Play all audios:
Posiblemente no haya experiencia más frustrante que soñar con la emancipación y darse de bruces con el mercado inmobiliario, un auténtico muro para miles de ... jóvenes. Este segmento de la
población constituye el eslabón más débil en la crisis de la vivienda en España. En cualquier caso, los altos precios, prohibitivos en los grandes municipios tanto de compra como de
alquiler, amplían el listado de afectados. La realidad es que las necesidades de hogar crecen sin que se produzca en paralelo un avance de la oferta. En este déficit se esconde un verdadero
drama, especialmente para quienes desean abandonar el nido familiar y emprender un proyecto de vida propio. En el conjunto del país, sólo se construyeron el año pasado 97.800 pisos frente a
la creación de 330.000 hogares nuevos, según el INE. Este desequilibrio puede disparar la especulación, frenar la demografía y agravar la falta de condiciones dignas para acceder a una casa
o a una habitación. En buena medida, el futuro de toda una generación depende del ladrillo. Esta es la realidad, dos años después de la entrada en vigor de la ley de vivienda, que puede ser
matizada o ampliada en las comunidades por la transferencia de competencias. Aunque el año pasado se finalizaron un 11% de pisos más con respecto al ejercicio anterior, España está muy lejos
de resolver el problema. El Gobierno de Sánchez ha buscado flexibilizar el mercado con una batería de medidas entre las que sobresale la declaración de zona tensionada, un instrumento que
permite contener los precios del alquiler para acabar con «la ley de la selva», en palabras de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. Hasta la fecha, solo País Vasco, Navarra, Cataluña y
Asturias han asumido esa posibilidad. Las autonomías gobernadas por el PP se han plantado al rechazar una intervención del mercado. Tampoco hay consenso sobre el uso de la fiscalidad para
penalizar los inmuebles vacíos con el fin de forzar su salida en renta. Mientras los partidos no sean capaces de mantener la vivienda al margen de la polarización, será difícil restar
obstáculos a una de las mayores preocupaciones sociales. Hay varios caminos abiertos para favorecer el acceso a un piso digno: la cesión de suelo municipal para construir más, la ampliación
del alquiler social o el control de los alojamientos turísticos, sobre todo de los ilegales. Límite de sesiones alcanzadas El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del
establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos. Volver a intentar Sesión cerrada Al iniciar
sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este. Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo. Este
contenido es exclusivo para suscriptores ¿Tienes una suscripción? Inicia sesión Reporta un error