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El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se afanó este domingo en ampliar su territorio electoral hacia la derecha y hacia el centro, en busca ... de los diez millones de votos que
considera suficientes para llegar a La Moncloa, arremetiendo contra Vox, contra las cesiones del PSOE a los independentistas y contra la «mafia» socialista. En un acto multitudinario en
Madrid en el ecuador de la legislatura municipal y autonómica, Feijóo presumió de la fortaleza de su partido, cerró filas con la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y se alejó
claramente de los partidos nacionalistas, única llave en una posible moción de censura contra Pedro Sánchez, al anunciar una batería medidas para su futuro Gobierno centradas en penar los
delitos de sedición y malversación. Feijóo marcó distancias con Vox y pidió a los votantes de la derecha «que no se dejen impresionar por los que nunca han gobernado». «No me voy a dejar
influir por los que dicen que dé más caña», aseguró el líder popular, que pidió al electorado afín «no perder el tiempo» porque él es «la única alternativa al sanchismo». «Nosotros, con
nuestra personalidad, vamos a liderar esa alternativa, y no le vamos a dar a Sánchez el relato que está buscando», afirmó para zafarse de la presión de aquellos que le reclaman una oposición
aún más dura, siguiendo la senda de Vox. Aun así, Feijóo se mostró implacable con el Gobierno de Pedro Sánchez, al que equiparó con los «regímenes autoritarios». «Se molestan si decimos que
son una mafia, pero ¿cómo quieren que les llamemos, hermanitas de la caridad?», se preguntó, antes de denunciar los ascensos a funcionarios corruptos, de los que alardeaba la
'fontanera' Leire Díez en sus conversaciones, o el acoso a jueces y periodistas. «Ellos están en los bajos fondos y ellos han convertido la política en una cloaca», proclamó, en un
mitin en el que no hubo alusión alguna al procesamiento por presunto fraude fiscal del novio de Ayuso. Pero además de su flanco derecho, el presidente del PP también quiso cortejar a los
votantes más centristas y a los desencantados del PSOE con un llamamiento a la «gente honrada» y con continuas apelaciones a un futuro Gobierno «limpio, decente y honesto». «Tengo una idea
de España y cuantos más españoles la conozcan, mejor», dijo para conceder la mayor importancia al congreso del PP de este julio. Antes, otra fecha sobresale en el calendario popular, la
concentración del próximo domingo en Madrid. Feijóo reclamó la mayor movilización posible para esta cita, que va a ser «un gran grito», pero «no una protesta del partido» (no va a haber
siglas), sino «una defensa del país». Y ante la inviabilidad hoy de una moción de censura contra Sánchez avalada por Junts, el jefe de la oposición envió un mensaje a los secesionistas
–también a Bildu– al incidir en que revocará si llega a La Moncloa las concesiones en el Código Penal al separatismo. Prometió recuperar el delito de sedición, incrementar las penas por la
malversación y prohibir los indultos por corrupción. Además, anunció que su futuro fiscal general del Estado se elegirá «con el informe favorable del Consejo General del Poder Judicial» y
que no permitirá «que los terroristas vayan en las listas electorales». Durante su intervención, Feijóo resaltó en varias ocasiones su sintonía con Ayuso. «El que tiene un problema con el PP
de Madrid no soy yo, es La Moncloa», dijo el presidente nacional de los populares. La presidenta madrileña también se mostró cercana a Feijóo, al que agradeció su capacidad para «atender a
todos». Sí fue más dura que él al apelar incluso a Europa para actuar contra Sánchez. «Tanto que mira a Hungría o a Turquía, la Unión Europea debería parar ya a este autócrata. ¿Qué más
tiene que hacer Sánchez?», clamó Ayuso, que acusó a los socialistas de amplificar el ruido para que la ciudadanía se rinda. También criticó al presidente del Gobierno por «desguazar el Banco
de España», por «hundir el prestigio» de Telefónica, de Correos o del CIS y por «dejar por los suelos» la imagen del aeropuerto de Barajas. Pero las palabras más duras de Ayuso se
dirigieron hacia los partidos nacionalistas, a los que acusó de aprovecharse de los casos de corrupción del Gobierno y de la debilidad de Sánchez. Dijo que el PNV se mueve «como lagartijas»
para «colarse» en el poder, que a Junts, «cuanto peor le vaya al Gobierno, mejor para ellos», y que para Bildu, todo esto son «chiquilladas». Ayuso lamentó que Sánchez trate de hacer ver que
en el País Vasco y Cataluña «todo va bien», en contraposición a los «extremistas de Madrid». «Y lo que pasa es que en el País Vasco y Cataluña no hay libertad, no se puede ir con una
camiseta de España, del Real Madrid o del Atlético de Madrid sin que te digan algo», aseguró. También arremetió contra la ministra de Sanidad, Mónica García, a la que ha acusado de
«frivolizar» con la droga y «blanquearla». «Se meten con nuestras cañitas. Pues sí, aquí nos gustan las cañitas y el vino, y a la ministra de Sanidad le gustan los porros y a mí me gusta la
fruta», dijo Ayuso.