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Para el PP el «espectáculo» que se montó este miércoles en el hotel de Madrid donde la ya exmilitante socialista Leire Díez dio su versión ... de los hechos antes de ser increpada por el
empresario y conseguidor investigado en la 'trama Koldo' Víctor de Aldama se ha convertido en «uno de los episodios más vergonzosos de la historia del PSOE». «No es una anécdota,
no es ni siquiera un circo por más que se le parezca y no hay que tomárselo a broma», advirtió Alberto Núñez Feijóo. Para el líder de los populares, es mucho más. Es la señal inequívoca de
que «el PSOE está en caída libre» y una muestra del «vertedero televisivo, cutre y sórdido» al que España se está acostumbrando por culpa de Pedro Sánchez. Durante su visita este miércoles a
Melilla, dentro de su gira por España previa al congreso nacional del PP en julio, Feijóo cargó con dureza contra el Gobierno y el Partido Socialista por la «degradación institucional,
moral y ética» en la que, a su juicio, han caído. Especialmente tras el «teatrillo bochornoso» ofrecido por la supuesta ¡fontanera' del PSOE que poco aclaró en su breve comparecencia
sobre su participación en la operación de guerra sucia contra la UCO. Al igual que el socialista Emiliano García-Page, el líder del PP volvió a pedir la disolución de las Cortes y que
Sánchez convoque a las urnas para «devolver la palabra al pueblo» y «limpiar la vida pública» poque esta situación, alertó, «no se puede prolongar más». Y ofreció a su partido como
alternativa para rescatar a España de esta «indecencia continuada» porque cree que «esto no ha hecho más que empezar» y que el sainete vivido este miércoles todavía se puede «superar».
«Preparaos para los próximos días y semanas», avisó. Para el primer partido de la oposición, los presuntos casos de corrupción en el entorno del presidente del Gobierno y en su partido y las
maniobras en las «cloacas del Estado» para tratar de taparlos, según el análisis que hace, están cargando de razones la manifestación convocada para el domingo en Madrid. Feijóo dejó claro
que ni él ni el PP no se van a quedar de brazos cuadros ante las «prácticas mafiosas» que atribuye al Ejecutivo y continuarán con su ofensiva en las calles, en las Cortes y en los
tribunales.