La uco se blinda frente a un ataque sin precedentes en cuatro frentes | la verdad

La uco se blinda frente a un ataque sin precedentes en cuatro frentes | la verdad

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En la sede de la Unidad Central Operativa (UCO), en los alrededores del aeropuerto de Barajas, no hacía falta que unos audios de la ex ... alto cargo socialista y supuesta


'fontanera' de Ferraz, Leire Díez, les pusieran sobre aviso de que su trabajo está levantando ampollas en el PSOE. Los 'toques' se vienen sucediendo desde que en febrero


del año pasado este departamento hiciera estallar el 'caso Koldo', ahora ya 'caso Ábalos'. Ese «ruido» –cuentan desde el cuartel general de la UCO– se amplificó todavía


más a raíz de que en los meses inmediatamente siguientes tres jueces –Juan Carlos Peinado ('caso Begoña Gómez'), Beatriz Biedma ('caso David Sánchez') y Ángel Hurtado


(imputación del fiscal general)– encomendaran 'motu proprio' y en exclusiva al cuerpo de élite las investigaciones más delicadas para el Gobierno tras las denuncias iniciales de


acusaciones populares. Pero la situación en los últimos días es ya un «verdadero lodazal», constata un veterano mando ligado a los orígenes de la UCO allá por 1989. La actual 'tormenta


perfecta' tiene cuatro frentes, coinciden todos los que estos días han pasado por las dependencias de Barajas. El primero es la publicación de los audios de Leire Díez intentando


obtener «información sensible» para tratar de acabar con uno de los actuales pilares de la UCO, el teniente coronel Antonio Balas, jefe de Departamento de Delincuencia Económica y


Anticorrupción, la sección más compleja de las cinco que componen la UCO (junto a Apoyo Técnico, Patrimonio, Narcotráfico y Cibercrimen). Este departamento es el que está a cargo de los


cuatro casos que tanto incomodan ahora al Gobierno y al PSOE. El segundo frente, en el que están participando «importantes altavoces» muy cercanos al Ejecutivo, es el de «intentar hacer


creer» que existe lo que algunos medios están denominado «la UCO patriótica», una suerte camarilla parapolicial en esta unidad para tratar de acabar con la presidencia de Pedro Sánchez. El


ariete de esta ofensiva son los audios, incorporados a una investigación interna, de Juan Vicente Bonilla, excapitán de fuentes de la UCO, con uno de sus confidentes. Bonilla, que desde que


en 2023 dejó la Guardia Civil trabaja para el Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso, está en el origen del 'caso Ábalos': fue el primero en apuntar a las actividades sospechosas


de Koldo García gracias a a revelaciones de uno de sus soplones. «TONO DESPECTIVO» Bonilla, que ha emergido, junto a Balas, como uno de los objetivos de la presunta 'fontanera' de


Ferraz, se expresa en sus wasaps con los confidentes en «tono despectivo» contra el Gobierno, llegan a admitir algunos agentes de la UCO, que lo enmarcan, no obstante, en la singular


relación entre un agente y un confidente con el que intenta congraciarse. Pero que en ningún ponen en duda la limpieza y, sobre todo, las «pruebas» –rebaten estas fuentes– de la


investigación por la que ha acabado imputado en el Tribunal Supremo el exministro José Luis Ábalos, quien fuera mano derecha de Sánchez en el PSOE y en el Gobierno. «Hablar de la UCO


patriótica es tanto como hablar de 'la camorra' de la Guardia Civil como hace Leire Díez», compara uno de los mandos del instituto armado. El tercer frente es el famoso informe que


el instructor en el Supremo del 'caso Ábalos', Leopoldo Puente, encargó a la UCO sobre los datos que pudieran vincular al actual secretario de Organización del PSOE, Santos


Cerdán, con la trama que dirigía Víctor de Aldama, después de que éste último acusara al secretario de Organización socialista de haber cobrado mordidas por la adjudicación de obras. La


tensión por este informe –sobre cuyo contenido se ha especulado hasta la saciedad– late en el Gobierno y en el PSOE, desde donde se ha llegado a insinuar que la Unidad Central Operativa está


filtrando datos del mismo, algo que niegan categóricamente en la Guardia Civil y de lo que no existe prueba alguna. En este triple escenario es en el que viven los 700 agentes de la UCO y,


sobre todo, el centenar largo de funcionarios bajo el mando de Antonio Balas. A estos últimos, además, Ábalos los amenaza con un cuarto frente: desde hace meses viene cuestionándolos, hasta


el punto de pedir la nulidad del caso, por haberlo investigado cuando era todavía aforado. Que la UCO, por error, endosara al exministro un inmueble de dos millones de euros en Colombia


cuando en realidad apenas costó 1.000, sirvió como munición a Ábalos para abonar la tesis –ya extendida entre los socialistas– de la cacería política de la UCO contra el PSOE. Pero en la


sede de la UCO, bajo los motores ensordecedores de los aviones que no dejan de despegar, los agentes de élite de la Guardia Civil se conjuran para «aislarse de todo el ruido exterior». Tras


aumentar los decibelios en el cuerpo por la falta de un gesto oficial de apoyo a la UCO, el ministro Fernando Grande-Marlaska, cuyos roces con la Guardia Civil en estos siete años dan ya


para un ensayo, envió el jueves a la directora de la institución, Mercedes González, a reunirse con Balas. Fue un encuentro de «poco más de un cuarto de hora» y «sobre todo muy


institucional» en el que González agradeció el trabajo de la unidad en una cita en la que estuvo parte de la plana mayor de la misma y todo el cuerpo. PRESIONES QUE NO «CALAN» Esa visita de


González no ha tenido efecto, relatan mandos , a los que tanto las felicitaciones como las críticas que vienen de los políticos, «calan muy poco». En la UCO da igual que Grande-Marlaska no


haya rechazado con contundencia las maniobras de Leire Díez o que haya trascendido que la suya no es la unidad favorita del ministro, quien debutó al frente de Interior fulminando en agosto


de 2018 al entonces jefe de la UCO, el coronel Manuel Sánchez Corbí. «Un día un exalto responsable de Interior del PP nos felicito por el informe de los ERE y al día siguiente no dijo que


otro informe sobre la 'operación Púnica' que habíamos entregado al juez no era consistente», relata un viejo mando de esta unidad. Pasó lo mismo hace solo un año, cuando en mayo de


2023 fue el PSOE el que elevó a los altares al equipo de Balas cuando la UCO dijo no tener indicios de que Begoña Gómez hubiera participado en el rescate de Air Europa. El Departamento de


Delincuencia Económica y Anticorrupción bajo las órdenes de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada (Uafac) ha golpeado, sobre todo en los últimos 20 años. a


redes de uno y otro signo político. Solo en lo que respecta al PP, lo cercaron con operaciones como 'Azud', 'Lezo', 'Erial' o la propia 'Púnica'. Su


experiencia para nadar en la guerra partidista sin ahogarse –recuerdan los más veteranos– se remonta a cuando en mayo de 2017 la entonces presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, pidió a


Rajoy poco menos que la cabeza de los responsables de la UCO por involucrarle en supuestos amaños para la concesión de una cafería en la Asamblea. «Desde entonces no han parado, pero


sobreviviremos… como siempre», garantizan en la unidad de élite de la Guardia Civil.