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En Twitter, puede ser muy, pero muy difícil pedir disculpas. Quienes usan las redes sociales —y entre los usuarios se incluye una cantidad cada vez mayor de personas de más de 50 años que se
han sumado a la conversación— han aprendido esta lección una y otra vez. Es posible que esta situación te resulte familiar: el enojo al leer algo que te irrita, la respuesta impulsiva e
inmediata, la progresión rápida a una "guerra de fuego" y el darte cuenta de que tal vez sea necesario apagar ese incendio. No pienses que borrar el comentario o el tuit va a
resolver el problema. Las publicaciones en las redes sociales son para siempre. Los tuits se pueden recuperar, las publicaciones en otras plataformas se pueden capturar en la pantalla antes
de que borres lo que escribiste, y nunca puedes saber si uno de esos robots que circulan por internet o algún seguidor ha guardado tu publicación. Otras personas pueden volver a publicar las
publicaciones "borradas" de las redes sociales una... y otra... y otra vez. Entonces, ¿qué hacer cuando tu publicación de repente desata llamaradas negativas que apuntan hacia ti?
La honestidad es un buen punto de partida. Veamos el caso del director ejecutivo de Hootsuite, Ryan Holmes —alguien que debería conocer los riesgos de reaccionar intempestivamente en las
redes sociales mejor que la mayoría—. Su empresa fabrica un paquete de software muy popular que permite a los usuarios vigilar y programar publicaciones en varias plataformas sociales a
través de una sola interfaz, de modo que se podría pensar que sabía en qué se estaba metiendo cuando se embarcó en una pequeña discusión hace unos meses con un periodista de Bloomberg News.
Luego de que Bloomberg publicara un artículo sobre la valuación de Hootsuite, Holmes se quejó en un tuit de que el artículo se había publicado antes de obtener un comentario de Hootsuite y
comentó que el titular era "escandaloso". El periodista respondió y dijo que había intentado hablar con Holmes y que todavía tenía deseos de hacerlo. Holmes le tuiteó entonces un
número de teléfono: era el número de un servicio de sexo telefónico.