIDABLE»). -¡Es que me quiere mucho mi Lola!, mi editora. Aunque es verdad que antes de conocerla a ella a mí me habían editado un libro en inglés


['Hey Sky, I'm On My Way: A Book About Influential Women', Lit Riot Press, Nueva York, 2018], donde retraté a mujeres como Amelia Earhart, Frida Kahlo, Rosa Parks, Malala


Yousafzai, Angela Davis y Valentina Tereshkova. Pero lo cierto es que Lola Martínez de Albornoz es la persona que me dio la oportunidad más importante hasta ahora. Ha seguido confiando en


mí. LA DECISIÓN DE EMIGRAR -EN 2008 LA VIDA DE MUCHOS ESPAÑOLES DIO UN GIRO ESPANTOSO. PRONTO HARÁ DE TODO ESTO 20 AÑOS. -Aunque yo me fui, en realidad, en 2011. ¡Hace ya 14 años! Yo no me


imaginaba cuando llegué a Londres lo que iba a hacer con mi vida. Estaba perdidísima. Yo había hecho Bellas Artes, luego Comunicación Audiovisual, y mi plan era trabajar en algo relacionado


con el arte, pero más en el campo audiovisual, con escenografía, con dirección de arte... Pero, claro, en plena crisis económica no había trabajo de nada, y mucho menos en medios de


comunicación, en cine o televisión. Por eso me marché a Inglaterra. Nunca pensé, en realidad, que me iba a dedicar a dibujar. -ESA ETAPA LONDINENSE ESTÁ MUY NÍTIDA EN SU MEMORIA. AQUÍ EN


ESTE LIBRO NOS CUENTA EPISODIOS DE UN DÍA A DÍA MUY COMPLICADO. -Nunca podía imaginar entonces escribir y dibujar algo así, porque estaba muy ocupada intentando mejorar mi inglés y haciendo


camas y limpiando, buscando un trabajo. Después de ocho años allí es cuando ya decido que quiero ser ilustradora, que quiero intentar dedicarme a esto, y cuando ya empezaba mis propios


proyectos, como el libro 'Hey Sky'. En el último año y medio en Inglaterra ya estaba haciendo el libro 'Cosas nuestras' (2020), que se publica una vez que yo vuelvo, pero


lo había entregado estando yo aún en Londres. 'Cosas nuestras' era un libro autobiográfico, la protagonista era mi abuela Resure, yo salía un poco en 'off', pero ya


tomaba notas y hacía mis reflexiones, y ya entonces me planteaba el concepto de lo que era volver a casa. Me vuelvo a casa, pero en ese momento volver a casa era volver a Madrid, donde yo


nunca había vivido, nunca había sido mi casa. Llegó un momento en que mi casa era 'La Ciudad', la ciudad de Londres. Volvía a Mula, pero ya no era lo mismo, porque yo ya había


empezado a construir mi propia casa. Ya me preguntaba entonces cuál era mi hogar, y a qué sitio perteneces. Esta fue la semilla de todo. Pero fue en 2021, cuando salió 'Federico',


cuando yo me planteé hacer un libro sobre esos 8 años de vida en Londres. -TENÍA DUDAS SOBRE SI HACER UN LIBRO DE FICCIÓN, O UN LIBRO AUTOBIOGRÁFICO. ¿QUÉ LE AYUDÓ MÁS A ACLARAR EL ENFOQUE


DEL PROYECTO? -El libro en sí ha sido una búsqueda. Porque trata también sobre el proceso de elaboración del propio libro. Es que estaba muy perdida. Cuando pongo el foco en mí, lo cierto es


que quiero contar muchas cosas, pero ocho años no se pueden resumir en un libro, y había que aclarar, sobre todo, lo que yo sentía con respecto a temas como la pertenencia a un lugar o la


construcción de una vida como extranjera, y cómo todo eso lo ve la Ilu de ahora ilustradora que quiere contar historias y que también ha sido una niña que se entretenía buscando en el fondo


de una piscina. Es un libro de búsquedas, sin duda. -PARECE DIFÍCIL, POR LA CANTIDAD DE IMÁGENES Y DE IMPACTOS QUE VIVIMOS, TENER UNA MEMORIA CORTA DE LAS COSAS. PERO AQUÍ HAY UNA FOTOGRAFÍA


MUY COMPLETA DE ESE TIEMPO TAN LEJANO AL QUE VIVE. -Para mí, 'Una casa en La Ciudad' es mi libro más complejo, el que más me ha costado gráficamente, de estructura, de temas. Y


creo que es mi mejor libro. Aún así he tenido muchísimas dudas. Pero estoy contenta con el resultado. Tenía muchas historias y reflexiones y me costó encajar las piezas y conectarlas entre


sí. -PREDOMINA EL BLANCO Y NEGRO, POR MOMENTOS, ¿QUIZÁS PORQUE VIVÍA ENTONCES ENTRE TINIEBLAS? -A mí me gusta trabajar con línea, con el grafito, con la tinta, con el bolígrafo, tengo una


base más de dibujante. También de pintora, de construir más con el color. Pero siempre tiendo más a hacer línea. En este libro, puesto que había diferentes tiempos, historietas, partes que


pertenecen a la memoria, reflexiones más poéticas. Hay un recorrido por Londres en el verano de 2023, cuando yo me reencuentro con 'La Ciudad', y me vienen muchas cosas. Ese


recorrido sí es a color, y todo lo que va saltando, todas esas memorias, recuerdos, esa Ilu de niña... están en blanco y negro. La memoria es engañosa, esto es cierto. A veces hay algo de


invención en esos recuerdos. Y te preguntas si esas vocecitas que te repiten cosas que no quieres escuchar son reales, de verdad. -UNO DE LOS LIBROS QUE LE ACOMPAÑAN EN ESE REENCUENTRO CON


LONDRES ES 'LA SEÑORA DALLOWAY', DE VIRGINIA WOOLF, DEL QUE ESTA SEMANA SE CUMPLEN 100 AÑOS DE LA PUBLICACIÓN EN INGLATERRA. -Yo iba leyendo el libro de Virginia Woolf y una mañana


decidí hacer el recorrido de la señora Dalloway. Hice como 300 fotos en el móvil de ese recorrido, y eso aparece también en 'Una casa en La Ciudad'. Yo ya llevaba dos años


trabajando en este libro, pero no encontraba cómo armarlo, y por eso fui a Londres; llevaba cuatro años sin ir, no la echaba de menos, y pensé incluso en ilustrar 'La señora


Dalloway'. Pero al final pensé que la búsqueda de ese nuevo libro también era interesante de ser contada. Y así lo hice. -MUCHAS AMIGAS SIGUEN VIVIENDO EN LONDRES. ¿CÓMO SERÍA SU VIDA


HOY ALLÍ DE NO HABER VUELTO? -No me lo imagino, porque hubo un antes y un después, que fue el Brexit, que fue una hostia en la cara. Londres es una isla en Inglaterra, y parecía que no iba a


salir el sí a salir de la Unión Europea. Y fue un choque. Ahí empezaron a irse algunos amigos. Quedó la sensación de que ya no te sentías tan bienvenido en una ciudad que siempre te acogía.


Yo me vine a final de 2019, y prefería vivir en España, la verdad. -EN REALIDAD, MUCHAS COSAS QUE LE SUCEDIERON, USTED LO DICE, PUEDEN PARECER DE CIENCIA FICCIÓN. -Yo cuando salí de Mula,


estuve en Murcia un par de años, me fui de Erasmus, cinco años en Granada después... pero Inglaterra era una vida diferente. Yo aquí siempre era la Ilu, pero allí en Londres sentí lo que le


sucede a muchas personas que emigran: sentirte descolocada porque no tienes amigos, ni familiares, ni unas relaciones sólidas... sentía que la Ilu que mis familiares conocen no era ya yo.


Mis amigas dicen que al principio no era la que soy ahora. Me sentía muy pequeñica. Me daba vergüenza hablar, y más aún hablar en inglés. -Y ENCIMA LA TENSIÓN GENERADA EN SU ENTORNO PORQUE


SU PADRE NO ACABABA DE ENTENDER QUE SE FUERA A LONDRES A PROBAR SUERTE. -Yo le decía que quería encontrar trabajo de lo mío, aprender inglés... pero eso tampoco me lo creía mucho. Era una


huida hacia adelante. Allí, perdidísima, pensar en volver podía ser un fracaso. Emigré desde un privilegio, fui consciente de algunas situaciones gravísimas que vivían otras personas. Yo he


querido quitar con este libro ese romanticismo de irse al extranjero a buscar trabajo de lo tuyo. Yo estaba limpiando suelos en un hotel y en mi entorno no veía tanto arte, por mucho que me


escapara a la Tate. -¿CÓMO ES LA ILU ROS QUE DIBUJA? PORQUE SE HA AUTORRETRATADO EN ESTE LIBRO MÁS QUE NUNCA. -Hacer un libro autobiográfico hace que quieras ver ya el personaje fuera de ti,


y a veces ese personaje piensa por sí mismo. Yo quería ver a esa Ilu con humor, y que se ríe de todo lo que le pasa. Es que, por ejemplo, yo cobraba seis libras la hora donde trabajaba, en


un hotel y hostelería, y posando al natural de modelo para otros artistas podía ganar 20 libras la hora. Yo iba a lo loco... Como un meteorito en el espacio y a la deriva. Cuando llevaba un


par de años me empecé a sentir bastante triste. Todo suponía esfuerzo, me agobiaba vivir en la precariedad. Y en esa búsqueda, pensé en dibujar un par de horas cada tarde, por encontrarme a


mí misma, y eso me salvó. Así empezó todo esto. [Su abuelo Juan María, que le regalaba siempre albaricoques que traía en los bolsillos, estaría hoy muy orgullosa de esta Ilu].