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Morir es una experiencia universal. Casi todo el mundo tiene una historia sobre una buena muerte o una muerte difícil entre sus seres queridos. La diferencia entre estas experiencias puede
depender de si hemos compartido nuestros deseos sobre cómo queremos pasar nuestros últimos días. Cómo queremos morir es la conversación más importante que las personas no tienen. Si bien el
85% de los adultos mayores de 45 años dicen que se sienten cómodos hablando de la muerte y el morir, 7 de cada 10 dicen que el tema generalmente se evita, según la Encuesta sobre el final de
la vida 2024 de AARP: pensamientos y actitudes sobre la muerte y el morir (en inglés). Planificar tus últimos días nunca es fácil, pero es un regalo invaluable para tus seres queridos.Los
estudios muestran que cuando hay una conversación significativa sobre las decisiones para el final de la vida, los familiares dicen sentirse menos culpables y menos deprimidos y tienen un
proceso de duelo más fácil. Estas discusiones pueden ser de las más ricas e íntimas que comparten amigos y familiares. PREPÁRATE PARA LA CONVERSACIÓN Pensar en estos temas antes de una
crisis médica —en la cocina en vez de en la unidad de cuidados intensivos— les ayudará a ti y a tus seres queridos a tomar decisiones basadas en lo que más valoran, sin la influencia del
estrés y el miedo. * ¿Qué tengo que pensar o hacer antes de sentirme listo para tener la conversación? * ¿Qué preocupaciones particulares quiero asegurarme de discutir? ¿Hay algún tema
importante que desees aclarar? (Por ejemplo, poner en orden las finanzas, o garantizar el cuidado de un miembro de la familia en particular). Considera la posibilidad de tener una
conversación de práctica con un amigo de confianza, o de escribir una carta a un ser querido, o incluso a ti mismo. Y recuerda que la conversación puede provocar desacuerdos. Y eso está
bien. Querrás discutir esos temas ahora, no durante una crisis médica. Cómo hablar sobre el cuidado al final de la vida CÓMO INICIAR LA CONVERSACIÓN Tema de conversación: Termina esta
oración o pídele a tu ser querido mayor que lo haga. “Lo que me importa al final de la vida es…” Un ejemplo podría ser “que me sienta cómodo y en casa”, o “que nadie tenga que interrumpir
toda su vida para cuidar de mí” o “que todos mis hijos trabajen juntos para tomar decisiones”. Podría ser que “si los médicos recomiendan cuidados paliativos, nadie presione para que se
realicen más tratamientos”. Compartir una declaración de “lo que me importa a mí” con tu familia puede ayudarlos a comunicarles a tus médicos qué es lo más importante para ti, y qué
tratamientos vale la pena seguir y qué tratamientos no. También puede brindarles a tus seres queridos la seguridad de que comprenden tus deseos.