Ciencia e igualdad, dos palabras con nombre de mujer | la verdad

Ciencia e igualdad, dos palabras con nombre de mujer | la verdad

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Benito Maestre Perea Martes, 7 de marzo 2023, 10:51 | Actualizado 11:01h. La ciencia no entiende de género, sino de talento. Poblado por más hombres que mujeres, este campo ha dado


importantes signos de mejora en favor de una participación plena e igualitaria, como el fomento de las vocaciones científicas y técnicas entre las jóvenes y la aplicación de medidas de


conciliación. Pero aún quedan obstáculos por el camino y, en ocasiones, los tiempos para retirarlos transcurren demasiado lentos. Lo esperanzador de esta disyuntiva es que haya calado entre


las administraciones públicas, empresas y sociedad en general la imperiosa necesidad de sumar más expertas a la actividad científica y que estén más representadas en los puestos de


dirección, rompiendo así el techo de cristal. La Región de Murcia avanza con pasos cortos pero firmes en el terreno de la ciencia, gracias a que atesora una cantera de científicas que


demuestran a diario su valía, coraje e ilusión por construir un mundo más amable. Con la finalidad de conocer en detalle su bagaje, LA VERDAD reúne a cuatro profesionales para radiografiar


la situación de la ciencia y arrojar rayos de luz que permitan iluminar el camino de las nuevas generaciones. A la llamada acudieron dos investigadoras del Instituto Murciano de


Investigación Biosanitaria (IMIB) y figuras ya consagradas del panorama nacional: Stella Moreno Grau, catedrática del área de Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de


Cartagena y académica de número de la Academia de Farmacia Santa María de España, y la archenera Encarna Guillén Navarro, profesora titular de la Universidad de Murcia (UMU) y jefa del


Servicio de Pediatría del Hospital Virgen de La Arrixaca; y dos nombres emergentes: la cartagenera Marina Martínez Hernández, investigadora predoctoral de ingeniería biomédica en la


Universidad Politécnica de Cataluña, y la abanillera María Perea Hurtado, estudiante del Grado en Bioquímica en la UMU. Al unísono aplauden el progreso que la mujer ha experimentado en el


último tiempo y abogan por la educación desde edades tempranas sin prejuicios sociales ni estereotipos de género. «Para que las niñas se interesen por las carreras científico-tecnológicas,


es indispensable que tengan referentes femeninos y que sepan que son capaces de hacer todo lo que se propongan», exclama Martínez Hernández. Una opinión que comparte Perea Hurtado, quien


insta a que «el profesorado haga hincapié en que sin todo el esfuerzo e investigación femenina, la ciencia no estaría tan avanzada como lo está en la actualidad». Guillén Navarro, por su


parte, pone el acento en ajustar los criterios para evaluar a las investigadoras, sobre todo cuando apuestan por la maternidad, con la finalidad de que no se las 'penalice' durante


esta etapa, esencial para la aportación demográfica. «Que no tengan que renunciar a nada y se las evalúe adecuadamente para que no haya diferencias con respecto a los hombres», reclama.


ROSTROS HISTÓRICOS La historia, por diversas circunstancias, ha silenciado las trayectorias de mujeres cuyos méritos han sido decisivos para el devenir del tiempo. Sus nombres apenas


aparecen en los libros de texto ni tampoco forman parte de la memoria colectiva, de ahí la necesidad de rescatar su legado y ponerlo en valor. En la actualidad, las científicas ya no sufren


esta feroz discriminación pública y sus logros llevan implícitos sus nombres y apellidos. A esto se suma que las mujeres van más a la universidad (55% de las matriculaciones) que los


hombres, según un informe elaborado por el Ministerio de Educación. Dentro de las carreras 'steam' (acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), ellas


estudian más ciencias y los hombres, tecnología; en química están igualados. «Creo que sigue habiendo estereotipos y que el entorno, en todos los niveles, cala en las chicas y los chicos a


la hora de escoger su futuro profesional», observa Moreno Grau, achacando a factores sociales el hecho de que las mujeres, ya formadas, opten por abandonar el mundo de la ciencia. Cabe


mencionar que, según la ONU, menos del 30% de los investigadores en todo el mundo son mujeres. «Al juntar la situación profesional con la falta de ayudas y recursos y con las necesidades


personales de cada una, el camino más fácil es simplemente dejar la ciencia a un lado y elegir otra profesión», lamenta la cartagenera. TIERRA DE TALENTO Son continuos los resultados que el


personal investigador murciano, tanto de nacimiento como de adopción, vierte al cabo del año. Alimentos saludables sometidos a un procesado mínimo, un método no invasivo para la


identificación precoz del rechazo agudo en trasplante hepático como prevención de la pérdida del injerto a medio plazo, un proceso que agrava la tuberculosis… son algunos de los hitos


descubiertos en la Región de Murcia el pasado año y que, al mismo tiempo, reflejan que hay un batallón de mujeres y hombres al pie del cañón. Esta realidad, que existe, muestra solo la punta


del iceberg. En la parte que no se ve está la realidad más cruda. La falta de oportunidades, la precariedad laboral y la escasa inversión presupuestaria en I+D+I, entre otros motivos,


originan que los profesionales opten por abandonar su carrera o marcharse de España en busca de un futuro más digno. «La Región de Murcia es como cualquier otro lugar de nuestro país»,


compara Stella Moreno, quien agrega que en otros países de la zona «es más fácil dedicarse a la investigación porque se valora más, con becas y contratos mejor dotados económicamente». Al


hilo, Marina Martínez culpa al cortoplacismo, la alta competitividad a la hora de optar a las subvenciones y su baja remuneración como desencadenantes de la fuga de cerebros: «Es evidente».


«Se debería invertir mucho más en investigación», apostilla María Perea. En este sentido, Encarna Guillén destaca el nuevo paradigma de la investigación, que se sustenta en los principios de


ciencia abierta y colaborativa. «Lo principal es que se puedan establecer convergencias entre todos los recursos de investigación regionales con instituciones, organismos y grupos de


investigación nacionales e internacionales», recomienda la doctora en Medicina, subrayando que «así es como realmente se alcanzan los objetivos grandes». ¿POR QUÉ DECIDIÓ APOSTAR POR EL


MUNDO CIENTÍFICO? STELLA MORENO GRAU: «Cuando estudiaba farmacia, mi profesor José Luis Moreno Frigols, que también era jefe del Laboratorio de Isótopos del Hospital Clínico de Valencia, me


permitió empezar a trabajar en el laboratorio. Allí terminé como alumna interna todo lo que me faltaba de la carrera (tres años) e hice la tesina de licenciatura sobre radiofármacos del


99mTc con el ácido iminodiacético y derivados. En 1981, antes de presentar la tesina, concursé para optar a una plaza de Química en la Escuela Universitaria Politécnica de Cartagena (hoy


UPCT) y la obtuve». ENCARNA GUILLÉN NAVARRO: «Una de las primeras experiencias que me estimularon a empezar en el ámbito de la investigación ocurrió en mi primer año de residencia, en el que


hice la rotación por Neonatología. Allí, el neonatólogo Hernández Ramos y la doctora Domingo me incluyeron en un estudio colaborativo de malformaciones congénitas a nivel nacional, y la


doctora Gabarrón me transmitió el punto de vista de la genética de las enfermedades raras. Al año siguiente, me marché a Estados Unidos (entre las primeras rotaciones electivas de un


residente en la Región de Murcia, en la década de los 90) donde profundicé en mis conocimientos de genética clínica». MARINA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ: «Siempre he soñado con poder contribuir y


mejorar la vida de las personas de alguna manera. Vi en la ciencia esa forma de aportar mi granito de arena, ayudando en la base y siendo capaz de generar conocimiento que luego pudiese


traducirse en un tratamiento para un paciente que quizás no hubiese tenido ninguna oportunidad si no fuera por ese 'ejército' de científicos que trabaja siempre mirando al futuro».


MARÍA PEREA HURTADO: «Desde pequeña sabía que iba a estudiar una carrera de ciencias, debido a las ganas de aprender el funcionamiento del ser humano y, sobre todo, acerca de los mecanismos


químicos y reacciones que suceden en nuestro interior. Me parece muy interesante conocer las bases químicas de todo aquello que nos rodea». ¿QUÉ SUEÑO LE GUSTARÍA VER CUMPLIDO? STELLA


MORENO GRAU: «Mi sueño es que, cuando me jubile, quede en la Región de Murcia una red estable de vigilancia aerobiológica (formó parte de la creación de Rearemur, Red Aerobiológica de la


Región de Murcia, en 2008) que cubra el 100% del territorio regional y permita a los especialistas en alergia e inmunología clínica tener esa información, que es esencial, y a los enfermos


polínicos, poder disponer de información precisa de sus zonas de residencia y emprender las medidas preventivas para mejorar su calidad de vida. Es triste, porque económicamente estamos


hablando de muy poco dinero; para ampliar los puntos de muestreo se requieren unos 12.000 euros y para mantener la vigilancia, unos 70.000 euros anuales». ENCARNA GUILLÉN NAVARRO: «Mi sueño


es que tuviéramos un diagnóstico precoz de las enfermedades raras y que ese 5% de las identificadas en la UE que dispone de un tratamiento se convirtiera en un 100%, para mejorar la calidad


de vida de los pacientes y sus familias. Así que mi sueño sería poder dar siempre una solución. También me gustaría que se consiguiera la estabilización del personal investigador». MARINA


MARTÍNEZ HERNÁNDEZ: «Mi mayor sueño sería ver cómo mis investigaciones se traducen a la realidad. Es decir, haber contribuido directamente en generar el conocimiento necesario para que


'X' tratamiento haya salido adelante y haya impactado en la vida de 1, 20 o 1.000 personas, las que sean». MARÍA PEREA HURTADO: «Me encantaría poder investigar sobre el desarrollo


de enfermedades y cómo frenar su avance, especialmente acerca del cáncer. Mi sueño es descubrir algún medicamento o combinación de medicamentos para paliar esta enfermedad o para mejorar la


vida de las personas que la padecen». STELLA MORENO GRAU «NO CREO QUE SEA NINGÚN ICONO; SOY UNA PERSONA NORMAL, CON MIS DEFECTOS Y MIS VIRTUDES. HE SIDO CONSTANTE Y ME HE CRECIDO ANTE LAS


DIFICULTADES» ENCARNA GUILLÉN NAVARRO «CUANDO NOTAS QUE LOS EFECTOS DE TU TRABAJO REPERCUTEN POSITIVAMENTE EN LOS PACIENTES Y FAMILIARES, TE RECONFORTA Y TE DA EL COMBUSTIBLE PARA CONTINUAR»


MARINA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ «TRABAJO EN BUSCAR TERAPIAS PARA REGENERAR EL CORAZÓN TRAS SUFRIR INFARTOS DE MIOCARDIO, PARA QUE NO SEA NECESARIO RECURRIR AL TRASPLANTE DE CORAZÓN» MARÍA PEREA


HURTADO «SÉ QUE QUIERO DEDICARME AL ÁMBITO CLÍNICO Y, POR EL MOMENTO, LAS ESPECIALIDADES QUE MÁS ME INTERESAN SON INMUNOLOGÍA Y MICROBIOLOGÍA» Reporta un error